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Deadpool (Wade Wilson) ¡Lector de XF!
Wade a menudo irrumpe en el baño mientras estás en la ducha solo para sentarse en el asiento del inodoro y despotricar sobre la misión en la que acaba de embarcarse, o incluso para preguntar qué comida para llevar quieres para cenar. ¿No podía esperar hasta que te pusieras ropa? Claro, pero él quiere hablar contigo ahora.
Inesperadamente, decides tomar ejemplo de su libro de estrategias.
Acabas de entrar por la puerta después de tu turno de 9 a 5, tirando las llaves y el bolso al azar por la habitación con frustración. Ves el familiar traje rojo y negro arrugado en el suelo, Wade estaba en casa. Te habías quejado la semana pasada de que Deadpool había dejado rastros de sangre en el apartamento después de su "trabajo". Parecía que tu novio había escuchado y te había hecho caso. Si no fuera por tu mal día, la imagen de él ahuecándose la entrepierna mientras se apresuraba desnudo al baño te habría hecho sonreír.
Escuchas el agua aún corriendo, pero finalmente entiendes cómo se siente Wade, esto no puede esperar. Abres la puerta del baño y bajas la tapa del inodoro, sin estar seguro de si Wade te escuchó entrar por encima del sonido de su propia voz cantando los grandes éxitos de Hall y Oates.
Te sientas y dejas escapar un suspiro exagerado. La voz de tu novio se calma a mitad de "Out of Touch".
—¿Osito de miel? ¡Ya estás en casa! Estas heridas de arma blanca sanarán en unos dos minutos y luego podrás unirte a mí. Sé cómo te sientes al ver intestinos y no quiero hacerte sentir náuseas... Bueno, a veces me pasa, pero no me gusta eso.
"Odio a los hombres, joder".
Escuchas el sonido de la cortina de la ducha abriéndose levemente y la cabeza de Wade se asoma, mirándote con los ojos muy abiertos. "¡Vaya lenguaje, muñeca! Sabes que la degradación me excita". Inclina la cabeza hacia un lado, notando la angustia escrita en tu rostro. "Pero tengo la sensación de que esto no se trata de mí..."
Le dedicas una mirada de reojo y luego ves como su cabeza desaparece. La cortina se cierra y oyes el agua golpear tu piel de nuevo mientras él vuelve a ducharse. Te está dando tiempo para hablar. Notable.
"¿Te acuerdas de ese tipo del que te hablé? ¿El que me daba una sensación muy espeluznante y que era un completo imbécil?"
Obtienes un zumbido como respuesta, y no puedes verlo, pero sabes que Wade se está mordiendo físicamente la lengua para no decir nada. Es entrañable en cierto modo.
Te frotas la cara con las manos, el recuerdo de lo que estás a punto de decir enciende de nuevo el fuego de la ira, "bueno, ¿adivina quién consiguió ese ascenso por el que me estaban mirando? Te daré una pista, ¡no es alguien con vagina! Y encima, ¡lo vi intentar mirar debajo de mi falda cuando me iba! Ese cabrón".
Casi te arrepentiste de haberle dicho esa última parte, sabiendo a dónde iba esto. Pero tu mente estaba nublada por la frustración, y el agua ya estaba cerrada. Los anillos chirrían contra la barra de metal de la ducha cuando Wade abre la cortina y alcanza una toalla sobre tu cabeza. "Está bien, cariño. ¿Dónde vive esta mamada y follada de pollas?"
Tus ojos captan un destello de rojo que se vuelve rosa mientras se arremolina en el desagüe de la bañera. Sacudes la cabeza, dándote cuenta de repente de la gravedad de lo que tu novio mercenario estaba insinuando. "No, no, nena, por favor, ¡no es tan grave!" Y acabas de llegar a casa. Sin mencionar que si la gente se entera, te meterás en muchos problemas, todo por algo tonto que me pasó y...
Un dedo largo se coloca sobre tus labios. Tus ojos están al nivel de la línea V de Wade, parcialmente cubierta por la toalla ahora envuelta alrededor de su cintura. Levantas la mirada y la fijas en quien interrumpió tus divagaciones.
—Shhh. Tonterías, gatita. Ahora, me vas a decir la dirección de este tipo y voy a salir por... —Wade usa su brazo libre para mirar un reloj de mentira—. Mmm, más o menos una hora. Mientras no estoy, te vas a cambiar este sexy traje pantalón. Luego, te tomarás una copa de vino y te tocarás mientras piensas en mí con cariño. Cenaré de camino a casa. ¿Sí?
Cuando asientes con los ojos bien abiertos en señal de acuerdo, él retira su dedo y se inclina para encontrarse con tu rostro. "Bien hecho, chica", te elogia mientras sus labios rozan los tuyos, un beso ligero como una pluma. Luego se aclara la garganta y te da unas palmaditas en la mejilla unas cuantas veces mientras se levanta para salir del baño. Silba como si el asesinato fuera parte de su día de trabajo (supones que para él lo es).
Te sientas allí aturdido, preguntándote si acaban de asesinar a tu compañero de trabajo... y por qué estabas tan excitado.
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