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Apenas Hanni puso un pie dentro de su hogar pudo divisar a la menor recostada boca abajo sobre el sofá como solía hacer cada vez que se sentía demasiado deprimida.

Quiso acercarse y acariciar su cabello en modo de consolación, pero sabía que ella era una de las personas que menos quería ver en este momento, así que solo se limitó a servirle un poco de agua y dejársela sobre la mesita frente al sofá antes de encender la televisión y seleccionar cualquier canal.

Se sentó en uno de los sofás individuales que rodeaba la mesita y trató de concentrarse en el programa. Todo transcurrió normal hasta que escuchó unos pequeños hipidos y sollozos provenir de algún lugar de la sala. Rápidamente volteó hacia la menor quien aún seguía con la cara enterrada en uno de los cojines de decoración y se aferraba a otro como si su vida dependiera de ello. Hanni como pudo lo levantó y la imagen que encontró fue de las peores que pudo apreciar en algún momento de su vida.

Haerin, aquella chica de aura fuerte y hasta intimidante, quién nunca ha demostrado sentir otras emociones más que las sombrías y que aún así ha sido buena ocultándolas, quien la ha defendido de tantos abusadores y tantas miradas juzgadoras, quién a pesar de caer en un abismo lóbrego y vivir en un infierno sin salida siempre tiene las fuerzas suficientes para fingir un poco más, para esconder un poco más... esa chica estaba ahora hecha pedazos por algo que no merecía, por algo que nunca mereció y que nadie en este mundo debería experimentar alguna vez.

Sus madres no eran héroes. Sus madres no eran perfectas. Sus madres no eran fuertes como ella. Sus madres eran mentirosas e insensibles. Eran egoístas y tomaron decisiones de la manera más estúpida posible. Y ella tenía tantas dudas. Tenía tantos pensamientos y teorías en su cabeza. Tenía tantas preguntas y prácticamente ninguna respuesta.

¿Que había hecho mal? ¿Ella tenía algo que ver con la separación de sus madres? ¿Fué la principal razón acaso? ¿La única? ¿Por qué?

¿Por qué no puedo saber quién es mami?
¿Por qué nadie puede decirme nada?
¿Por qué debo ser yo quién lo pague todo?
¿Por qué tengo que seguir viviendo así?
¿Por qué debo seguir fingiendo?
¿Por qué Yunjin me odia?
¿Por qué parece que lo único que la hace realmente feliz es hacerme daño?
¿Por qué no hay nadie que confíe en mí?
¿Por qué nadie me da esperanzas?
¿Por qué?

— Haerin... — Apenas pudo formular la mayor. Estaba sorprendida y a la vez asustada. Nunca había visto a Haerin de esa manera así que le aterraba mucho la idea de hacer algo que sirviera de consolación y que Yu larechazara.

Haerin cerró sus ojos dejando salir algunas lágrimas en el proceso. Ella esperaba que Hanni limpiara sus lágrimas. Ella esperaba que Hanni fuera quien le dijera que todo estaría bien, que no había nada de qué preocuparse. Ella esperaba las mismas cosas que hizo por ella cuando la encontraba llorando en el baño de la escuela. Ella esperaba al menos un abrazo de parte de la pelinegra y cuando lo único que obtuvo fue un "No llores" Se dió cuenta de lo que estaba haciendo.

Estaba perdiendo su tiempo con las personas equivocadas.

Se levantó abruptamente sorprendiendo a Pham en el proceso, y le dió una última mirada antes de salir del lugar. Ya no sabía que hacer. Ya no sabía a dónde ir. No se sentía segura en ningún lugar y en dónde sea que estuviera sentía que no encajaba.

Su mente era un desastre. Ya no quería seguir con lo mismo, pero todos los días parecían ser igual de insoportables y grises. No había diferencia y si alguna vez conseguía algo de suerte, esta no duraba mucho pues lo que seguía era decepción tras decepción.

Se preguntaba si existía alguien más en el mundo que se encontraba en su misma situación o en una incluso peor. Si era así, le deseaba mucha suerte. A veces la fuerza que necesitas la consigues de quien menos esperas.

Our Baby Haerin | Winrina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora