⊰ 𝒕𝒉𝒆 𝒉𝒆𝒊𝒓 𝒐𝒇 𝒔𝒍𝒚𝒕𝒉𝒆𝒓𝒊𝒏.

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ʟᴀ ʜᴇʀᴇᴅᴇʀᴀ ᴅᴇ sʟʏᴛʜᴇʀɪɴ

  Filch abrió la puerta después de una pausa algo dramática, como si quisiera hacerse notar

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  Filch abrió la puerta después de una pausa algo dramática, como si quisiera hacerse notar. Sin embargo, para Mackenzie, la escena resultaba más bien tediosa. ¿A quién se le ocurrió que era buena idea dejar que un Squib fuera el celador del castillo? Se preguntaba con cinismo. Quiero decir... no tienen magia, pensó mientras rodaba los ojos levemente. Cada paso que daba, su mal humor se incrementaba.

  El Gran Comedor estaba como siempre: imponente, con su techo encantado reflejando el cielo nocturno, pero nada de eso le interesaba a Mackenzie en ese momento. Los murmullos de los estudiantes llegaban a sus oídos como un eco distante. Sabía que la observaban, susurrando entre sí sobre la "La heredera de Slytherin", incluso mencionando algo acerca de un incidente del año pasado —que Mackenzie no conocía—, pero lo ignoró con facilidad. Había demasiadas cosas en su mente como para prestarle atención a las habladurías de un montón de adolescentes. Estar en Hogwarts no le hacía ni pizca de gracia, y eso se notaba en cada movimiento de su cuerpo.

—Profesor Dumbledore —saludó con un tono que pretendía ser cordial, aunque sonaba más como una formalidad vacía. La calidez en su voz era tan ficticia como una ilusión bien elaborada.

  Dumbledore soltó una leve risa, una mezcla de diversión y comprensión. Sus ojos brillaban detrás de sus medias lunas de siempre, como si supiera exactamente lo que pasaba por la cabeza de Mackenzie.

—Señorita Slytherin, qué placer tenerla aquí —respondió el director, haciendo un gesto amistoso.

  Mackenzie no compartía ese placer, pero por respeto mantuvo su compostura. Sabía que estaba allí porque debía cumplir con los protocolos de selección. Incluso si todos sabían a qué casa pertenecía, el Sombrero Seleccionador debía tocar su cabeza. Regla de la escuela, una que le parecía absolutamente ridícula. Sus ideales, su apariencia y su linaje la señalaban como Slytherin por todos lados, pero las formalidades eran las formalidades.

  La profesora McGonagall se acercó a ella, con una leve sonrisa que casi parecía de disculpa. Le indicó amablemente dónde debía sentarse para la ceremonia. Mackenzie se acomodó en el asiento de la selección, cruzando los brazos, y el Sombrero Seleccionador apenas tocó sus cabellos cuando gritó:

𝐓𝐔𝐓𝐀𝐍𝐊'𝐌𝐎𝐍 ━━━━━𝒂 𝒉𝒑 𝒇𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora