Era un día cualquiera en la universidad cuando Nicholas notó la entrada de un nuevo estudiante. Era un chico atractivo, con un porte que capturó de inmediato la atención de Nicholas. Con una sonrisa amistosa, el joven se presentó como Cooper. El profesor, tras darle algunas instrucciones sobre el aula, lo ubicó a su lado. Nicholas sintió una mezcla de emoción y nerviosismo, que trató de disimular mientras se acomodaba en su asiento.
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•El profesor les recordó a los estudiantes que debían comenzar a estudiar, ya que la fecha del examen se acercaba rápidamente. La atmósfera en el aula se tornó un poco tensa ante la mención de las evaluaciones, y muchos comenzaron a murmurar sobre los temas que debían repasar.
Durante el receso, Nicholas decidió aprovechar la oportunidad para acercarse a Cooper. Con una sonrisa amigable, lo invitó a realizar un pequeño recorrido por la universidad. Cooper aceptó con entusiasmo, lo que llenó a Nicholas de alegría. A medida que caminaban por los pasillos, Nicholas se sintió emocionado de mostrarle los lugares emblemáticos del campus y compartir un poco sobre su experiencia allí.
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•Al finalizar el recorrido por la universidad, Nicholas llevó a Cooper a la biblioteca, un lugar que consideraba emblemático y lleno de conocimiento. Las estanterías estaban repletas de libros, y el silencio reverberante creaba un ambiente propicio para el estudio. Nicholas se sentó en una mesa cerca de una ventana, invitando a Cooper a hacer lo mismo.
-Este es uno de mis lugares favoritos -dijo Nicholas mientras hojeaba un libro que había encontrado en la mesa-. Aquí es donde suelo venir a estudiar.
Cooper sonrió, observando cómo Nicholas se sumergía en la lectura. Después de unos minutos de silencio compartido, Nicholas sintió que era el momento perfecto para proponer algo.
-Oye, Cooper -comenzó, girándose hacia él con una expresión seria-. ¿Qué te parece si estudiamos juntos para el examen que se acerca en dos días?
Cooper asintió con entusiasmo.
-¡Claro! Me parece una gran idea. Siempre es más fácil estudiar en compañía.
Se dispusieron a repasar los temas que el profesor había mencionado en clase. Sin embargo, mientras revisaban las notas, una pregunta inusual comenzó a rondar la mente de Nicholas. Era un tema delicado y le costaba encontrar el valor para plantearlo. Finalmente, decidió dejarse llevar por la curiosidad.
-Oye, Cooper -dijo, algo avergonzado-. Por lo que veo, eres un chico de bien. Seguro ya has dado tu primer beso, ¿no?
Cooper lo miró sorprendido y soltó una risita nerviosa.
-Realmente no, Nick. Aunque tengo 17 años, aún no he tenido mi primer beso... y la verdad es que me gustaría tenerlo.
Nicholas sintió que su corazón latía más rápido al escuchar esa confesión. Sin pensarlo demasiado, decidió ser directo.
-Quiero besarte -declaró sin miedo, sorprendiendo incluso a sí mismo con su valentía.
Cooper se sonrojó visiblemente y bajó la mirada hacia sus manos.
-Pero... Nick, no sé besar -confesó con pena-. Eso me da mucha vergüenza decirlo a alguien.
Nicholas sonrió ante la sinceridad de Cooper y decidió ayudarlo a superar esa inseguridad.
-No te preocupes -dijo con confianza-. Para eso estoy aquí; voy a enseñarte. Mira, es sencillo: voy a juntar mis labios y cuando yo me mueva, tú harás lo mismo.
Cooper lo miró con curiosidad e incertidumbre al mismo tiempo.
-¿De verdad? ¿Quieres enseñarme?
Nicholas asintió firmemente mientras se acercaba un poco más a él. Sus corazones latían al unísono en ese momento cargado de expectativa.
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ENTRE BESOS Y CELOS
FanfictionQue podría pasar con ese chico que se enamoro a primera vista.