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El día había sido largo y Noeul se sentía agotado. Después de pasar la mañana en el parque, decidió que era hora de regresar a casa. Seojun estaba lleno de energía, hablando sin parar sobre su experiencia en el parque y los planes para su próximo viaje a Disneylandia. Boss, que había estado relativamente tranquilo, parecía estar en su propia cabeza, absorto en pensamientos.

Una vez en casa, Noeul se sentó en el sofá mientras Seojun corría hacia su habitación, emocionado por mostrarle a su madre un dibujo que había hecho. Boss se quedó en la entrada, observando la escena con una mezcla de nostalgia y melancolía.

-¿Te gustaría que te ayudara con la cena? -preguntó Noeul, intentando mantener la conversación ligera.

-No, estoy bien. Necesito pensar en algunas cosas -respondió Boss, sus ojos fijos en el suelo.

Noeul sintió un tirón en su corazón. Había momentos en que Boss parecía estar volviendo a ser el hombre del que se había enamorado, pero había otros en los que la sombra de su ira lo consumía. Sin poder evitarlo, se preguntó si alguna vez estarían completamente libres de ese ciclo.

-Siempre hay algo que te preocupa, ¿no? -dijo Noeul, intentando conectar con él.

Boss levantó la mirada, sus ojos oscuros llenos de emoción reprimida.

-Es complicado, Noeul. Quiero que las cosas sean diferentes, pero... no sé si puedo cambiar.

El silencio entre ellos se hizo pesado. Noeul sabía que cada palabra que pronunciaba podía ser crucial. No quería retroceder, pero tampoco quería dejar de ser honesto.

-Todos tenemos nuestros demonios. Pero eso no significa que no podamos intentarlo -Noeul se acercó un poco, sintiendo que necesitaba romper esa distancia emocional.

En ese momento, Seojun apareció con su dibujo, todo sonrisas.

-¡Mira, mamá! ¡Hice esto para ti! -dijo, levantando el papel lleno de garabatos de colores.

La expresión de Boss se suavizó mientras miraba a su hijo. Seojun corrió hacia Noeul y le mostró su obra con orgullo.

-Es hermoso, cariño. Me encanta -dijo Noeul, sonriendo y acariciando la cabeza de su hijo.

Boss, a pesar de su lucha interna, no pudo evitar sonreír. Era un destello de la familia que siempre había querido, y en esos momentos, sentía una chispa de esperanza.

Sin embargo, esa chispa se extinguió rápidamente cuando la risa se desvaneció y el peso de la realidad volvió. Boss, de repente, se puso en pie.

-Necesito salir un momento -dijo, y antes de que Noeul pudiera responder, se dio la vuelta y salió de la casa.

Noeul sintió un escalofrío recorrer su espalda. Las puertas de la casa se cerraron con un fuerte golpe, y en ese momento, se dio cuenta de que la inseguridad que había estado tratando de ignorar volvía a instalarse en su corazón.

Seojun miró a su madre, preocupado.

-¿Por qué papá se fue? -preguntó, su voz pequeña.

-No lo sé, cariño. Pero estoy segura de que regresará pronto -respondió Noeul, aunque las palabras sonaron más como una esperanza que como una certeza.

Mientras esperaba, Noeul se sentó de nuevo en el sofá, sintiendo el vacío que Boss había dejado. Miró el dibujo en sus manos y se dio cuenta de que su hijo estaba observando atentamente.

-¿Qué te preocupa, mamá? -preguntó Seojun, frunciendo el ceño.

-Solo estoy pensando en algunas cosas -dijo Noeul, intentando sonreír.

-¿Es por papá? -Seojun lo dijo con una inocencia que desgarró el corazón de Noeul.

Noeul asintió, sintiendo las lágrimas acumularse en sus ojos. No quería que su hijo se preocupase por los problemas de los adultos, pero era difícil esconder la verdad.

-A veces, las cosas no son fáciles entre adultos -dijo Noeul, tratando de explicarlo de la manera más sencilla posible-. Pero siempre intentaremos hacerlo mejor, tú y yo.

En ese momento, Seojun se acercó y abrazó a su madre, lo que la hizo sentir un poco más fuerte.

-Todo estará bien, mamá. Siempre estaré contigo -dijo Seojun con una confianza que hizo que el corazón de Noeul se llenara de amor.

Pero mientras Noeul abrazaba a su hijo, no podía evitar sentir que las sombras de la incertidumbre seguían acechando. ¿Cómo podrían sanar las fracturas en su familia si Boss no estaba dispuesto a enfrentarse a sus propios demonios?

El sonido de la puerta al abrirse interrumpió sus pensamientos. Boss entró, su rostro marcando la lucha interna que llevaba. Noeul se giró para mirarlo, y en ese instante, supo que la lucha no había terminado; solo estaba comenzando.

-Lo siento. Necesitaba tomar un aire -dijo Boss, su voz baja y grave.

-Está bien, -respondió Noeul, sintiendo que el momento era crucial-. Pero necesitamos hablar, Boss. No podemos seguir así.

El aire se volvió denso mientras las palabras flotaban entre ellos. Había tanto que decir, tanto que enfrentar, pero para Noeul, era claro que cada paso hacia adelante requeriría valentía de ambos.

Y así, en ese momento de verdad, con Seojun a su lado, Noeul se preparó para enfrentar los desafíos que vendrían, sabiendo que la lucha por su familia no sería fácil, pero estaba dispuesta a intentarlo.

Perdón si es tan corto TT me quedé sin ideas

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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Emergencia Emocional 2: Cicatrices Del Pasado y ¿Perdón?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora