Me convertí en el más fuerte con la "Habilidad por encima del estado"

Capítulo 12: El Camino Hacia La Aniquilación ⑤

Réplicas explosivas siguieron a la explosión durante varios segundos, luego parte del techo colapsó.

"Hunh. Supongo que se vuelve más rápido y más poderoso en el nivel 2", dijo Kirihara desinteresadamente. El resto de la clase se quedó paralizado por un momento, luego estalló en un aplauso entusiasta.

"¡¡Takuto!! ¡Amigo, eso fue genial!"

"¡Por supuesto que fue genial! ¡Es Kirihara-kun!" "No te llaman Clase S por nada, ¿eh?"

"¡Tan genial!"

"¡Kirihara-kun, eres tan genial!"

"Estoy, como, totalmente enamorada..." Kirihara hizo crujir su cuello hacia un lado.

"¿Cayó de un golpe...? Ese monstruo no era nada. ¿Por qué están todos tan ansiosos? Todo lo que hice fue usar mi habilidad, ¿eh?"

Kirihara abrió su pantalla de estadísticas. "Dice que subí de nivel. ¿Nivel 10...?"

"¡¿Q-Qué?!" La boca de la figura encapuchada colgaba abierta mientras miraba a la Diosa con incredulidad. "¡Diosa, esto es...!"

"Sí, Kirihara-san realmente tiene los ingredientes de un héroe increíble. Espero verlo desarrollarse", dijo la Diosa con sorpresa y admiración.

"Entonces, realmente no me importa, pero supongo que eso es bueno o algo así" Kirihara preguntó vagamente.

"¡Es fenomenal!" gritó la figura encapuchada. "¡Pensar que crecerías tan rápido...! ¡Ningún héroe ha subido de nivel a dos dígitos en un solo día antes! Escuché que el nivel 8 fue el más alto jamás alcanzado, y eso fue por..."

"El Héroe de la Oscuridad," intervino la Diosa. "Eso es correcto." Ella miró a Yasu, quien había levantado la nariz, luciendo satisfecho. Las estadísticas, había explicado, solo podían ser vistas por el héroe mismo, la Diosa y aquellos a quienes concedía un permiso especial.

La Diosa abrió las manos en un amplio gesto.

"¡Estos resultados de invocación son realmente maravillosos! Creo que el Rey Demonio y sus cohortes son los más formidables que han sido en miles de años, ¡pero les espera la batalla de sus vidas, estoy segura!"

La Diosa se volvió. "¡Procedamos!"

"¿A dónde nos llevas, de todos modos?" Preguntó Oyamada.

"¡Ah ha~! ¡Bueno, basándonos en tu reacción a ese dragón, creo que nuestra primera orden del día es acostumbrarte a matar cosas ~!" Ella rio alegremente.

¿Acostumbrarse a matar cosas...?

"Para los héroes criados en un ambiente pacífico, eso puede ser un gran obstáculo. Para algunos es difícil de soportar: ¡quitarle la vida a un ser vivo puede ser un poco impactante! Para algunos de ustedes, este será su primer verdadero obstáculo", dijo, sonriendo con benevolencia. "¡Sin embargo, debes superarlo! ¿A menos que quieras terminar como nuestra pobre amiga Mimori-san? Por mucho que me entristezca despedir a alguno de ustedes..."

¿Está diciendo... que se deshaga de cualquiera que falle? No puedo hacerlo... tengo demasiado miedo.

Kobato ya podía sentir las lágrimas brotar.

¿Qué nos va a pasar...?

Mimori Touka

Me senté con las piernas cruzadas en una roca y comí una sola pieza de cecina para el desayuno.

Enfermos, hombres lagarto dormidos yacían burbujeando a mi alrededor. Detrás de ellos, los cadáveres de los lagartos se apilaban, ya cada lado, los dos dragones zombis yacían en montones, rezumando y gimiendo.