Capítulo 1 -Yo y mi estupidez-

81 11 15
                                    


Alessia Russo

Si me hubiesen dicho hace tres años atrás que mi vida daría un vuelco de ciento ochenta grados, hubiese respondido que estaban locos...pero lamentablemente mi vida no dio tan solo un vuelco de esa magnitud sino que por mi necedad y estupidez, me había apartado de Aquel que le daba vida y vida en abundancia a mi existencia y todo aquello por lo que había trabajado y deseado se había ido por la canaleta de la inmundicia...del pecado...de la desidia espiritual y yo y nada más que yo era la única culpable de mí decisión...errónea...sí, pero que al principio como es de esperar el pecado es dulce y agradable más que cualquier cosa pero que cuando te lo terminas de tragar se hace tan amargo como el hiel más espantoso, se esparce como una gangrena insidiosa no solo por todo tu cuerpo infectando todo lo que toca, sino que contamina el alma y abate a el espíritu...pero gracias a su misericordia (la de Dios) que se renueva cada mañana, pude volver a El, a mi Dios no solo en arrepentimiento sino con la esperanza de volver a tener esa vida que supe poseer...claro que cada decisión sufre sus consecuencias que pueden ser positivas o negativas, Él me había perdonado y aceptado para pertenecer a su redil...en realidad siempre fui de Él solo que me había perdido en la densidad de un mundo caído hasta que su amor me rescató una vez más de allí.

#

Otoño de 2020, estamos saliendo con mi abuelo Vito de la iglesia, el culto hoy terminó un poco más temprano que de costumbre. Mientras el nono arregla con sus dos únicos y fieles amigos, Octavio y Martino que los espera en una hora para almorzar en casa, como es la costumbre yo me saludo una vez más con Pedro, tomándome de la mano me arrastra hasta llegar a un árbol y usándolo de camuflaje nos besamos intensamente para soltarnos al escuchar a Clara, su madre que lo está llamando. Luego de quedar que nos veríamos por la tarde, marcho hacia donde está el nono, mi rostro luce una sonrisa que manifiesta lo bien que me hace estar con Pedro.

-yo te dije hija, que ese chico es un buen hombre...él sabrá valorarte y darte la vida que tú te mereces...

-ya lo sé nono, el deseo de sus padres y el tuyo de que algún día nos enamoráramos se ha cumplido...y cuando él se reciba de médico nos casaremos...-

-Es un buen chico...cristiano, trabajador y se merece tenerte como esposa, y me parece muy bien esperar no solo a que él se reciba de médico, sino que para esa época tú también te habrás recibido de tu carrera...-

-por supuesto nono...- respondo y dándole un beso en la mejilla subimos ambos al auto para ir a casa.

Llegamos a casa Vito prende el fuego para calentar la salsa y pone una olla con agua para la pasta yo por mi parte preparo la mesa, y una vez terminado mi trabajo subo a mi cuarto para escribirme con Carla mi única y gran amiga, ella es cristiana como yo, solo que el año pasado se enamoró de un chico que no profesa nuestra misma fe, de todos modos ella siguió con esa relación a tal punto que pronto se irán a vivir juntos, y a pesar de que nadie le impide venir a la iglesia, ella por el momento ha decidido no asistir. Luego de contarle sobre mis cosas...y de que me vería con Pedro por la tarde, quedamos en vernos el lunes en la facultad ya que ambas estudiamos la misma carrera, administración de empresa, si todo va como lo planeamos el año que viene a los veintidós años nos estaremos graduando.

Después del almuerzo el nono me da una de las más hermosas noticias que hace tiempo estaba esperando; en junio los dos haremos un viaje de placer a su añorada Sicilia, iremos por cuatro semanas, las dos últimas nos quedaremos en Siracusa, en el hotel más lujoso del lugar, se encuentra apartado de la playa, está construido sobre una pendiente, y solo los más adinerados acceden a él, pero el nono había hecho una pequeña fortuna con su bazar y según él era hora no solo de que su única nieta conociera la tierra de sus ancestros sino que fuera al mejor lugar de la zona, también reservó las dos suites de lujo que son la únicas que se hayan en el último piso del edificio y desde allí se puede observar la majestuosidad del mar desde un lado y desde el otro casi toda la ciudad...hasta la isla de Ortigia;

SiracusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora