Narrador Omnisciente
Goku salió de su casa con una lata de Coca-Cola vacía en la mano, la luz del sol iluminando su camino mientras un aire de libertad lo rodeaba. Ese día se sentía diferente, como si el destino le ofreciera una pausa de la vida de caza de héroes y artistas marciales que había llevado tan intensamente. La idea de disfrutar de un día normal, de ser un simple ciudadano en lugar de un cazador, le parecía casi un lujo — Sobretodo porque Goku antes era más pobre que el chavo del 8 —. Con una sonrisa traviesa en su rostro, lanzó la lata al aire y la atrapó, sintiendo la adrenalina correr por sus venas.
De repente, se acordó de algo que había recibido recientemente. Sacó de su bolsillo su nueva tarjeta de crédito, un objeto brillante que parecía irreal. "Esta tarjeta de crédito tiene dinero infinito... puedo comprar cosas ahora", dijo con una risa divertida, sintiendo que el mundo entero estaba a sus pies. Con eso, se dirigió a la ciudad más cercana, ansioso por disfrutar de la vida de un mortal, sin preocupaciones ni batallas.
Mientras caminaba, sintió que el bullicio de la ciudad lo atraía como un imán. Las luces brillantes, los sonidos de la gente riendo y hablando, y el aroma de la comida callejera llenaban el aire. Sin embargo, una sensación extraña lo detuvo en seco. Giró la cabeza y notó la presencia de Gen, una figura que siempre parecía tener un interés especial en él. "¿Ahora qué quieres?" preguntó Goku con fastidio, cruzando los brazos mientras fruncía el ceño.
Gen le sonrió con una inocencia que parecía casi burlona. "Solo pasaba por aquí, Garou", dijo, fingiendo ser ingenua, mientras sus ojos brillaban con una chispa de diversión. "¿No te alegras de verme?" le preguntó, haciendo que Goku se sintiera aún más incómodo.
Goku la observó fijamente, sus instintos de guerrero en alerta. "Mujer, sé que no me encontraste por casualidad", dijo con voz seria, la duda nublando su mente. La idea de que Gen simplemente estuviera allí sin un motivo lo incomodaba.
Gen mantuvo su actitud despreocupada y miró a Goku con diversión. "Garou... ¿por qué te seguiría? Eso no es muy de heroína de mi parte", replicó, su tono ligero y burlón. Sabía cómo encender la chispa de la incertidumbre en él.
Goku, con la mente aún girando, continuó dudando. "Pero... es mucha casualidad", dijo, su mente discutiendo la lógica de la situación.
Gen lo miró con una mezcla de diversión y desafío. "Garou... estás haciendo muchas preguntas... ¿quieres suicidarte con 900 disparos en la espalda?" preguntó, su voz tomando un tono amenazante que hizo que Goku se sintiera un escalofrío recorrer su espalda, porque Gen iba a aplicarle la del gobierno con los que saben mucho.
Goku negó rápidamente, levantando las manos como si pudiera detener la amenaza en el aire. "No... claro que no", dijo con nervios, su corazón latiendo con fuerza ante la idea de una confrontación que termine en su supuesto auto-morición.
Gen sonrió, pero esta vez su expresión era de satisfacción, como si hubiera ganado una pequeña victoria en un juego peligroso. "Menos mal... no quiero dañar un rostro tan irresistible como el tuyo... Hero Hunter", dijo con ironía, disfrutando del poder que tenía sobre él en ese momento.
Goku y Gen caminaban por las bulliciosas calles de la ciudad, rodeados de luces brillantes y el sonido incesante del tráfico. Gen, con su actitud despreocupada, había decidido aprovecharse de la tarjeta de crédito de Goku, comprando una variedad de cosas que iban desde ropa de última moda hasta gadgets que Goku no sabía ni para qué servían. Mientras caminaban, Goku no podía evitar preguntarse cómo había permitido que eso sucediera. En su mente, era un misterio insondable.
"¿Y en dónde vas a dejar todo esto?" preguntó Goku, mirando las múltiples bolsas que Gen llevaba, cada una repleta de artículos brillantes y coloridos.
