parte 1
Mi tío Efraim era mago, sacaba palomas de una galera, rompía papeles y juntaba con un pase de magia los pedazos, encontraba huevos detrás de las orejas de sus espectadores. lo que hacen los magos.
Se dedicaba, como tantos otros magos a animar fiestas infantiles nunca alcanzo siquiera una mínima cuota de fama y sus funciones eran casi siempre en barrios pobres o pueblos perdidos.En los últimos años, incluso entre este público se los reclamaba cada vez menos.La mayoría de sus espectadores futuros.Ahora los magos volaban o destruían edificios.Se los podía ver en grandes escenarios, por televisión.Nunca comprendí cómo alguien podía admirar a un mago por televisión. ¿cual es la diferencia con cualquiera de esas series en que los autos vuelan por el aire o los simios hablan y se visten como seres humanos?. Magia para mi, era la que hacia mi tío Efraim.
Es cierto que su atuendo no inspira confianza.Levaba siempre el mismo frac maltrecho, y su ayudante, que variaba cada año, lucia en la cabeza un turbante era un pedazo de sábana rota por la mitad, hecha un bollo, con una enorme mancha amarilla en el lazo izquierdo, nunca comprendí por qué el tío no había querido cambiar esa sábana, es que no la podía lavar.
En mi familia no era muy respetado era el hermano de mi padre, pero mi padre lo observa con desconfianza.Mi madre, por su parte, deseaba tenerlo lo mas lejos posible, si le permitía venir cada tanto a visitarnos era por qué consideraba más, nocivo para mi presencia una gran ruptura familiar que ver de vez en cuando a este sujeto que la desgraciaba.
El motivo principal por el que mi padres recelaban de mi tío era qué ignoraban el origen de sus ingresos. Como dije, Efraim sólo actuaba ante el publico bajo nivel económico, y con el tiempo este publico mermo.Para mi tío no pasaba hambre y mucho mas curioso, viajaba a Europa una o dos veces por año.
-Es un gánster- decía mi madre -debe tener una cuenta en un banco Europeo-intentaba justificar mi padre
- ¿ y dónde saco en dinero?- insistía mi mamá. Y mi padre no sabia qué responder.
Cierto verano, cuando yo tenia catorce años, mi padre me anuncio un asado que celebraríamos al día siguiente, pues mi tío llegaba de unos de sus viajes a Europa y quería vernos
Ese había sido uno de los peores veranos de mi adolescencia. Hacía una pocas semanas había decidido que quería ser escritor, luego de una larga desesperación vocacional, en cuyo remolino me había convertido en un hombre oficio y rechazado como mi tío, descubrí que escribir podía llegar a ser, si bien no un sostento para mi vida, al menos un mucho mejor, que, por ejemplo ser mago, con este objetivo, me dedique a perfeccionar cada una de las no pocas cosas había escrito desde los trece años. Como enviados por un duende demoníaco, en el preciso momento en que decidí sentarme a escribir, se instalo en el departamento de arriba de nuestro un vecino que golpeaba día y noche.
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El mago
FantasyEsta divido en las partes que gasta una hoja no son capítulos, es un aviso nada mas graccias