Después de pasar los controles y hacer tiempo desayunado por fin ha llegado el momento de subir al avión y empezar nuestro gran viaje y esta preciosa aventura.
Mi madre, mi hermana y yo nos sentamos juntas y Emilio en el otro lado del pasillo, los cuatro en fila para poder ir juntos.
Mi madre agarra la mano de Gala por los nervios mientras despegamos y yo me dedico a mirar el paisaje, observo las nubes y miro hacia abajo, viendo lo pequeño que se ve el mundo desde aquí arriba. Mi hermana y yo escuchamos música mientras tanto, las azafatas nos hacen las indicaciones de emergencia y por fin, el avión ya está volando dirección Paris.
-Espero llegar pronto, ojalá pase rápido el día de hoy-dice Gala.
-En menos de lo que te imaginas estaremos en Paris-digo agarrando su mano.
El vuelo continúa hasta que por fin avisan que en menos de diez minutos estaremos aterrizando en Paris.
Bajamos del avión y hacemos caso a las indicaciones que muestran la salida tal y como marcan las flechas. Una vez en la calle intentamos buscar un autobús que nos lleve a casa pero fracasamos en el intento, por lo que Emilio sugiere que pidamos un Uber y a todas nos parece una gran idea. Hace frío y estamos deseando llegar a la casa donde nos hospedaremos estos días, así que cuanto antes lleguemos, antes descansaremos también.
El Uber no tarda en llegar al punto de recogida y después de dejar las mochilas en el maletero del coche uno por uno nos montamos después de confirmar que la dirección es correcta, el conductor nos informa que tardaremos en llegar una hora ya que hay bastante tráfico en la carretera.
Al llegar un mujer rubia de pequeña estatura nos recibe amablemente, ella no nos entiende y a nosotros nos cuesta bastante por lo que nos ayudamos con el traductor del teléfono. Cuando era pequeña hablaba un poco de Francés pero ahora me cuesta mucho más y aunque hay palabras que entiendo, hablarlo me es imposible.
La buena mujer se ofrece a llevarnos a un supermercado para hacer la compra para estos días y todos les damos las gracias cuando subimos al coche para poder comprar lo necesario de estos días.
Embutido, agua, leche, café, pan...Son algunas de las cosas que añadimos a la cesta para llevarnos a casa y tener comida para estos días. Los precios de Paris son mucho más elevados que los de Madrid y eso que a día de hoy todo ha subido de precio, pero aquí son desorbitados, así que ahora entiendo que los sueldos sean más altos aquí que en España.
Al llegar a casa es tal y como la imaginábamos, una pequeña casa rústica en medio de la montaña, casi todo es de madera. Hay un pequeño salón con una chimenea, la cual estoy segura que usaremos, una televisión, un sofá cama en el que dormirá Emilio y al fondo está la cocina totalmente equipada de electrodomésticos y en el centro de todo, una mesa y cuatro sillas.
A mano izquierda está la habitación donde dormiremos nosotras, no tiene muchas cosas, una cama de matrimonio con dos mesillas a cada lado, un armario y una especie de burro para colgar ropa. El baño es un poco más grande, aunque también tiene lo básico, salvo que también tiene una lavadora por si la necesitamos. Encima del espejo hay una estufa que no dudamos en encender para que vaya calentando un poco la casa, al estar en la montaña hace mucho más frío que en el centro de Paris.
Yo quería estar lo más cerca posible de Disney y lo he conseguido, solo estamos a unos diez o quince minutos en autobús. Nuestro pueblo es Crécy-la-Chapelle, no es muy grande que se diga, pero realmente no vamos a estar mucho tiempo aquí y la ubicación es perfecta para estar cerca del parque de atracciones a donde hemos venido estas vacaciones.
Mi hermana y yo colocamos toda nuestra ropa mientras mi madre coloca la compra y Emilio investiga donde se encuentra el WI-FI y cómo funciona la televisión para poder verla en castellano, ya que al estar en Francia es complicado poder oír algo en nuestro idioma, pero finalmente, lo consigue sin complicaciones.
Cenamos un poco de embutido una vez recogido todo y después de quedarnos a hablar un rato de cómo haremos todo al día siguiente nos vamos cada uno a nuestra cama.
-Buenas noches amor-me dice Gala.
-Buenas noches mi vida-respondo a mi hermana.
La doy un beso y me acurruco a ella para abrazarnos y que no sintamos tanto el frío que hace aquí, además que solo nos podemos tapar con un par de mantas finas que hay en la cama, por lo que no hace mucho calor.
Es pronto, tan solo son las nueve de la noche, pero el vuelo nos ha agotado por lo que no tardamos en quedarnos dormidos.
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Si decides quedarte.
Teen FictionNatasha ha dedicado su vida a trabajar y viajar a partes iguales. Siempre ha tenido el mundo a su disposición y la vida resulta. Reina del orden y la tranquilidad, ese ha sido siempre su lema. Un viaje a Paris, una familia no común y la reina de la...