En un pequeño pueblo costero, las tormentas traen consigo más que solo truenos y lluvia. Cada vez que una tormenta se cierne sobre el horizonte, una espesa neblina cubre el lugar, envolviendo a los habitantes en una calma inquietante. Sin embargo, no es solo la naturaleza lo que trae la tormenta. En la neblina, algo acecha, algo que lleva generaciones eligiendo a sus víctimas cuando los truenos rugen y las sombras se alargan.
Era un día como cualquier otro en el pequeño pueblo costero de Blackwater. Los residentes, acostumbrados a las feroces tormentas que azotaban la región, habían aprendido a no temerlas. Sin embargo, había una advertencia que todos conocían, pero que pocos tomaban en serio: "Nunca salgas cuando la niebla se mezcle con la tormenta."
La advertencia era antigua, transmitida de generación en generación, pero con el tiempo se había vuelto una superstición más. Los jóvenes del pueblo se reían de ello, mientras los ancianos evitaban hablar demasiado del tema. Sin embargo, algunos sabían que detrás de esa leyenda se ocultaba un oscuro secreto.
Aquella noche, las nubes se apilaron en el cielo, gruesas y negras, prometiendo una tormenta feroz. El viento comenzó a soplar con fuerza, haciendo que las ventanas temblaran en sus marcos. Mientras la lluvia empezaba a caer en gruesas gotas, una densa niebla empezó a surgir desde el mar, extendiéndose lentamente hacia el pueblo.
Evelyn, una joven que había llegado recientemente al pueblo para escapar del bullicio de la ciudad, miraba por la ventana de su pequeña cabaña. Había escuchado las historias de la niebla y la tormenta, pero, como muchos, no les dio demasiada importancia. Decidió salir de la casa para asegurarse de que todo estuviera bien con su pequeño bote amarrado en el puerto.
La niebla, al principio tenue, comenzó a espesarse, envolviendo todo en un manto gris. A medida que avanzaba hacia el puerto, el sonido de las olas rompiendo contra la costa se hizo más distante, como si estuviera atrapada en una burbuja de silencio. El viento ululaba en lo alto, y los relámpagos iluminaban el cielo con destellos que solo servían para acentuar la densa oscuridad.
A mitad de camino, Evelyn empezó a sentir algo extraño. A pesar del rugido de la tormenta y el golpe constante de la lluvia, el pueblo estaba en completo silencio. No había ningún otro sonido, ni voces ni risas provenientes de las casas, ni siquiera el eco de sus propios pasos. Era como si la niebla hubiera absorbido todo sonido, dejándola completamente aislada.
De repente, el aire se volvió más frío, helado incluso. El vello de sus brazos se erizó, y un escalofrío recorrió su espalda. Evelyn miró a su alrededor, tratando de ver algo a través de la neblina, pero no había nada, solo sombras amorfas que se movían y distorsionaban con cada relámpago.
Justo cuando estaba a punto de dar la vuelta y regresar a su cabaña, escuchó un sonido. Un leve crujido, como el de hojas secas bajo un pie. Miró hacia adelante, y entonces lo vio: una figura alta y delgada caminando lentamente hacia ella, emergiendo de la niebla. No podía distinguir ningún rasgo, solo la silueta oscura, pero había algo en su andar que la llenó de pavor.
Evelyn retrocedió instintivamente, pero sus pies parecían pegados al suelo. La figura se acercaba, lentamente, sin prisa, pero con una presencia que llenaba el aire de terror. Intentó gritar, pero su voz no salía; el silencio de la niebla la había envuelto por completo.
A medida que la figura se acercaba más, Evelyn pudo notar algo aún más aterrador: no había sonido alguno acompañando sus pasos. El ser avanzaba, pero el silencio era absoluto. La niebla alrededor parecía moverse con él, como si fuera parte de su esencia, como si él mismo fuera la manifestación de la tormenta.
Desesperada, Evelyn finalmente logró moverse. Corrió hacia su cabaña, resbalando en el suelo mojado, con el corazón martilleando en su pecho. A cada paso que daba, sentía la presencia de la figura cada vez más cerca, como si el aire mismo la estuviera persiguiendo.
Llegó a su cabaña y cerró la puerta de golpe, respirando entrecortadamente. Afuera, la niebla presionaba contra las ventanas como una manta opresiva. El silencio seguía, implacable. Pero entonces, escuchó algo que la congeló por completo: un golpe suave en la puerta.
Evelyn no se movió. El golpe se repitió, esta vez más fuerte. Sabía que no debía abrir, sabía que fuera lo que fuera, no era humano. La neblina traía consigo cosas peores que la tormenta.
El tercer golpe fue ensordecedor, y la puerta tembló en sus bisagras. Evelyn retrocedió lentamente, buscando una salida. Pero no había ningún lugar a donde ir. La figura estaba justo fuera de la puerta.
De repente, el sonido cesó. Todo quedó en completo silencio, y durante un momento que pareció una eternidad, Evelyn pensó que se había ido. Pero cuando se volvió hacia la ventana, vio algo que hizo que su corazón se detuviera. Los ojos. Rojos y brillantes, la observaban desde fuera, flotando en medio de la niebla, tan cerca como si estuvieran dentro de la habitación.
Evelyn gritó y cayó de rodillas, esperando lo peor. Pero nada sucedió. Los ojos desaparecieron, y la neblina comenzó a disiparse lentamente. La tormenta afuera seguía rugiendo, pero la niebla se alejaba, como si la presencia que la había traído se hubiera desvanecido.
A la mañana siguiente, cuando los aldeanos encontraron a Evelyn, estaba acurrucada en la esquina de su cabaña, temblando. No podía recordar mucho de lo que había sucedido, solo fragmentos de sombras y ojos rojos. Pero había una cosa que sabía con certeza: nunca más saldría en una tormenta envuelta en niebla.
Y aunque los habitantes del pueblo intentaron consolarla, sabían en el fondo de sus corazones que la advertencia era real. Porque cuando la niebla y la tormenta se encontraban, algo antiguo despertaba, algo que nunca perdonaba a aquellos que se atrevían a enfrentarlo.
La niebla era su guardián, y la tormenta su heraldo.
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Ecos En La Oscuridad
ParanormalEs una antología que reúne cuentos inéditos de terror y suspenso, capaces de mantenerte al borde de la locura y el miedo. En estas páginas, descubrirás relatos que exploran lo desconocido, lo sobrenatural y los rincones más oscuros de la mente human...