viii. (I hate) men

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★ capítulo ocho ★

★ capítulo ocho ★

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—¡Gael Targaryen!

La mujer en cuestión se volteó con tal rapidez que sus pies la traicionaron y hubiese terminado en el suelo si no fuera por los fuertes brazos del hombre que antes había estado besando.

Lady Jeyne se cruzó de brazos y la miró con desaprobación mientras esperaba una explicación.

Gael miró dio un paso hacia atrás y empujó a su acompañante hacia adelante para que le hiciera frente a la dama del Valle.

—¡El me sedujo! —Gael se escudo.

Leowyn Corbray se horrorizó y miró a Lady Jeyne sin saber que decir. Se volteó para mirar a Gael pero ella no le devolvió la mirada.

—Mi señora yo... yo no la he deshonrado, pero la amo, la tomaré por esposa ¡Me casare con la princesa Gael, lo juro!

Ahora fue el turno de Gael de horrorizarse. Ella sabía que el día llegaría, lo sabía desde que sangro por primera vez hace años, pero eso no evitaba que la idea le disgustara profundamente.
Leowyn Corbray era un buen hombre, tenía solo un par de años más que ella, su señor padre le había otorgado el beneficio de portar la ancestral espada Valyria de su casa, Dama desesperada, y eso era lo único que a Gael le había llamado la atención de él. Un que él era bueno y bonito en algunos aspectos, pero para la mirada juzgadora de la princesa, también era un completo tonto.

Él le dejaba sostener la espada y a aveces entrenar con ella cuando compartían un seción acalorada de besos.
Gael quería su espada Valyria, no a él.

Lady Jeyne pareció más divertida ahora cuando miraba a su pupila. A lo largo de los años ambas habían llegado a compartir una relación más propia de una tia-sobrina. La mujer le dio a la hija de su prima muchas libertades, la dejo entrenar y volar cuando se le diera la gana mientras cumpliera con su papel dentro de la pequeña corte del Valle. Gael se comportaba acorde a lo que se esperaba de su título a puertas cerradas y frente a otras damas, bordaba, cantaba y bailaba.

Era probable que Lady Jeyne fuera la única que conociera realmente cual era la personalidad a la princesa Gael, por supuesto que no era ninguna se las tantas que fingía. Su pupila, era un espíritu libre, Visenya reencarnada como a ella misma le gustaba llamarse.

—Pues así será —Jeyne respondió de forma severa solo para molestarla— ¡Esconderte en los pasillos y seducir a la hija del Rey..! Te creí más sensato Leowyn. Ahora deberás atenerte a las consecuencias...

—¡No!—Gael casi grito— me suicidaré. Me tirará de lo alto de una torre antes de casarme.

Jeyne Arryn la miró con aburrimiento. Esa era ya una respuesta bastante común en la princesa Gael cada vez que alguien mencionaba cualquier cosa sobre el matrimonio.
Mientras a ella le gustaría que su pupila se casara con alguien de aqui para luego ser la guardiana del Valle, su madrastra quería que se casara con algún banderizo de los verdes y su hermana mayor deseaba casarla con un partidario de los negros.

betrayal of the crown | house of the dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora