𝐎𝐧𝐞 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬 © ʜᴀʀʀʏ ᴘᴏᴛᴛᴇʀ

ᴅʀᴀᴄᴏ ʏ ᴛᴏᴍ | ᴅɪᴠɪᴅɪᴅᴏꜱ

Advertencia: Lenguage Vulgar 

Los pasillos de las mazmorras de Hogwarts, poco iluminados, habían visto su cuota de momentos tensos, pero ninguno como este. T/N estaba de pie entre dos de los hombres más peligrosos e impredecibles que había conocido: Tom Riddle y Draco Malfoy. Ambos caminaban de un lado a otro, sus voces se elevaban y hacían eco en las frías paredes de piedra.

"¡Eres un maldito cobarde, Malfoy!" Tom escupió, sus ojos fríos y oscuros se entrecerraron peligrosamente mientras miraba a Draco con enojo. "Corres hacia tu padre por cada pequeño problema como un niño asustado. Patético".

Draco se burló, pero estaba claro que las palabras de Tom habían herido profundamente. "¡Y tú eres un maldito loco, de verdad estas loco  Riddle! Siempre moviendo los hilos, actuando como si todos te debieran algo. Noticia de último momento: ¡Tom Riddle no es un maldito dios!"

La cabeza de T/N giró entre los dos, su corazón latía con fuerza en su pecho. No era así como esperaba que fuera su velada. Lo que había comenzado como una simple reunión se había convertido rápidamente en una pelea a gritos, y ahora estaba atrapada en medio de una disputa entre el heredero de Slytherin y el heredero Malfoy.

"¡Basta! ¡Los dos!" gritó, intentando mantener algo de control, pero su voz apenas se oía por encima de la furia en el aire.

Tom dio un paso adelante, con su voz baja y venenosa mientras la ignoraba por completo. "Siempre has sido débil, Malfoy. Siempre te has escondido detrás de tu nombre, tu dinero, tu linaje. ¿Y crees que *eso* te hace poderoso? No eres nada".

El pálido rostro de Draco se sonrojó de ira. "¿Y qué hay de ti, Riddle? ¿Crees que eres tan alto y poderoso porque tienes a la gente muerta de miedo de ti? Eso no es poder, es desesperación. ¿Quieres hablar de esconderte? Has estado ocultando la verdad sobre ti desde el primer día, ¿no?"

El rostro de Tom se ensombreció, la apariencia tranquila que solía tener se quebró. —Cuidado con esa maldita palabra, Draco.

T/N podía sentir la tensión creciendo, la energía entre ellos crepitando como fuego a punto de encenderse. —¡Basta! Ambos están actuando como...

—¡No te metas en esto, T/N! —espetó Draco, lanzándole una mirada en su dirección, su actitud normalmente fría ahora destrozada—. Esto no se trata de ti.

—¿Sí? Bueno, ¡seguro que se siente como si lo fuera! —replicó T/N, su frustración hirviendo—.

—Ustedes dos siempre están peleándose, y yo estoy atrapada en medio de sus malditos concursos de egos. ¡Tal vez uno de ustedes debería madurar de una vez!

Draco parecía que estaba a punto de responder, pero Tom se le adelantó, su voz suave y cortante como una cuchilla. —T/N, cariño, esto es entre Malfoy y yo. Ha estado poniendo a prueba mi paciencia durante demasiado tiempo.

T/N volvió su mirada furiosa hacia Tom, negándose a dar marcha atrás. —¿Y se supone que debo quedarme aquí parada y observar cómo se destrozan el uno al otro? ¿Por qué? ¿Por tu maldito orgullo?

—¡Tienes toda la razón, se trata de orgullo! —gruñó Draco, acercándose a Tom, con los puños apretados a los costados—. ¿Crees que puedes entrar aquí y tomar lo que quieras, incluyendo T/N? ¿Como si fuera tuya? A la mierda con eso, Riddle.

El labio de Tom se curvó en un gruñido. —A diferencia de ti, Draco, yo no necesito *pedir* lo que quiero. Lo tomo.

La habitación pareció volverse más fría mientras los dos se miraban fijamente, el odio y los celos prácticamente irradiaban de ellos. El corazón de T/N latía con fuerza en su pecho mientras se interponía entre ellos, con las manos levantadas en un intento de detener lo que fuera que estuviera a punto de suceder a continuación.

