Capítulo 12.

3 4 0
                                    

Antoine nos enseña el monumento y los alrededores, las calles y casas tan bonitas, los edificios antiguos y todo lo que rodea esa zona. Nos hacemos fotos todos en solitario y juntos ya que Antoine se ofrece a ser nuestro fotógrafo.

-¿Quieres que te haga fotos?-le pregunto.

-No me gustan mucho las fotos-dice.

-Pero si una parte de tu trabajo es hacerte fotos.

-Lo sé, pero mi mentalidad cambia una vez cruzo las puertas de Disney soy otra persona, que sea parte de mi trabajo no significa que me guste hacerme fotos, no me gusta como salgo.

-Ah claro entiendo-digo.

Caminamos hacia la torre Eiffel mientras sigo pensando como es posible que un hombre tan guapo sea capaz de decir que sale mal en las fotos. ¿Si él sale mal, cómo debemos de salir el resto entonces? Es absurdo, tiene que haber otro motivo...Aunque quizás sea verdad y simplemente él no se ve de la misma forma que le ve el resto. Hay gente que no tiene la autoestima alta aún sabiendo que son guapos, quizás ese también sea su caso.

-¡Mirad allí está! La veo-dice Gala.

Se encuentra bastante lejos de nosotros, pero al ser tan alta se ve a la perfección la parte de arriba de la torre. Antoine sigue caminando hasta que se para en una esquina y nos mira.

-¿Queréis esperar a que sea un poco más de noche y vemos primero otras cosas, como la catedral o el museo?

-Nos da igual, decide tú, nosotros queremos ver todo lo que podamos-dice Emilio.

-A mí me parece bien cualquier idea-digo.

-¿Hay algo que te parezca mal a ti?-me pregunta.

-Si, muchas cosas, pero en este caso, me parece bien todo.

Antoine se sitúa a mi lado y comenzamos a andar dirección Notre Dame, aún sigue en obras pero es tan bonita que merece la pena verla igualmente. Es uno de mis monumentos favoritos del mundo y sin duda, siempre que vengo voy a verla.

-¿Y a qué te dedicas tú? No me has contado nada sobre ti-me dice Antoine.

-No hay mucho que saber sobre mí.

-Yo creo que si, más de lo que creo de hecho.

-Soy administrativa, gestiono una empresa de seguros de asistencia jurídica y de responsabilidad civil por daños a terceros.

-¿Pero la empresa es tuya?

-Si tuviese el dinero como para tener una empresa, créeme, no estaría en Madrid ni la mitad del tiempo-digo-Tengo un buen puesto, un alto cargo, pero no es mía, trabajo para la empresa desde hace cuatro años.

-Es interesante ayudar a la gente, me gusta.

-Bueno, tú ayudas a miles de personas al día también-le digo sonriendo.

-A mi forma de ver, más bien les entretengo.

-Pues a mi forma de ver, ayudas a esas personas haciéndoles felices, la gente viene aquí a ser feliz y disfrutar de la magia y tú eres parte de eso, creo que en tu trabajo, haces más que muchas personas, es de admirar.

-Gracias, nadie me había dicho algo así nunca.

Seguimos caminando y llegamos a la catedral, en la cual estamos un rato largo viéndola sentados en unos asientos que han puesto y también haciendo algunas fotos intentado que se vean las obras lo menos posible.

-¡Vamos al museo!-grita mi hermana.

-Allá vamos-responde Antoine.

Caminamos dirección al museo del Louvre. mi familia nos sigue unos pasos para atrás y Antoine y yo charlamos de cosas personales, pero sobre todo nos centramos en el trabajo y en los viajes de cada uno.

Me cuenta que ha viajado a varios lugares como Rumanía, Italia, Estados Unidos, Hawái y Argentina, aunque hay muchos más. Me genera curiosidad como una persona que trabaja tanto dispone tanto tiempo libre como para hacer viajes como esos ya que la mayoría no es tan cerca de París.

Según vamos hablando, me doy cuenta de que es mucho más interesante de lo que parecía y es ahí donde entiendo que Antoine no es solo un físico bonito, creo que tiene pensamientos muy parecidos a los míos respecto a la vida. Todavía hay mil cosas por conocer sobre él, pero realmente no tiene sentido saberlas, ya que una vez me vaya de aquí no volveré a verle nunca.

Es gracioso como la vida ha decidido que conozca a un hombre que me podría interesar aquí en París y luego en Madrid todos los que conozco me aburren en la primera cita. Supongo que soy demasiado exigente como para que cualquiera me sirva, quizás busco demasiadas cosas para lo joven que soy y valoro mi estabilidad y mi paz mental por encima de todo y por eso nunca he tenido novio.

Hugo y mi hermana siempre me dicen que busco cosas que solo existen en las películas y quizás tengan razón, pero yo prefiero seguir pensando que hay un hombre en el mundo hecho para mí y hasta que no le conozca no pienso perder el tiempo con cualquiera que se me presente en la vida.

Si decides quedarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora