Narra la Creadora
Una sirvienta guiaba a Anthony por un largo pasillo y una puertas antes de llegar a la habitación principal, la mujer abrió una puerta extremadamente grande e hizo una seña para que el joven pasara. Este la miró extrañado pero simplemente entró y al ver el lugar quedó impactado. Era una clase de "armario" gigante, miles de metros de tubos de metal que sostenían los ganchos con miles de prendas de colores llamativos, oscuros, escarchados y mucho más.
Al fondo estaba un gran tocador llenos de cosméticos, joyas y accesorios, el rubia veía todo con sorpresa mientras que intentaba encontrar el final de aquella habitación que parecía infinita.
???: Este es el armario privado que le ha mandado a hacer el señor, también está su tocador y de ahora en adelante yo seré su sirvienta personal, mi nombre es Cherry.
Anthony: Muchisimas gracias...
Cherry: Conmigo podrá comunicar cualquier inquietud, pedido o solicitud, ya sea para mi o algun envió al señor.
Anthony: Y que está haciendo el? Estará ocupado?
Cherry: Muy probablemente, hace poco llegó la señorita Vaggie y tal parece que están en una reunión muy importante sobre temas laborales. Pero me dijo que lo tuviera listo para esta noche.
Anthony: Esta noche? No recuerdo haber tenido algún aviso o invitación de su parte.
Cherry: Hoy cerrarán su tratado como rey y "reina" de la mafia, es un ritual que suelen hacer en esta familia para sellar un emparejamiento.
Anthony no entendía de qué estaba hablando, nunca habia escuchado algo así en el cielo pero le daba bastante curiosidad saber que iba a pasar.
Anthony: Bien...pero que me podré?
Cherry: De eso no se preocupe, solo manténgase relajado, yo iré a preparar una tina de agua de burbujas y varios perfumes frutales para que elija.
Anthony asintió con emoción y se sentó en la pequeña silla frente al tocador, miró su reflejo y acarició su suave piel, apartó parte del cabello que caía en su cara y se admiró a si mismo. Nunca había pensado ser egocentrico pero también se preguntaba cómo era que se veía tan perfecto frente al espejo.
Hasta que de la nada empezó a imaginar al castaño a su lado acariciando su cintura y besando suavemente sus mejillas tal como hizo cuando lo vio con aquel vestido nuevo. No podía evitar sentir como si su cuerpo se erizará con tal solo pensar en cada pequeño detalle de el castaño, tanto sentimental y físico como monetario, para sus ojos aquel hombre era el mejor que había visto sus ojos.
Aquellos ojos tan amenazantes pero tan seductores lo hacía delirar y tener aquella sensación húmeda en su parte baja que aun no reconocía, cada mínimo rasgo lo estaba haciendo desear a el castaño de una manera que ante los ojos de sus semejantes seria tan avaricioso y pecaminoso de su parte.
Pero la mano de la pelirroja tocando su hombro lo hizo salir de su trance, dándole un pequeño susto.
Volteó y le dio una sonrisa inocente, la pelirroja respondió a su sonrisa con el mismo gesto y señaló el baño con su dedo índice.
En la oficina de Alastor.
El castaño acababa de dejar salir de la reunión a la otra castaña, su hermana menor.
Miraba unos cuantos papeles pero en su mente solo estaba el rubio. Era como un verdadero Angel y aun no entendia como podia haberse encontrado solo en un bosque tan peligroso.
Esa noche había recibido a su guardaespaldas personal, Husk con aquel chico en sus brazos, profundamente dormido, su ropa parecía algo sucia de tierra y a su pecho se aferraba un pequeño puerquito que fue muy apetecible pero al ver cómo el joven protegía al animal incluso entre sueños prefirió ordenar que lo llevaran a una habitación cercana a donde el dormía.
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Diferentes Mundos, Mismo Amor-RADIODUST
RomansaUn ángel que decidió ir a explorar el mundo humano sin saber que allí encontraría a alguien que le cambiaría su existencia entera, el amor de su vida...pero no todo seria tan facil.