Cap. 70

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Cuando Betty cayó en la cama, Jughead se colocó encima de ella y empezó a acariciar sus piernas mientras besaba sus labios, cuello y pechos. El empezó a bajar sus besos como solo el sabía hacerlo y así volvía a su novia completamente loca del placer sin siquiera hacerle nada aún. 

Continuó bajando hasta llegar a sus bragas y solo se las quitó para proceder a usar su lengua y volverla loca con ella, pero se suponía que era un rapidín, por lo que debían acelerar el proceso.

Él salió de entre sus piernas, ya cuando ella empezaba a apretar las sábanas mientras gemía del placer y procedió a arrastrarla hasta el borde de la cama, abrir más sus piernas, buscar un condón y colocarselo para estar seguro antes de entrar en ella de una vez.

El de pie al borde de la cama, penetrándola mientras ella gemía fuerte, después de todo nadie podía escucharlos aunque la casa estuviera llena de universitarios porque la música estaba alta y la misma habitación bloqueaba el ruido.

Él entraba y salía de ella frenéticamente mientras ella gemía, arqueaba la espalda y apretaba las sábanas hasta que tanta excitación la llevó rápido al orgasmo y a el también, corriendose en ese mismo momento.

Tras terminar, el salió de ella y cuando se deshizo del condón fue a besarla y mirarla a los ojos con una sonrisa.

—Cada vez es mejor que la anterior— Admitió Jughead, feliz.

Betty sonrió, mirándolo. —Ojalá hubiese tiempo para uno más—

—Cierto... Vamos a vestirnos, ya te llevo a casa— Dijo Jughead, empezando a ponerse la ropa nuevamente.

Tras terminar de vestirse, Betty y Jughead bajaron del segundo piso de la casa, Betty se despidió de sus amigos y su novio la llevó a casa, tal y como lo prometió.

—Nos vemos mañana hermosa— Se despidió Jughead de su novia. —Te amo—

—Te amo Juggie, nos vemos mañana. Por favor no termines esa fiesta tan tarde— Suplicó Betty.

—No lo haré— Negó, dejando un último beso en sus labios. —Adios bebé—

—Adios Juggie, te amo— Se despidió la rubia, dándole la espalda y retirándose a su casa.

Jughead la vió ir a su casa con una sonrisa y luego subió a su auto para retirarse, después de asegurarse de que su novia había regresado a su hogar sana y salva.

Cuando regresó a su casa, la fiesta ya estaba menos intensa. Algunos ya se habían ido y la mayoría de los que quedaban eran sus amigos.

O eso creía él.

—¡Oye torombolo!— Lo llamó Verónica, acercándose. —¿¡Y Betty!?—

—¡La llevé a su casa temprano!— Contestó, sirviéndose un trago en una copa de vidrio.

—¡Pero la fiesta se está poniendo muy buena!— Exclamó la morocha.

Jughead se encogió de hombros, tomándose un trago de su copa. —¡En eso tienes razón, hablaré con tu novio para que ponga ésta fiesta picante!—

Verónica gritó, emocionada y Jughead le susurró algo al oído a Reggie para entonces volver a la mesa de los tragos.

Pero otra vez estaba aquella persona indeseable en su fiesta y no, no se había ido.

Donna.

—¡Buena fiesta Jones, ojalá no termine nunca!— Admitió Donna, tomando un bocadillo y llevándoselo a la boca.

Jughead la miró mal. —¡Mejor ya vete a tu casa!— Exigió Jughead, mirándola mal.

—¡Es temprano Jones, la fiesta apenas empieza!— Aseguró Donna con diversión, guiñándole un ojo y retirándose.

Jughead rodó los ojos y tomó su copa para tomársela hasta el fondo. Estuvo un momento observando el ambiente de su fiesta, era media noche pero todo marchaba muy bien y los presentes la estaban pasando fenomenal.

Hasta que Jughead empezó a sentire mal.

Se sentía mareado, su corazón estaba yendo más rápido de lo normal y estaba empezando a sudar.

Se sujetó de la mesa, sentía que se iba a desmayar hasta que alguien se le acercó.

Otra vez Donna.

—¿Qué te pasa Jughead?— Le preguntó Donna con cinismo. —Te ves mal—

Jughead la miró con las pocas fuerzas que tenía. —Maldita... ¿Qué me hiciste?—

—¿Yo? Nada...— Negó Donna con diversión, sujetando al ojiazul. —Ven, vamos a tu cuarto para que puedas descansar—

Él quiso luchar con todas sus fuerzas, pero estaba cada segundo más débil. Donna lo llevó hasta su habitación y lo dejó lentamente sobre la cama mientras que Jughead iba perdiendo la consciencia.

—Jughead...— Lo llamó Donna, acercándose a él. —¿Estás ahí?—

No respondió y solo se escuchó su respiración, lo que indicaba que estaba inconsciente.

Donna sonrió con maldad, cerró la puerta con seguro, se quitó la ropa y luego procedió a quitar la ropa de Jughead.

Se acostó en la cama al lado del chico, el cuál estaba acostado boca abajo y lo abrazó para entonces tomarse una foto.

Tras tomar la foto, Donna sonrió con maldad total y volvió a vestirse para entonces salir de aquella habitación como si nada hubiese pasado.

Pero cuando bajó las escaleras para irse después de cumplir con su objetivo, Cheryl la detuvo.

—Oye perra... Jughead no te invitó— Le recordó.

—¿Y qué?— Preguntó Donna, mirándola. —Yo hago lo que quiera y tú lo sabes—

—Eres una maldita— La despreció la pelirroja. —¿Dónde está Jug?—

—Está muy borracho y se fue a acostar— Mintió. —Si me permites ya tengo que irme— Avisó, retirándose.

Cheryl la fulminó con la mirada mientras ésta se iba y luego se acercó a su novia, preocupada.

—Toni... Supuestamente Jughead se fue a acostar y está muy ebrio— Avisó la pelirroja. —Habla con los chicos y vamos a encargarnos de terminar ésta fiesta—

—Está bien, tu ve a ver cómo está Jughead— Pidió Toni.

Mientras Toni se organizaba con los chicos para darle fin a la fiesta, Cheryl subió a la habitación de Jughead, la cuál estaba entreabierta y lo vió ahí, profundamente dormido, sin camisa.

Pensó que sí estaba ebrio, pero la realidad era que estaba bajo las influencias de una misteriosa sustancia que de alguna manera Donna lo hizo tomar.

Y ese macabro plan de Donna estaba a punto de desencadenar algo catastrófico.

















Mucho drama aproximándose 👀

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Mucho drama aproximándose 👀

Samy ❤️

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