KIM THEERAPANYAKUL

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- ¿En qué piensas tanto, hmm? - pregunto mientras le masajeo los pies. En el apogeo del noveno mes, están hinchados y dolorosos. Hago lo que puedo para garantizar su comodidad. No puedo ni imaginar lo que es llevar un ser dentro de ti. Es una de las cosas más aterradoras y encantadoras, sin duda.

- En el parto - responde Chay, pasándose la mano por su abultado vientre. Para nuestro alivio, hasta ahora el embarazo ha sido pacífico. La fase más desafiante, sin duda, fue el primer trimestre. Nos volvemos paranoicos. Chay apenas salió de la habitación y yo, en lugar de ayudarlo a lidiar con sus miedos, solo lo animé más. Sólo después de consultar a un terapeuta pudimos afrontar el miedo constante de perder a nuestro cachorro.

- ¿Sientes algo? - pregunto preocupado.

- No, nada. Simplemente... ¿y si los médicos se equivocan? ¿Y si nuestro cachorro tiene un problema? - Chay se muerde el labio, la ansiedad es claramente visible en sus ojos.

-Oye, cariño, mírame, le digo, moviéndome para estar a la altura de los ojos. - Los médicos han realizado todas las pruebas necesarias y nuestro cachorro se encuentra sano. No hay razón para creer que algo vaya a salir mal ahora.

- Lo sé, pero no puedo dejar de pensar en todas las cosas que podrían salir mal- admite, con la voz ligeramente temblorosa.

- Estamos haciendo todo bien, Chay. Estás cuidando de ti y de nuestro bebé de la mejor manera posible. Y estoy aquí, a tu lado, siempre -  le aseguro, tomando nuestras manos con firmeza.

- No sé qué haría sin ti - dice, con una sonrisa débil pero sincera.

- Superemos esto juntos. En cada paso del camino, en cada momento

-digo, inclinándome para besar su frente. - Nuestro cachorro llegarápronto y estaremos listos para recibirlo.

Chay sonríe un poco más, sus ojos brillan con una mezcla de emoción y miedo. El viaje hasta ahora ha estado lleno de desafíos, pero también de amor y crecimiento. Y ahora estamos a punto de comenzar un nuevo capítulo en nuestras vidas.

- Centrémonos en lo que podemos controlar - digo, volviendo a masajearle los pies. - Como tu consuelo ahora y nuestra alegría pronto.

Chay respira profundamente, tratando de absorber mis palabras. Cierra los ojos y deja escapar un largo y pesado suspiro, como si intentara expulsar sus preocupaciones con el aire.

- Siempre sabes qué decir para calmarme - murmura abriendo los ojos y mirándome con una mezcla de gratitud y amor.

- Es porque te amo, y haré cualquier cosa para hacerte sentir bien - respondo besando su mano. - Ahora intenta relajarte un poco. Voy a terminar de masajearte los pies y luego podremos ver algo tranquilo, ¿qué tal eso?

Él sonríe, una sonrisa que a pesar de su cansancio, todavía brilla con una luz suave.

-PERFECTO

Continúo el masaje, sintiendo que la tensión en los músculos de Chay disminuye gradualmente. Se acurruca en el sofá, permitiéndose relajarse un poco más.

En algún momento se queda dormido. Muevo tu cuerpo con cuidado, tratando de acomodarte mejor; No puedo simplemente levantarlo y llevarlo a su habitación como solía hacerlo, ni quiero despertarlo. Chay duerme tan tranquilamente.

Aprovecho que está dormido para organizar la habitación. Llevo los platos y vasos sucios a la cocina y comienzo a lavarlos, es cuando escucho unos gruñidos en la sala. Probablemente Chay se despertó. - Se queja mucho desde el sexto mes de embarazo. Continúo lavándome hasta que lo escucho llamándome, su voz ligeramente temblorosa.

ESPERO QUE TENGAMOS UN BEBE!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora