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El día comenzó tranquilo como cualquier otro. Las aves cantaban y el sol iluminaba la habitación. Habitación en la cual Max estaba profundamente dormido, sin preocuparse por nada, solo descansar.

Eso hasta que una pequeña alarma humana se encargo de despertarlo.

— ¡Papá!

El fuerte grito hizo que Max despertara repentinamente volteando hacia todos lados preocupado de que fueran resultado de alguna emergencia. Luego de comprobar que todo a su al rededor estaba bien fijo la vista al rostro de su castaña hija.

— ¿Qué sucede Adele? — preguntó bostezando y tallando un poco su ojo izquierdo

— Creo que tenías que llevarme a la escuela hoy

El chico se preocupo y presuroso se levantó de la cama, rápido noto que en la mesita de noche justo a su lado había una nota escrita por su esposo Bradley.

Suspiro y se quejo por su despistado olvidó

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Suspiro y se quejo por su despistado olvidó. Haciendo la nota una bola de papel miro a la pequeña.

— Bueno, supongo que ya no se puede hacer nada al respecto. Recuerdame escribirte un justificante para mañana.

— ¿Y qué se supone que dirás? — preguntó la pequeña cruzando sus brazos

— No se, que te dio gripe o algo así. Ya se me ocurrirá algo ¿Qué se te antoja para desayunar?

Los dos caminaron fuera de la habitación y bajaron las escaleras camino a la cocina en el primer piso.

— ¿Qué tal yogurth con fruta y avena? Necesito proteína.

— Eres igual a tu padre — dijo en un murmullos comenzando a preparar el desayuno

— Te escuché — respondió un poco malhumorada

— Eso comprueba mi punto.

Adele solo hizo un puchero y se sentó en una de las sillas del comedor para esperar su desayuno un poco más cómoda. Debido a la impaciencia comenzó a mover sus piernas hacia adelante y hacia atrás.

— ¿Y por qué te quedaste dormido? ¿No descansaste bien anoche papi? 

Max no supo cómo responder esa pregunta de forma sincera sin implicar destruir la inocencia de la niña. Se quedó en silencio unos segundos hasta que pudo formular una respuesta apenas creíble.

— Es que... Me quedé componiendo algunas canciones aunque al final las termine tirando así que fue una desvelada desperdiciada. Tú sabes cómo soy, suelo tener una creatividad más activa por las noches — explico de la forma más convincente posible mientras picaba la fruta y la servía sobre los platos con yogurt y avena

¡Si, acepto! ~ Maxley 2do libro - Cafeypanconazucar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora