El corazón del bosque (Sontails)

Capítulo 1

No quería irme. No quería mudarme, pero el trabajo de mi padre nos obligó a tener que marcharnos de la ciudad en la que vivíamos.

Mi hermana y yo nos encontrábamos trasladando las últimas cajas al camión de la mudanza. Pasé mi mano por la frente mientras observaba divertido como ella intentaba recuperar el aliento. Al darse cuenta de esto, me lanzó una mirada asesina, pero más que asustarme me resultó gracioso. Me aguantaba la risa al ver cómo hacía un puchero.

-¡No tiene gracia Sonic!- Me regañaba.

-Oh, vamos Ames, ¿acaso no puedes con una simple caja?

Empecé a correr al ver su intento de perseguirme, pero con mi supervelocidad conseguí esquivarla rápidamente. Pero, al ver cómo se detenía y observaba detrás mío con un semblante serio, me asusté. Tragué en seco y di la vuelta lentamente solo para encontrarme cara a cara con la persona causante de nuestro traslado.

-H-hola papá.

-Mauricio, sabes que no puedes usar tus poderes en el exterior. Alguien podría descubrirte.- Me señalaba con el dedo mientras yo me asqueaba mentalmente por cómo me llamaba.

-Agh, no me llames así. Además, nadie puede verme, soy taaaaan rápido que soy casi invisible.- Le respondí.

Él rodó los ojos. -Tú mismo lo has dicho: casi. No estás seguro al cien por ciento, y no podemos correr riesgos.- Agaché mis orejas en señal de tristeza. Si no podía correr me sentía encarcelado, sin libertad. Mi padre, al notar esto, posó una mano sobre mi hombro. -Tranquilo hombre, cuando nos mudemos, vas a poder correr a tus anchas por todo el lugar.

Amy, que estaba detrás nuestra, carraspeó para llamar nuestra atención. -¿Ya habéis terminado vuestra conversación? Porque no pienso cargar ni una sola caja más. Pesan demasiado.- Exageró.

Me reí ante su comentario y empezamos a subir al camión las últimas dos cajas. Hice una mueca de dolor al levantarlas.

-Por Chaos, como pesa esto. ¿Qué narices tienes aquí dentro?- Mi padre me ayudó a moverla.

-Cosas de trabajo. Instrumentos, cachivaches y otras cosas de científico.- Cerramos las puertas del camión y mi padre le hizo una señal al camionero para que arrancase.

Me quedé parada delante de aquel edificio con el que guardaba infinidad de recuerdos. Era en la cual viví mi infancia y parte de mi adolescencia. Iba a echarla de menos, y a mis amigos también. Era el chico más popular en la escuela desde primaria, así que no sabría cómo empezar desde cero. Noté como la tristeza caía sobre mí como un cubo de agua helada. Me dije a mí mismo que tenía que ser fuerte, así que me tragué mis lágrimas y me dirigí a donde se encontraban mi padre y hermana.

-Venga Drama King, al coche.- Amy se acomodó en el asiento del coche y se puso a mirar su celular.

Imité sus acciones y me senté a su lado, cerrando la puerta detrás de mí. Saqué mi móvil del bolsillo derecho de mis pantalones vaqueros y abrí la aplicación Spotify. Busqué rápidamente una playlist que fuese decente y me coloqué los audífonos en mis orejas.

Sentí como el motor arrancaba y nos empezábamos a desplazar. Sin mirar atrás ni por un segundo, me recosté en mi asiento y le di al botón play.

No había pasado ni siquiera la primera canción cuando sentí como mi hermana me estaba tocando el hombro para llamar mi atención.

-¿Qué quieres?- Gruñí.

-¿Sabes que la mayoría de las historias de amor clichés empiezan con una mudanza?- Giré mi cabeza para observarla mejor.

-¿Y...?