¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bahamas 📍 Sábado, 28 de septiembre del 2024 2:54 pm
Kenia se encontraba sentada en el porche, mirando al mar, mientras la brisa cálida le acariciaba el rostro. Aunque disfrutaba de la tranquilidad de la playa, su mente estaba en otro lado. Le encantaba ese estilo de vida relajado, pero ya extrañaba las calles de Culiacán. Necesitaba ver a su familia, a su gente. Se sentía encerrada, a pesar de estar rodeada de un paraíso.
Iván le había insistido mil veces que en Estados Unidos estaría más segura que en Culiacán, pero para ella, la seguridad no lo era todo. Necesitaba el calor de su tierra, el bullicio de su gente, y sobre todo, ver a su familia.
Esa tarde, mientras charlaba con la muchacha que trabajaba en la casa, sus pensamientos volaban de un lado a otro. Iván se había ido la noche anterior, sin mucha explicación, pero ya sabía que debía regresar a Sinaloa para coordinar algunos asuntos importantes. Aunque la dejaba bien protegida, su ausencia pesaba. Kenia intentaba distraerse, pero su mente volvía una y otra vez a lo mismo.
De repente, agarró su teléfono. Desbloqueó la pantalla y, como de costumbre, lo primero que hizo fue entrar a TikTok para ver qué estaba pasando. Fue entonces que un video le llamó la atención. Era un típico TikTok de esos que circulaban por la red, con música de fondo y un cartel que mostraba los nombres de varios capos conocidos. Vio los nombres de Iván, Alfredo, Joaquín, todos esos apellidos que conocía demasiado bien.
Sin embargo, lo que realmente le detuvo el aliento fue ver el nombre de su hermano Marcó ahí. "El Llorón", decía el cartel, con una foto mal editada y completamente absurda. Kenia frunció el ceño, sintiendo cómo una mezcla de incredulidad y enojo se apoderaba de ella. ¿El Llorón? ¿A su hermano? Eso sí que era una pendejez.
—Qué idiotez... —murmuró entre dientes, mirando la pantalla con desdén.
Su hermano, a pesar de estar en el mismo mundo que Iván, nunca había sido alguien que mostrara eso en público, ni mucho menos alguien a quien la gente apodara de esa manera. No podía entender cómo se había filtrado su nombre, mucho menos por qué alguien pensaría que era gracioso ponerle un apodo tan ridículo.
