Capítulo 14.

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El momento al cual le tenía miedo ha llegado, se ha hecho tarde y eso significa que debemos irnos y que nuestros caminos se separan.

-Nosotros tenemos que irnos-digo.

-¿Tan pronto?-pregunta Antoine.

-Mi vuelo...Nuestro vuelo sale esta noche, volvemos a Madrid a las seis de la madrugada.

Antoine me mira, sorprendido e incluso me atrevería a decir que apenado, porque ya no sonríe como hace dos segundos, si no que me mira sin saber qué decir.

-No pensaba que os ibais tan pronto-dice finalmente.

-Vinimos solo cuatro días y todo lo bueno se acaba-digo.

Mi familia, al ver la situación se aleja, con la excusa de que van a hacerle fotos a unos jardines que han visto y nos quedamos solos.

-¿De verdad tienes que irte?-me pregunta.

-Eso parece.

-Si decides quedarte...Podría enseñarte París y podrías quedarte unos días si quieres, te conseguiría en hotel o podrías quedarte en mi casa-dice.

Asombrada ante su comentario, sonrío tristemente, mirando hacia arriba y negando con la cabeza.

-No puedo, tengo que trabajar y tengo muchas cosas que hacer en casa.

-Al menos podrías quedarte conmigo hasta que salga tu vuelo, yo te llevaría al aeropuerto, si quieres.

-¡Si!-grita mi madre desde lejos.

-¡Mamá!

-Por supuesto que se quedará contigo, siempre y cuando esté a las cuatro en el aeropuerto no hay ningún problema, yo me encargo de preparar tu mochila y de llevarla, tranquila.

-¿Pero y vosotros?-pregunto.

-Somos personas adultas cariño, tú disfruta y luego nos vemos.

Miro a mi hermana, que parece más preocupada ante la propuesta.

-¿Te parece bien?-la pregunto.

-Ten cuidado por favor, te lo pido, ten cuidado-dice.

Es asombroso como una niña de quince años, puede llegar a preocuparse tanto por mí, sé que me quiere con todo su alma y que mi bienestar es lo principal para ella. Por muy bien que le caiga Antoine al fin y al cabo no le conocemos de nada y eso para ella le genera una gran desconfianza y la entiendo porque si fuese al revés yo no estaría tranquila.

-Lo tendré-digo calmándola.

-Pero sobre todo, pásalo bien y disfruta por favor, solo por un segundo de tu vida, deja de pensar en tu trabajo y en las cosas de Madrid y por favor déjate llevar y disfruta-me dice abrazándome.

Yo le abrazo más fuerte todavía y le doy un beso en la cabeza. Quiero a mi hermana más que a nada en este mundo y ella siempre será lo primero para mí, ella siempre estará por encima de cualquier cosa y cualquier persona, siempre.

Mi familia se despide de Antoine, le dan las gracias por su amabilidad y por habernos servido de guía turístico. También se despiden de mí y me recuerdan que no tarde en llegar por si perdemos el vuelo.

-Voy a hacer una llamada, no te muevas de aquí-me dice.

Se aleja unos pasos y oigo que habla con alguien pero no consigo entender nada porque mantiene una conversación en francés, salvo que oigo que da las gracias y se despide, eso es lo único que consigo entender.

Vuelve a mi lado y me sonríe.

-¿Lista?-me pregunta.

-Siempre para una nueva misión-digo.

Ambos nos reímos ante el comentario ya que ayer fue lo último que me dijo "Nos vemos para una nueva misión" fue su despedida ayer, por eso mi respuesta.

-¿A dónde vamos?

-Es una sorpresa-me dice.

Camino a su lado, bajamos unas escaleras hasta el río Sena y un barco aparece delante de nosotros, pero no le doy importancia y espero a que Antoine me diga a qué estamos esperando.

-Ven-me dice.

Le acompaño y veo que se dirige al barco para mi sorpresa.

-Buenas noches señor...

-Buenas noches-dice interrumpiendo al hombre.

Yo me quedo mirando la situación extrañada ante la forma de interrumpir al hombre que baja del barco. No sé porque le ha respondido así ni porque no le ha dejado terminar la frase, pero no es mi incumbencia y continuamos subiendo al barco.

-Ella es Natasha, una amiga de Madrid-dice.

-Encantado señorita, es un placer, espero que disfruten de la noche-me dice.

-El placer es mío, buenas noches.

Continuamos y subimos a la parte de arriba del barco.

-¿También habla castellano?-le pregunto sorprendida.

-Aquí hay mucha gente que domina varios idiomas, entonces es normal que alguien alguna vez te responda en tu idioma.

-¿Y tú porque sabes tantos idiomas?-le pregunto.

Se queda callando como si estuviese pensando la respuesta, mientras que seguimos caminando.

-Mi trabajo me lo exige, tengo que conversar al día con gente de varios países y nos piden un mínimo de idiomas-me cuenta.

-Entiendo-digo poco convencida ante su respuesta.

El barco es precioso, magnífico y de los más bonitos que haya visto, no es que haya visto muchos, pero sin duda este es uno de los más bonitos. Es todo color blanco con algunos tonos en plateado, arriba del todo donde estamos ahora hay una gran mesa preparada para cenar o comer, bancos de madera al rededor y un gran mirador. Abajo no he visto bien lo que había por lo que todavía tengo que conocer esa parte.

-¿Te apetece dar un paseo por el río?-me pregunta.

-Claro, ¿pero quién va a manejar el barco?

-Yo.

-¿Tienes el carnet de barco?-preguntó asombrada.

-Eso parece.

-¿Hay algo que no sepas hacer?-le pregunto.

-Te sorprenderías, la verdad que te sorprenderías de todo lo que no sé hacer.

Si decides quedarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora