Capítulo 4 | Lo estoy intentando

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Su viaje terminó, llegaron todos a su destino y Daen los dirigió a su mansión. Aaron pudo observar todo sin poder disfrutar de ello porque la alegría ya no estaba dentro de él. Sigue sintiendo las emociones de su Boo Boo y seguro que él sentirá como se siente también. Solo pudo darle una mirada a Jackson, el cual no le genera nada bueno y cuando eso ocurre, por lo general es por una razón.

Jackson se encontraba demasiado cerca de su novio y Reyli estaba más que celoso. Lo entiende, porque él también lo está, pero lo necesita tan cerca para poder encontrar las fallas que tiene tras esa sonrisa amable. ¿Ayudarlos? Claro, como si pudiera aportar algo necesario que, en definitiva, no les importa. Saben hacer sus trabajos como para necesitar a un imbécil como él.

¿Cree que puede engañarlo? Eso no es posible. Tiene tanta experiencia que hasta puede oler todas sus intenciones, y estas no son nada buenas. Entonces, si él quiere fingir a hacerse el chico amable y preocupado, claro que él será alguien que finge ser tonto y descuidado. Por algo es un verdugo, por algo es el mejor en todo. Tiene una falsa máscara en su rostro que esconde oscuridad. Se fue contra Dalton, un chico lindo, amable  lleno de confianza y muy dado con las personas. Sabe que puede conseguir lo que quiera si envenena su cabeza.

¿Quieren jugar? Pues él es el Rey en esa clase de juegos.

—Hermano —Aaron dejó de ver a Jackson y volteó a ver a Asher —, mi osito se siente mal. Tiene algo de fiebre.

—Dile a Daen para ver si tiene medicamentos, me avisas si hay, sino para ir a comprarle —Su hermano asintió y Aaron se fue a ver a Caleb. Subió las escaleras y buscó la habitación donde dormirá.

Caleb está acostado y arropado. Se acercó despacio y se sentó en la cama, tocando su frente y notando que está hirviendo.

—¿Cómo es que te enfermaste?

—Supongo que es por todo lo que ha pasado y por no tener cerca a mi gemelo. Tenemos una conexión, ¿Sabes? Se ha hecho bastante fuerte y ahora que ya no está, todo está mal dentro de mí —Sus ojos se llenaron de lágrimas —. Lo recuperaremos, ¿Verdad? Por favor dime qué sí lo haremos porque no podría soportar perderlo.

Aaron soltó un suspiro, no sabiendo bien qué decirle exactamente. Solo pudo desviar la mirada y pensar en algo rápido. No es muy bueno consolando a las personas y está claro que cuando lo intenta, siempre termina diciendo tonterías. Llevó su mano a su cabeza y le hizo una caricia.

—No te preocupes, Caleb, claro que lo vamos a encontrar.

Caleb se levantó un poco y luego se le lanzó encima para abrazarlo y empezar a llorar. ¿Y ahora qué hace? Se quedó estático por unos segundos y terminó envolviéndolo con sus brazos para darle algo de calma.

—Yo confío en ti.

—Al parecer todos lo hacen.

—Porque sabemos que tú vas a encontrarlo y que sabes cómo hacerlo. Nosotros estaríamos perdidos sino estuvieras aquí.

Esas palabras resonaron en su cabeza una y otra vez, tomándolo por sorpresa y haciéndole sentir algo bueno. Fue una calma detrás de tanto desastre y al ver su rostro, solo pudo pensar en su Boo Boo, pero sabe que todo estará bien, que podrá encontrarlo y que todo es cuestión de tiempo para ello. Desistir no es una opción.

—Osito, aquí está el medicamento —Aaron se puso de pie y los dejó solos luego de eso. Bajó de nuevo y vio a los chicos preparando todo.

Daen sacó bastante de sus armas y ellos las miraban para elegir algunas. Jackson estaba recargado de la pared mientras que los observa. Este giró su rostro y los dos terminaron viéndose a los ojos. Aaron se fue acercando a él despacio y se colocó a su lado.

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