Extra 7: Secuelas del Paraíso

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// Musiquita "Yes to haven" - Lana del rey

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Quizás sea verdad que uno empieza a percibir la vida de diferente manera cuando amas. Tal vez el significado es más específico, el ver diferente tu entorno donde esa persona está, a quien tus ojos siguen en silencio y con calma, con quien experimentas una regocijante tranquilidad en tu rutina, donde sientes verdaderamente el latir tu corazón con calidez que bombea a un ritmo calmado y quien logra crear un torbellino de sensaciones con solo un movimiento donde toda esa paz se vuelve en un caos de pulsaciones, latidos frenéticos y desbordantes.

El amor no te hacía ver la vida diferente. La persona correcta era la que volvía tu vida diferente.

Amar no te hacía sentir diferente, amar te volvía diferente. Esa era la gran diferencia entre quien te prometía el cielo y las estrellas, y aquel que te llevaba a ellas.

El Demonio Radio había quedado enamorado, eso parecía un mal chiste para muchos, incluso para mí de alguna forma, hasta hace unos ayeres. Pero no era un amor cualquiera, era del mismísimo Lucifer, del rey y monarca del infierno con quien compartía más que sentimientos, teníamos un pasado, teníamos una historia y algo intangible, algo tan fuerte que nos unía. En el hotel sabían sin duda que Lucifer y yo teníamos algo, algo especial, no tenían idea de la magnitud y no había necesidad de dar explicaciones, porque era nuestra historia. Solo nuestra. Un secreto que daba pie a la intimidad de nuestros lazos, de lo que volvía especial nuestra conexión.

Por supuesto, hacer de nuestro compromiso algo público aun no era el momento. Ni pensar de su hija o los demás inquilinos del hotel, ellos sabían que había algo y era suficiente con eso, pero claro, la pequeña princesa era algo imprudente.

- Alastor... H-Hola, Ammm ¡¿C-Cómo has estado?!

Creo que una de las preguntas más tontas para empezar una conversación era referente al estado de ánimo de alguien o donde divagaban sobre el estado del tiempo.

- ... Este... No he visto a mi padre... -Bastaba con un segundo de silencio para dejar que la princesa dejara escapar sus verdaderas intenciones, después de todo no era tan diferente en niveles de paciencia y nerviosismo que su padre. - S-Sé que aún es de mañana... Pensé que estaría contigo... No... S-Seguro que está durmiendo, o algo así... Amm t-tal vez ¡¿Ocupado?! Tú... Ahaha ¿L-Lo has visto?

Con lo poco o mucho que me había involucrado con su hija, sabía un par de cosas entorno a su relación, la primera era que tanto padre como hija querían evadirse aunque en el fondo querían tocar una conversación sin darle tantas vueltas al asunto, como una "familia normal", y la segunda era que Lucifer se había estancado en saber todo de su hija, todo lo que conoció de ella cuando era aún pequeña, antes de que se distanciaran, pero por desgracia, parecía que la propia Charlie no sabía ni el más mínimo detalle de quien era o cómo era su padre. Por supuesto vivir en un lugar donde su padre se refugiaba quizás en el trabajo era justificable, pero tuvieron momentos de sosiego, momentos felices y enriquecedores, momentos que quizás por su edad o por la simple mediocridad de esa niña, es que nunca le dio importancia a los pequeños detalles que hacían de su padre ser él mismo.

Después de la gran inauguración, tras esa noche donde nos abrazamos hasta el amanecer, Lucifer parecía tener mayores estragos de cansancio como si no hubiera bastado el resto de la noche para dormir y aunque no lo deseara, lo llevé a arrastras a que tomara un baño con la total confianza de que nadie rondaba por mis dominios, mi habitación era la única en ese último piso que estaba ocupada, en esa ala del hotel porque del otro cierto monarca tenía la suya.

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