Capítulo 4

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Mierda.

Mierda mierda mierda mierda. "Tragame tierra" pensó el castaño.

—¿Hay alguien ahí?— empezó a oír que sus pasos se acercaban al cubículo dónde él se encontraba.

—Ehmmm ¡Si! Fui yo disculpen— agudizó la voz lo más que pudo en un intento de engañarlas.
—¿Qué pasó? Oímos un ruido— habló preocupada una de ellas
—¿Estás bien?
—Ehh es que me siento mal— era pésima esa excusa, seguramente esas chicas no iban a creer en esa mentira tan falsa y barat...

—Debe ser un cólico
—¿Te bajó?
—... S-si— no sabía a qué se referían pero si decía sí a todo tal vez lo dejarían sólo por una buena vez.

Se asustó horriblemente al ver que debajo de la puerta le pasaron una pastilla y una toalla higiénica.

—No te preocupes, te dejaremos a solas cuídate.
—Adios~
Los pasos se alejaron y no los escuchó más cuando la puerta se cerró. Ambas chicas salieron del lugar.

Era un milagro. Un extraño milagro pero uno al final al cabo. Se sorprendió al ver por la rejilla que ya no había nadie. Y en una salió corriendo de ahí.

Corrió sin mirar atrás, de esa prisión tan limpia y ordenada cubierta de azulejos.

Descansó en los pasillos un rato, tratando de mantener el aire en sus pulmones, la campana sonó de nuevo ¿Tanto tiempo se había quedado atrapado? Buscó su celular en sus bolsillos de su casaca o del pantalón pero no lo encontraba, lo había olvidado en su carpeta.

—Dios soy yo de nuevo, por favor que nadie se haya robado mi celular :'v

Buscó un reloj y al verlo se dió cuenta que ya era la salida.

Todos salían de sus salones. Entre toda esa multitud de gente vió a Miguel junto con dos mochilas, la suya y la de él.

—¡Migueeeel! :'v- se fue volando a sus brazos para buscar consuelo. Esa fue una experiencia extraña y rara que no quisiera volver a repetir.

—¡La concha de la lora!, tenés el cuerpo pesado recordá— empezó a forcejear con el castaño debido a la diferencia de tamaño entre ellos
—Lo siento papu, es que paso mucho tiempo desde que te ví :'v
—Solo fueron 2 horas
—Para mi fue una eternidad :'v
—Hablando de eso, ¿Dónde mrd andabas?

Luis lo pensó un poco, si le contaba que se había quedado atrapado en el baño de chicas de seguro Miguel lo iba a empezar a insultar y burlar de todas las maneras posibles y por haber.

—Bueno, fui al baño. Y al salir, el profesor de educación física me pidió ayuda en sacar el taburete- dijo un poco nervioso.
—¿Taburete?— preguntó Miguel extrañado
—¡Sí! Y era uno muy pesado. Casi me rompo un brazito :'v— él no era bueno mintiendo y tenía miedo que Miguel descubriera esa vergonzosa experiencia.
—¡Ja! Tenés la fuerza de una mina
—Ya basta papu, fue mucho por hoy :'v
—Si, si, si ya entendí. Agarra— Miguel le lanzó su celular
—¿A poco no se lo llevaron? :'V— dijo entre lágrimas dando besitos a su celular
—Lo dejaste olvidado en tu carpeta pedazo de animal— señaló el celular y de paso le dió su mochila -Me debés una grasoso
—¡Nombre! Pídeme lo que quieras corazón de melón— habló el castaño con brillitos en los ojos.
—No quiero nada— contestó Miguel
—... Ah?— esto era raro.

Normalmente cuando le pides ayuda a Miguel siempre te pide algo a cambio ya que él decía que su tiempo y esfuerzo costaba —¿Seguro que no quieres nada? :'v
—Después que me dejaste tirado no quiero nada— habló con la voz apagada desviando la mirada a un costado
—Noooo mi chikistrikis, ¡Lo siento! No era mi intención lastimarte. Perdóname ¿Sí?— rápidamente envolvió sus brazos en el cuerpo del más bajo, dándole besitos en sus mejillas para luego darle un largo beso en su frente —Lo siento— lo miró a los ojos y lo abrazó más fuerte con el miedo que el otro se fuera. Realmente se sentía culpable

Septiembre Sin Fap (Papulince X Panafresco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora