Capítulo 1

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                                                  Lilian

-¿En serio, mamá? ¿Por que tenemos que ir todo el rato a las cenas esas del Family Vip?

La Family Vip es un grupo formado por familias muy amigas. A veces organizaban cenas, comidas, eventos, etc...

Y yo no soy muy fan de eso, la verdad. Aún que... me acabo de acordar de que hay cierto chico super guapo en el que puede que esté interesada... no solo por apariencia, sino por que es un amargado super guapo.

Sí, ya sabemos tu debilidad por los chicos guapos amargados.

Gracias, conciencia. No es la primera vez que me lo informas.

De nada, Lilian.

Ugh, mi consciencia tan borde como yo... Esa es una de las desventajas de que esté basada en mí.

Al final acabé alistandome para salir. Me duché, me puse mi caracteristico perfume de lavanda y no se qué más.

Y obviamente me vestí.

Me pasé un top negro sobre mi cabeza, y unos pantalones cargo (por las piernas, obviamente), unas botas y por último pero no menos importante, me puse mi collar, que consistía en una cadena con un pequeño aro con diamantes incrustados (ojalá fueran reales).

Entré al coche, me senté en el asiento del conductor y el coche arrancó cuando giré la llave en el lugar correspondido. Mi madre estaba a mi lado, en el asiento de copiloto, y mi padre y mis tres hermanos en los asientos traseros.

  

                                                 Max

No me apetecía nada ir a la cena de la Family Vip. Mi mejor amiga me llama amargus, porque considera que soy un puro amargado. No me molesta demasiado. Me molesta, sí, pero no en exceso.

La cuestión es que no queria ir, pero me veía obligado por mis padres. Vaya mierda..

Al final acabé yendo a la cena, igualmente no me quedaba de otra.

Me duché, me puse mi colonia y me vestí.

La ropa que me puse consistía en una camiseta gris oscuro, unos pantalones cargo y zapatos negros.

Entré junto a mi familia al coche, mi padre al volante, y nos dirigimos al lugar de reunión.

                                                 Lilian

Al llegar a la entrada, vi a mi querido amargado saliendo de su coche. Al instante me emocioné solo al verlo. ¿Qué me estaba pasando?

Calmate, Lilian, solo lo has visto hablar con su hermosa y sexy voz y... no te precipites... contrólate, Lilian.

Al intentar -y fallar en el intento- no caer en sus encantadores ojos verdes, su negro y ligeramente rizado cabello y su mandíbula marcada, me vi obligada a apartar la mirada y intentar hacer lo mismo con mis pensamientos.

Entré en la casa, ajena a mi alrededor, y oí una voz saludándome:

-¡Lilian! ¡Cuánto tiempo!

Me giré para ver quien era y me quedé un poco sorprendida al ver que era la madre del mi -futuro- Amargado.

Ya veremos eso de futuro. Seguro que ni se ha fijado en tí.

¿Qué nos apostamos?

Tu dignidad.

Y la tuya. Que tampoco tienes mucha.

Mira quien fue a hablar...

Callate, idiota.

Luego de esa conversación -que duró un milisegundo en mi mente-, rápidamente recuperé la compostura y le respondí:

-¡Sí! La última vez que os vi creo que fue... Si no me equivoco, creo que fue en la última reunión, ¿No?

Carolina, su madre, me sonrió cálidamente.

-Sí, hace ochonaños. Echábamos de menos verte. Y escuchar tu extenso vocabulario... ¿No es así, Max?

Al instante en el que mencionó su nombre, el aludido se giró hacia nosotras, mirandonos con cautela. Aún seguía siendo un bombón. De chocolate negro.

Lo miré con ternura sin siquiera saber por qué.

                                                    Max

Ella me miró con ternura, no entendí el por qué, pero al ver que era Lilian, mi expresión se suavizó. No sé por qué lo hice, pero no fue con mi propia voluntad.

Uh-huh... Claro, claro...

Y si te callas un rato, conciencia?

-Hola -Me saludó. Parecía nerviosa-. ¿Que tal?

Al verla así, me llenó una pequeña oleada de ternura, y saludé de vuelta.

¿Que coño me estaba pasando?

-Hola. 

-¿Qué tal?

-Bien, ¿y tú?

-También.

El ambiente se podria haber cortado con un cuchillo de lo tenso que era. Ella me miró.

-Y... ¿Que haces ahora? Tus hobbys, me refiero. Recuerdo que antes the gustaba mucho entrenar.

-Ah... Entreno. Y ahorro. Y espero mi vida amorosa.

-¿Ahorras? ¿Para qué? ¿Y de verdad no tienes novia?

Pareció sorprendida al oir que no tenía pareja.

¿Tan guapo era?

Hermoso, hijo mio, hermoso...

¿No te he dicho que te calles ya...?

-No. ¿Y tú? ¿Qué sueles hacer en tu día a día, pequeño saltamontes?

Entrecerró los ojos un momento antes de hablar:

-No soy un saltamontes... y bueno, mis hobbys son leer, actuar, dibujar y hacer crochet. De hecho soy una oruga literaria.

¿Pero qué cojones...?

Me reí.

-¿Una oruga?

-Una oruga, no un saltamontes, Maxy.

-De acuerdo, Orugita.

Seguimos charlando, y al final del día acabamos intercambiando números, cosa que, sinceramente, me resultó extraño.

La fiesta continuó hasta la madrugada, dijeron que solo iban a ser unas dos horitas de nada, pero acabaron siendo 8 horas.

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⏰ Última actualización: Nov 15 ⏰

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