Capítulo 11.

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-¡Traigo el desayuno!

La voz de Antoine nos sobresalta a todos y salgo corriendo afuera de la casa para verle.

Ahí está, vestido con un jersey marrón y unos vaqueros negros. Tan guapo como ayer, aún teniendo todavía cara de sueño.

-Buenos días-digo.

-Buenos días, he traído los mejores croissant de todo Paris.

Cierra el coche y le invito a pasar. Saluda a mi familia y nos sentamos, Emilio se queda en el sofá para dejarle a Antoine que se siente con nosotras en la mesa.

-Están buenísimos-dice Gala.

Saboreo el que sin duda ha sido el mejor croissant de mi vida y cierro los ojos sonriendo. Le miro y se ríe al ver mi cara.

-¿Te gusta?-me pregunta.

-¡Están exquisitos!

-Bueno, pues es mi receta, los he hecho antes de venir.

-A parte de súper héroe, también eres un gran chef-dice mi madre.

Cierro los ojos avergonzada ante el comentario de mi madre y todos se ríen.

-Bueno. ¿Preparados para ver la preciosa ciudad?

-Por supuesto-dice Gala.

-Si me disculpáis, voy a vestirme-digo levantándome de la silla.

Cojo de mi mochila un mono negro de cuero y mis zapatillas negras Nike Dunk. Menos mal que ya estaba peinada y maquillada, si no me hubiese visto en un situación pésima.

Oigo que Antoine habla con mi familia, les cuenta lo mucho que le gusta trabajar en Disney y ellos le hacen miles de preguntas por lo que salgo a su rescate.

-Se acabaron las preguntas por ahora-digo apoyándome en la mesa.

-Vaya-dice Antoine.

-¿Qué?-le pregunto.

-Nada-dice mirándome y sonriéndome.

Mi familia sale de casa y nosotros les seguimos por detrás. Antoine abre el coche y todos montamos para dirigirnos al Arco del Triunfo.

"I Wanna Be Yours" suena en la radio y me paro a escuchar bien la letra, por lo que me doy cuenta de que Antoine hace exactamente lo mismo y nos miramos sonriendo.

"Quiero ser tuyo..." repito en mi mente varias veces mirando de reojo al hombre que conocí ayer y con el cual voy a pasar mi último día en Paris. Cualquiera pensaría que esto parece el principio de una película de miedo, una familia montada en un coche con un completo desconocido lejos de su casa y confiando en él solo porque ha sido amable y nos ha traído el desayuno.

"Bien Natt, eres idiota" pienso.

Todos nos mantenemos callados en el viaje hasta que empezamos a ver monumentos y casas preciosas. Da igual las veces que haya venido a Paris y las veces que siga viniendo, siempre me gustará incluso más que la primera vez que estuve aquí.

-¿Te gusta vivir aquí Antoine?-pregunta Emilio.

-Me encanta, aunque a veces me gustaría irme de aquí y conocer otros lugares del mundo, como por ejemplo Madrid, que todavía no lo conozco.

-Nosotros vivimos allí, es una ciudad bonita pero Natt siempre dice que está deseando irse, odia Madrid-dice mi madre.

-¡Es que es horrible! La gente siempre va acelerada, sin disfrutar de la vida, van deprimidos y parece que el tiempo va más rápido de lo normal y además, hay demasiada gente-explico.

-Supongo que todos nos cansamos de las rutinas y de las costumbres-dice Antoine.

-Yo solo quiero conocer mundo y ser libre, solo eso, no quiero quedarme atada a una ciudad sabiendo que hay miles de lugares con cosas maravillosas que ofrecerme.

Antoine me mira mientras hablo, con una pequeña sonrisa disimulada y asintiendo con la cabeza.

-Quizás no hayas encontrado todavía tu sitio-dice.

-No creo que haya un sitio para mí, creo que yo soy para cualquier lugar que me haga feliz, es solo eso.

-¿Has viajado mucho?-me pregunta.

-Te sorprendería, no para de viajar, no sabe estarse quieta, además como su trabajo se lo permite porque casi siempre está de vacaciones...¡Así cualquiera!-dice Gala.

-¡Gala!

-Es verdad Natt, no lo valoras, pero muchísima gente pagaría por viajar aunque fuese la mitad que tú.

-¿Así que eres una trotamundos?-me pregunta Antoine entre risas.

-Es que hay tantas cosas por conocer ahí afuera...Pero siempre acabo volviendo a Paris.

-Dicen que cuando un lugar te llama mucho la atención...-intenta decir Gala.

-Es porque se encuentra tu alma gemela allí-termina la frase Antoine.

Le miro y me doy por aludida al instante, quiero pensar que simplemente conoce la frase y que no lo estaba diciendo por nosotros, aunque para que engañarme a mí misma, lo ha dicho por eso y todos se han dado cuenta porque oigo risitas en la parte de atrás del coche.

-Voy a aparcar aquí, iremos andando a todos los sitios si os parece bien-nos explica.

-Claro, tú mandas-dice Emilio.

-Eso me gustaría a mí-responde.

Veo su mirada como si hablase de algo más a parte de esto, sus facciones se han relajado y ya no sonríe tanto como antes, ahora mantiene una expresión más seria, como si detrás de esa frase hubiese algo más.

Si decides quedarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora