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"El sabrá en qué momento tendrá que enfrentarse a los peligros que le esperan "

"Es solo un niño, no puedes hacerle eso"

"Es su destino"

"Pero ¿lidiar con todo de esa forma?"

"El puedo hacerlo por qué ..."

-De nuevo ese maldito sueño - Despertó abruptamente un chico de cabellos verdes limpiando el sudor que escurría de su frente

-No hay día que no tenga ese estúpido sueño- Se repitió asi mismo mientras se volvía a recostar.

Mirando hacia la ventana que tenía a un lado de su cama diviso entre las cortinas negras que el sol alcanzaba a alumbrar el departamento en el que vivía.

-¡Maldita sea voy tarde a la escuela! - Exclamó mientras se levantaba de la cama y con rapidez buscaba su ropa.

-No puedo faltar hoy -Se repetía en su mente. Justo en ese día se darían compañeros de equipo para el proyecto final.

Al fin logro encontrar unos jeans negros por qué justamente es el color que más esconde la mugre y como si fuera un milagro encontró una camisa blanca "no tan sucia".

Antes de salir se miró en el espejo sonriendo, dejando ver una sonrisa demoníaca y puntiaguda. -Hoy debe ser un buen día - se dijo a si mismo saliendo del departamento.

Corriendo por el pasillo y deslizándose lo más rápido por las escaleras, tomo ritmo. Mientras varios locatarios de los comercios locales comenzaron a saludarlo.

-Hirako cuando regreses del colegio pasa por un poco de fruta ¡Gracias por tu ayuda el día de ayer! - Gritaba un hombre que cargaba verduras en un costal.

-¡No fue nada! Si necesita ayuda; aquí estoy- Gritaba Hirako mientras se alejaba.

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Un par de horas dentro del transporte público obligaban al pobre Hirako a salir disparado al llegar a su destino.

El colegio Grand Maxwel, el colegio donde Hirako llevaba 2 años estudiando en este mismo lugar.
A pesar de llevar ese tiempo no era muy respetado por los demás alumnos ya que Hirako era conocido por el sobrenombre de "Monstruo" por su sonrisa.

Los doctores no podían explicar cómo era posible que la dentadura de Hirako tuviera en puntas la mayoría de sus dientes.
Las burlas dejaron de importarle el primer año pero Hirako aún así se hizo una promesa asi mismo "Ganarse el respeto de esas ratas" refiriéndose a todos los que llegaban a molestarle .

Al llegar al colegio una mano pequeña golpeo la espalda de Hirako de forma amigable.
-Oye, no se te olvide que si ninguno consigue pareja el trabajo ambos trabajaremos juntos-.

Hirako sonrió y al girarse sacudió la cabeza de una chica de cabellos lilas, estatura media y con unas enormes gafas- Obvio Ayumi, no podría dejarte en manos de algun acosador o algo así -

-Eso dices ahora pero la última vez me dejaste con un tipo espeluznante y todo por hacer el trabajo con uno de tus intentos de "ligue " - reprocho Ayumi haciendo un puchero.

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