—¡Deténganse, los dos! —gritó, con la voz quebrada por la emoción. —No se trata de poder ni de quién es más fuerte, ni de quién puede *ganarme*. No soy un premio que ninguno de los dos pueda ganar.

Los ojos oscuros de Tom se posaron en ella, su expresión era ilegible, pero la ira en su mirada había cambiado. Había algo posesivo allí, algo peligroso.

—T/N —dijo, su voz engañosamente tranquila—, no lo entiendes. He sido paciente, pero Draco me ha estado poniendo a prueba durante demasiado tiempo. Es hora de que alguien lo ponga en su lugar.

Draco se burló. —Oh, vete a la mierda con esa mierda moralista. ¿Crees que eres tan jodidamente superior solo porque puedes hablar bien? Eres tan inseguro como el resto de nosotros. Tal vez peor. Estás obsesionado con el control porque tienes miedo de perderlo.

La mandíbula de Tom se tensó, y T/N pudo ver su mano retorciéndose hacia su varita. —No me empujes, Malfoy.

—¿O qué? Draco espetó, acercándose. "¿Me matarás? Como si esa fuera tu solución para cada maldita cosa, ¿no? ¿No puedes ganar? Simplemente asesina a quien se interponga en tu camino".

T/N sintió una oleada de pánico. Esto había ido demasiado lejos. Se colocó frente a Tom, con las manos en su pecho, empujándolo hacia atrás antes de que pudiera hacer algo de lo que se arrepentiría. "¡Alto! ¡Los dos necesitan calmarse!"

"T/N", dijo Tom con los dientes apretados, "quítate de mi camino".

"¡No!" gritó, negándose a moverse. "¡No voy a dejar que ustedes dos se maten entre sí por una maldita competencia de quien es mejor!"

La voz de Draco era fría como el hielo. "Él no vale la pena, T/N. No necesitas a alguien como él"

Los ojos de Tom brillaron peligrosamente. "Creo que estás equivocado, Draco. Ella no *necesita* a nadie, y menos a ti".

Draco lo miró con enojo, con los puños todavía apretados—. Seguro que no necesita a un psicópata que crea que puede controlarla.

T/N se giró para encarar a Draco, con voz aguda. —¡Y seguro que no necesita a alguien que no pueda controlar sus propios celos, Draco!

Ambos hombres la miraron, su ira eclipsada momentáneamente por la sorpresa. El pecho de T/N se agitó con frustración, sus manos temblaban mientras trataba de recuperar el aliento.—No se trata de quién es más poderoso o quién puede intimidar al otro —dijo, con la voz temblorosa por la emoción—. ¡Se trata del hecho de que ustedes dos están tan consumidos por sus propios egos que no pueden ver lo que me están haciendo!

El rostro de Draco se suavizó ligeramente y dio un pequeño paso hacia atrás. —T/N...

Pero Tom, siempre sereno, dio un paso adelante otra vez, sus ojos clavados en los de ella. —T/N —dijo, en voz baja y peligrosa—, tienes que entender algo. No comparto nada. Ni con él. Ni con nadie.

T/N sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral. La intensidad de Tom era abrumadora, sofocante, pero la de Draco no era mucho mejor. Ambos la querían, ambos necesitaban *ganar*, y ella era el premio atrapado en medio de su batalla.

Tragó saliva con fuerza, su voz ahora más tranquila. —Y les digo a ambos que no soy algo por lo que pelear. No soy un maldito trofeo por el que ustedes dos deban competir.

El silencio que siguió estaba cargado de tensión. Finalmente, Draco dio un paso atrás por completo, su rostro era una máscara de furia y frustración.

—Bien —escupió, girando sobre sus talones y saliendo furioso de la habitación—. Pero esto no ha terminado.

Tom vio a Draco irse antes de volverse hacia T/N, su expresión ilegible. Se acercó, su voz un susurro peligroso. —Recuerda lo que te dije, T/N. No comparto.

Dicho esto, pasó junto a ella y desapareció entre las sombras, dejando a T/N allí de pie, con el corazón latiendo con fuerza en el silencio sofocante.

Dividida entre dos serpientes, se dio cuenta de una cosa con certeza: no había forma de ganar este juego.