• Solo pienso en ti 3/3

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La noche transcurría lentamente para Hanna y Barca, ninguno de los dos podía conciliar el sueño. Hanna se paseaba de un lado a otro en su habitación, con la mente revuelta por el torrente de emociones que el beso había desatado. Finalmente, incapaz de soportar más la incertidumbre y la confusión, tomó una decisión impulsiva. Se puso una bata ligera sobre su vestido y salió de su habitación, dirigiéndose al cuarto de Barca.

Cuando llegó frente a la puerta, su corazón latía con fuerza. Dudas y miedos pasaron por su mente, pero se obligó a apartarlos y tocó suavemente la puerta. Unos momentos después, Barca abrió, sorprendido al verla allí.

—Hanna, ¿qué pasa...? —empezó a preguntar, pero no pudo terminar la frase.

Hanna, sin darle tiempo a reaccionar, se lanzó hacia él, besándolo apasionadamente. El beso era intenso, cargado de todas las emociones reprimidas y deseos no satisfechos. Barca, aunque sorprendido, respondió con igual fervor, abrazándola con fuerza y atrayéndola hacia él.

Entraron en la habitación, y la puerta se cerró detrás de ellos con un suave clic. Hanna, aún sin separarse de sus labios, lo empujó hacia la cama. El beso se volvió más profundo y urgente, mientras ambos se dejaban llevar por la pasión del momento.

Barca la sostuvo con delicadeza, sus manos recorriendo su espalda, sintiendo el calor de su cuerpo a través de la bata. Hanna, por su parte, se aferraba a él como si temiera que se desvaneciera. Cuando finalmente se separaron para tomar aire, sus miradas se encontraron, llenas de una mezcla de deseo y vulnerabilidad.

—Hanna... —susurró Barca, su voz ronca—¿Estás segura de esto?

Hanna lo miró a los ojos, su respiración agitada.

—No lo sé, Barca. Pero en este momento, solo quiero estar contigo. Mañana, pensaremos en todo lo demás. Pero ahora, déjame sentir esto.

Barca asintió, comprendiendo la necesidad de Hanna de escapar de sus pensamientos y simplemente dejarse llevar. La besó de nuevo, con ternura y pasión, mientras ambos se dejaban caer en la cama. Esa noche, se entregaron el uno al otro, buscando consuelo y conexión en medio del caos de sus emociones.

Cuando finalmente se quedaron dormidos, el sol ya comenzaba a asomarse por el horizonte. Hanna se acurrucó en el pecho de Barca, y por primera vez en mucho tiempo, sintió una paz momentánea. Barca, por su parte, la sostuvo con suavidad, decidido a demostrarle que sus sentimientos eran genuinos y que estaba dispuesto a luchar por su amor.

 Barca, por su parte, la sostuvo con suavidad, decidido a demostrarle que sus sentimientos eran genuinos y que estaba dispuesto a luchar por su amor

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El sol de la mañana se filtraba a través de las cortinas, bañando la habitación con una luz suave y cálida. Barca despertó primero, sintiendo el peso ligero y reconfortante de Hanna dormida a su lado. La miró por unos momentos, maravillado por la paz que emanaba de su rostro mientras dormía. Con una ternura infinita, le acarició levemente la mejilla, disfrutando de la suavidad de su piel.

Se inclinó y dejó un beso suave en su frente, seguido de otro en sus labios. Hanna empezó a despertarse lentamente, abriendo los ojos con una mezcla de sorpresa y confusión al recordar dónde estaba y lo que había pasado. Antes de que pudiera hablar, Barca tomó la iniciativa, queriendo asegurarse de que ella supiera lo que él sentía.

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