Capítulo 17.

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-Tía, ¿piensas quedarte mucho más tiempo viendo ese collar como si se te fuese la vida en ello?

Hugo entra en mi habitación y me encuentra en la misma postura que hace dos semanas. Desde que volví de París no he dejado de buscar por todos lados a Antoine y la búsqueda ha sido en vano, no tiene redes sociales y aunque he preguntado a compañeros suyos del trabajo, ninguno ha respondido. Paso horas pegada al móvil intentado localizar algo suyo y lo único que consigo es ver fotos de gente con el Doctor Strange, pero ninguna de ellas me lleva al verdadero Antoine.

Fui tan idiota de no pedirle el número de teléfono o conseguir alguna forma de contacto con él, no se me ocurrió hasta que subí al avión y ya era demasiado tarde, ahora lo único que tengo suyo es el collar que nunca me quito y no dejo de observar como si fuese a darme alguna respuesta.

Miro a Hugo. Él es la mayor parte de mi felicidad, es un chico de mi edad, castaño de pelo y ojos marrones tapados por sus gafas cuadradas, es alto, como yo y es un poco regordito. Es el chico con el alma más pura y buena que habita en esta tierra, tiene la sonrisa más bonita del mundo y la rosa más contagiosa que he conocido, su voz es dulce, tranquiliza a cualquiera, pero sin duda lo que más me gusta de él es lo diferente que somos a la vez de ser tan parecidos. Él es mucho más aventurero que yo, no se ata a nada ni nadie, vive el día a día y es feliz así, tiene un puesto de trabajo en la empresa de su padre a la cual casi nunca tiene que ir porque trabaja desde casa al igual que yo, pero su suerte es que si no trabaja tampoco le regañan.

Desde el día que conocí a Hugo supe que sería importante para mí, pero con los años pasó a ser como mi hermano. Nos mudamos juntos a las dieciocho años, con nuestros ahorros pagamos la fianza y seguimos en la misma casa desde entonces.

En un pequeño piso del centro de Madrid, pero al menos tenemos una gran terraza donde pasamos la mayor parte del tiempo en verano. Pasamos horas y horas hablando y cotilleando sobre todo lo que nos rodea, es así como nos gusta pasar el tiempo, juntos y hablando de la vida.

-¿Cómo es posible que no me saque de la cabeza a un hombre que a penas conozco?-le pregunto.

-Cariño, si yo hubiese vivido eso tampoco me lo sacaría de la cabeza-dice sentándose en la cama conmigo.

-Te hubiese gustado-le digo.

-A mi me gustan todos los hombres que me dan un poco de atención ya lo sabes, de ese me hubiese enamorado directamente.

Me río ante su comentario y le pego con la almohada en la cara, algo que nos lleva a hacer una guerra y a terminar riéndonos tumbados mirando al techo.

-¿Crees que él pensará en mí también?

-Natt cariño, si no lo hace ese tío no merece la pena, vamos, no ha conocido a alguien como tú en su vida.

-No lo sabemos Hugo, quizás simplemente él es así de amable con todo el mundo, solo es que yo me estoy volviendo loca.

-Lo que te pasa es que nunca alguien te había puesto la vida patas arriba, o al menos, nadie te había cambiado los planes nunca, estás acostumbrada a que todos te digan que sí simplemente por el hecho de acostarse contigo y querida, eso no es la vida.

-¿Ahora eres psicólogo?-le pregunto riéndome.

-No. Pero conozco a mi mejor amiga y sé que lo que te pasa es que ha llegado el tipo que te ha removido la cabeza y por eso te estas obsesionando ahora, hasta que se te pase, porque créeme que esto no durará mucho.

Quizás tenga razón, quizás lo que me pase sea exactamente eso, que Antoine revolucionó mi viaje y yo estoy tan acostumbrada a la rutina y a tener todo bajo mi mano que me ha cautivado que alguien pueda ser capaz de cambiar mis planes, por pequeños que sean.

He estado siempre mandando en todo en mi vida, en el trabajo, en el amor y en todo lo que puedo, pero con Antoine, fue diferente, por primera vez pude relajar mi mente sabiendo que era él quien llevaba las riendas y que yo solo tenía que limitarme a disfrutar. Paso tanto tiempo bajo estrés y presión que cualquier momento de libertad es importante para mí y quizás sea eso lo que me pase, que nunca antes había conocido a un hombre con el que poder apagar mi mente un rato y dejarme fluir.

Sé que esto se me pasará y volveré a pensar en mis cosas y no tanto en él, tarde o temprano Antoine saldrá de mi cabeza y me olvidaré de él, tiene que ser así, no puedo darle más vueltas al mismo tema durante mucho más tiempo, porque no voy a conseguir nada así.

Si decides quedarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora