20 Ubicaciones

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Katsuki no espero a que los demás actuaran y se puso de pie para posteriormente caminar rumbo a la enfermería, cuando llegó el principal enemigo de los Bakugo estaba recostado en una de las camillas, pero estaba atado a esta para evitar que escapara.

Sus ojos cambiaron de color a un dorado con rojo al ver a uno de los bastardos que le quitaron a su omega, su aroma era tan fuerte que la mayoría de los presentes o terminaron en el suelo arrodillados o desmayados, los dos enfermeros betas estaban temblando de miedo, Katsuki en ese momento parecía el mismo demonio.

—¡Tú! —Katsuki se acercó con furia su cuerpo temblaba y hasta cierto punto parecía que cada parte de su cuerpo estaba tan tenso, no despego esa fiera mirada de Tomura, sentía en su interior como algo que no conocía nacía en su interior como si una pequeña braza se convirtiera rápidamente en una llamarada y a su vez en gran incendió, en ese momento había olvidado por completo el dolor que sentía en su cuerpo.

—¡Habla, maldito! —rugió Katsuki su voz resonó con fuerza en la enfermería —. ¡Dime dónde está MI OMEGA o te arrancaré las respuestas a la fuerza!

Tomura tembló nunca pensó que Katsuki podía dar tanto miedo, sumado al hecho de que estaba débil por culpa de la sangre perdida, sabía que no saldría de ahí, si lo "salvaron" fue justamente porque ellos sabían que él podría saber del paradero de Izuku, pero el seguía siendo el líder de los Shigaraki, no se doblegaría tan fácilmente.

— ¿De verdad crees que me harás hablar solo por tus gritarme? —hablo Tomura con calma y sarcasmo.

—No tienes elección, bastardo — respondió Katsuki tomándolo del cuello de la bata, Tomura tembló y no entendía porque él también era un alfa dominante, pero habia algo diferente en el hijo menor de los Bakugo — Sabes que no vas a salir de esta — susurro con una voz gutural y amenazante — si no hablas ahora, te juro que lo haré de la manera mas difícil.

—Podrías matarme aquí mismo... pero eso no te acercará al valioso omega —murmuró Tomura con una risa falsa— Deberías preocuparte más por el tiempo que te queda antes de que Hisashi lo corrompa.

—¡Habla! —rugió Katsuki, acercando su rostro al de Tomura—. ¡No tengo tiempo para tus malditos juegos!

Fue entonces cuando sucedió algo que Tomura no esperaba. Un brillo nuevo apareció en sus ojos cuando conecto la mirada con Bakugo, sus ojos se pusieron dorados con rojos, y sintió como algo dentro de él se activó sin previo aviso

—𝗛𝗮𝗯𝗹𝗮 — ordenó Katsuki sin pensar que él era un alfa, solo sintió la necesidad de usar su voz de mando.

Tomura tenía sus ojos muy abiertos y su respiración comenzaba a ser irregular, se estaba resistiendo a la orden que resonaba en su interior doblegando a su alfa interno, trató de resistirse aún más, pero sus labios lo traicionaron las palabras salieron de su boca.

—Tres... hay tres posibles ubicaciones... — Tomura seguía resistiéndose pero no podía evitarlo, sus ojos se cristalizaron se sentía humillado de que otro alfa lo estuviera doblegando de esa manera — La primera es mi mansión pero dudo que vaya ahí luego de que ese maldito me haya traicionado, la segunda — jadeó es una villa abandonada en las montañas al sur — jadeó — la tercera es un almacén en el puerto de la zona este.

Katsuki lo soltó bruscamente, dejándolo caer de nuevo sobre la camilla.

—¿Qué más sabes? —exigió, sin un atisbo de compasión.

Tomura respiraba con dificultad, incapaz de detener lo que ahora era casi un flujo automático de palabras.

—Hisashi... no puede completar su plan sin Izuku... lo necesita para... reclamar la herencia de los Midoriya, el único heredero siempre fue Izuku, tiene dos opciones, corromperlo y hacerlo suyo o acabar con él —los ojos de Tomura se nublaron antes de que su cabeza cayera de nuevo sobre la almohada, inconsciente una vez más.

Katsuki apenas había salido de la enfermería cuando sintió la mano de su madre Alfa colocarse sobre su hombro, giro con brusquedad apartando su mano de él, su padre omega estaba a su lado, ambos estaban serios y pensó que le dirían que lo apoyarían mas no espero esas palabras de sus padres.

—No irás a ningún lado —declaró Mitsuki, con un tono de voz cortante.

—¿Qué estás diciendo? —gruñó Katsuki, aunque sintió como su cuerpo comenzaba a relajarse la adrenalina que subió por su cuerpo cuando se enfrentó a Tomura parecía desvanecerse.

—Katsuki, estás herido y agotado y apenas puedes mantenerte en pie —intervino Masaru, intentando sonar más razonable que su alfa — Deja que los equipos de búsqueda se encarguen, nosotros encontraremos a Izuku.

Katsuki rugió con frustración, sus manos temblaron mientras cerraba los puños con fuerza, ¿Cómo podían pedirle que se quedara? Su omega estaba en un grave peligro y ellos querían que descansará, como si tuviera el lujo de esperar, estaba frustrado.

—No pueden detenerme —respondió con furia, la desesperación en su voz se hacía evidente.

—Sí, sí podemos, Katsuki y lo haremos — Mitsuki lo sostuvo con fuerza y Masaru le inyecto un calmante.

—¿Qué... qué demonios...? —murmuró, viendo su padre retiraba la jeringa

—Es por tu bien, Katsuki —se disculpó Mitsuki—No podemos dejarte ir así.

Katsuki luchó contra el peso que empezaba a invadir sus extremidades, pero era inútil. Sentía cómo su cuerpo se volvía más pesado a medida que el sedante hacía efecto.

—Izuku... —murmuró, su voz cada vez más débil—. No...

—Lo encontraremos, hijo —prometió Masaru, mientras Mitsuki lo sostenía con cuidado—. Descansa por ahora.

Poco a poco, Katsuki perdió la conciencia, sus ojos se cerraron mientras lo llevaban a una de las habitaciones de la mansión, asegurándose de que no pudiera escaparse en ese estado.

Cuando Katsuki despertó habían pasado algunas horas, el sol comenzaba a ocultarse, su cabeza zumbaba y su cuerpo dolía, se levantó con brusquedad y avanzó hasta la puerta, su corazón latía con fuerza, podía sentir el vínculo con su omega cada vez más débil, después de todo era una marca temporal, pero si lo podía sentir queria decir que estaba consciente y despierto, y sentía que lo llamaba.

—Izuku — susurró mientras intentaba abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave, maldijo internamente, golpeo la puerta varias veces, pero solo logró resquebrajar un poco la puerta, pero también se dio cuenta que no había nadie del otro lado, supuso que todos se habían ido a buscar a Izuku.

Sus padres ya lo retrasaron mucho tiempo, no podía permitirse más, así que comenzó a evaluar sus posibilidades, estaba en el tercer piso de la mansión y como si sus padres sospecharan habían cerrado con los barrotes la ventana, analizó mejor el lugar y recordó que una de las paredes del baño daba a un pasillo en caso de tener que huir, cuando se acercó a la pared notó que también sus padres habían intentado cerrarla pero, debido a la humedad estaba algo deteriorada, así que se abalanzó con todo su peso hasta que logró romperla, bajo por las escaleras oscuras.

Llegó hasta el primer piso, cerca de la sala principal, se asomó viendo algunos hombres vigilando, supuso que si salía estos intentarían detenerlos y a esas alturas los hombres ya deben de haber tomado supresores por lo que su aroma no tendría tanto efecto.

Siguió evaluando sus posibilidades hasta que los hombres se distrajeron con el televisor y aprovecho para deslizarse hasta llegar al garaje, cuando llegó vio la suv que usaba con Izuku, pero necesitaba algo mas rápido, así que llegó hasta el tablero donde estaban las llaves y tomo las que correspondían a su motocicleta.

Sin más demora, encendió la motocicleta y salió disparado del garaje, las ruedas rechirrinaron en el pavimento mientras se alejaba de la mansión. Sabía que todos se darían cuenta de su escape en cualquier momento, pero no le importaba. Solo tenía una cosa en mente: encontrar a Izuku antes de que fuera demasiado tarde.

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Dejaré esto por aquí y me ire lentamente....


Sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora