𝟎𝟏

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Michiko había adoptado el rostro de alguien quién creía ser una de las mejores heroínas y de las más jóvenes de la Academia y tal vez de todo Japón.

Todos los días que salía a trabajar tenía ese rostro donde estaba una mirada sonriente y unos ojos abiertos y finos que parecían jamás haberse preocupado por nada.

Su cuerpo esbelto y altura alta la hacia resaltar entre los demás héroes de los top 10. Ya que ella ocupaba junto a su acompañante el puesto 3.

Su cabello mediano y castaño algo quemado por las puntas y mechas rubias, aún que ya las había recortado. Sus ojos beige decorados con sus pestañas largas. Sus labios finos y pequeños no resaltaban mucho pero siempre trataba de no pintarlos para destacarse. Sus mejillas medianamente redondas con leves pecas en los costados abajo de los ojos

¿Como describir a Keigo?

En palabras de ella, diría que era un chicle, molesto, orgulloso, burlón y un payaso que hace malos... Horribles chistes.

Solo era un chico el cual siempre le hacia enojarse y siempre estaba de sobra.

Siempre estaba parloteando con más chicas cuando patrullaban o simplemente iban por ahí. El siempre la invitaba a salir a cualquier café o hasta a comprar algo para su casa.

Todos los días ella tiene que recoger una por una las plumas sueltas que a el se le caían cuando esta dormido y caen justo en su habitación.

Su cabello Rubio y ojos color mostaza cautivan a cualquiera, sus mejillas lisas y algunos bellos en su barbilla que a veces se le olvidaban, sus orejas decoradas con diamantes falsos de color rojo, su sonrisa decorada con sus dientes limpios y blancos por su limpieza cada dos meses.

El departamento siempre tenía plumas por todos lados, keigo había obligado a Michiko a que guardara en un bolsillo una de ellas, para saber a donde iba.

Empresas de marca donde le llamaban a los dos, siempre iban juntos. Si ella no iba el tampoco.

Los dos trabajan en una misma agencia, juntos.

Era de noche, la luna junto a las estrellas iluminaba la ciudad

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Era de noche, la luna junto a las estrellas iluminaba la ciudad. Poco a poco el clima se volvía más frío y en el departamento ya empezaban a cerrar sus ventanas.

Michiko tenía algunos días de descanso, después de ser participe en una pelea muy fuerte fuera de la ciudad donde se lesionó la rodilla.

Amaba la tranquilidad de su hogar, algunas fotos de no hace mucho colgadas por keigo en las paredes, el suave sonido del aceite friendo o tal vez la música que sonaba en su teléfono mientras cocinaba.

De repente un sonido seco en la ventana la asustó. Se levantó de la mesa donde cenaba y camino lentamente hacia ahí, estaba lista para usar su fuego.

 𝖩𝖴𝖭𝖳𝖮𝖲 / 𝖪𝖾𝗂𝗀𝗈 𝗍𝖺𝗄𝖺𝗆𝗂. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora