sombras del pasado

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El aire en Hogwarts estaba cargado de misterio. La noche caía sobre el castillo, y las sombras danzaban a la luz de las antorchas. Harry Potter, ahora en su séptimo año, se encontraba en la biblioteca, sumido en viejos tomos sobre la historia de la magia oscura. A medida que pasaba las páginas, un nombre resonaba en su mente: Tom Marvolo Riddle.

Mientras leía, un extraño susurro se hizo audible, un eco de voces perdidas que lo llamaban. Sin pensarlo, Harry siguió el sonido, adentrándose en los pasillos oscuros. Al llegar a una habitación olvidada, se encontró con un espejo cubierto de polvo. Al acercarse, la superficie comenzó a brillar, revelando la imagen de Tom Riddle, joven y carismático.

“Harry Potter”, dijo Riddle con una sonrisa intrigante. “He estado esperando este momento.”

Harry sintió un escalofrío recorrerle la espalda. “¿Qué quieres de mí?”

“Quiero ofrecerte un pacto”, respondió Riddle, su voz suave como la seda. “Tú, con tu habilidad, podrías ser más grande de lo que jamás imaginaste. Juntos, podríamos conquistar la magia y reescribir la historia.”

Harry sintió una mezcla de miedo y curiosidad. “¿Y qué tendría que hacer?”

“Solo necesitas abrir tu mente. Deja que el poder fluya a través de ti”, dijo Riddle, acercándose al espejo. “Puedo mostrarte lo que significa ser verdaderamente poderoso.”

A medida que los días pasaban, Harry comenzó a tener visiones de Riddle. Las tentaciones eran cada vez más intensas. En sus sueños, Riddle le enseñaba hechizos antiguos y secretos oscuros. Harry se sentía más fuerte, más vivo, pero cada vez que despertaba, la culpa lo atormentaba.

Una noche, mientras meditaba en la habitación común de Gryffindor, Hermione lo encontró preocupado. “Harry, ¿estás bien? Te veo distante.”

“No lo sé, Hermione. Hay algo… algo oscuro que me llama”, confesó.

“Ten cuidado, Harry. No dejes que la oscuridad te consuma”, advirtió Hermione, sin saber que su amigo ya estaba en la encrucijada.

Finalmente, Harry se plantó frente al espejo una vez más. “No puedo seguir así”, dijo, desafiando a Riddle. “No puedo ser como tú.”

Riddle frunció el ceño, pero en su mirada había un destello de interés. “Esa es tu debilidad, Potter. La bondad es una cadena que te ata. Pero hay otra forma de vivir. Te puedo ofrecer libertad.”

“¿Libertad? ¿A costa de tu oscuridad?” Harry replicó.

“Tal vez no sea solo oscuridad”, respondió Riddle, acercándose aún más al espejo. “En mí, también hay pasión, deseo… una conexión que no has sentido antes.”

Harry sintió que su corazón latía con fuerza. “¿Qué estás diciendo?”

“Que quizás lo que buscas no es la lucha contra mí, sino entenderme”, sugirió Riddle, sus ojos fijos en Harry.

A medida que las noches pasaban, Harry se encontraba atrapado entre el deseo de rechazar a Riddle y la atracción que sentía por él. En sus sueños, las lecciones de magia oscura se transformaron en momentos de conexión emocional. Riddle le hablaba de su vida, de sus anhelos, y Harry se dio cuenta de que detrás del villano había un joven perdido.

Una noche, mientras estaban frente al espejo, Harry decidió arriesgarse. “Tal vez no soy solo un héroe, Tom. Tal vez también estoy buscando entenderme a mí mismo.”

“Eso es lo que siempre quise”, dijo Riddle, su voz suave. “Te he observado, Harry. Hay una luz en ti que nunca he visto en otro.”

Ambos se acercaron, el aire tenso entre ellos. Sus miradas se encontraron, y por primera vez, Harry sintió que había una conexión más profunda. Sin pensarlo, se inclinó hacia Riddle, y sus labios se encontraron en un beso.

Harry retrocedió, sorprendido por sus propias acciones. “Esto… esto no puede ser real”, murmuró.

“¿Por qué no?”, preguntó Riddle, con una mezcla de desafío y vulnerabilidad. “¿No sientes la misma atracción que yo?”

Harry sintió su corazón desbordarse. “Sí, pero… no sé si puedo confiar en ti.”

“Dame una oportunidad”, suplicó Riddle. “No quiero ser el villano en tu historia. Quiero ser parte de algo más grande… contigo.”

Con el tiempo, Harry tomó una decisión. No podía cambiar el pasado de Riddle, pero podía elegir su propio camino. “Si vamos a hacer esto, debemos ser sinceros”, dijo Harry, su voz temblando. “Debemos ser honestos sobre quiénes somos.”

Riddle asintió, sintiendo una chispa de esperanza. “Te prometo que no te fallaré.”

Juntos, comenzaron un viaje no solo de exploración mágica, sino también emocional. A medida que se enfrentaban a sus propios demonios y luchaban contra las sombras del pasado, descubrieron una conexión profunda que superaba cualquier expectativa.

A medida que avanzaban, Harry se dio cuenta de que el amor no era una cuestión de luz u oscuridad, sino de aceptación. Tom y él se convirtieron en aliados, no solo en la lucha contra el mal, sino en la búsqueda de su propio lugar en el mundo.

Una noche, mientras caminaban por los jardines de Hogwarts, Riddle tomó la mano de Harry. “No me importa lo que digan los demás. Lo que siento por ti es real.”

Harry sonrió, sintiendo el peso de la historia y el futuro que estaban construyendo juntos. “Yo también siento lo mismo. No eres solo Tom Riddle; eres más que eso. Eres Tom, y eso es suficiente para mí.”

Y así, entre las sombras del pasado, nació un amor inesperado que prometía cambiar sus destinos para siempre. Harry y Tom, unidos en su lucha y su deseo, encontraron la luz en la oscuridad que los rodeaba.

**Fin**

El Poder De La TentacionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora