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Finalmente es sábado y honestamente no tenía mucha fe sobre el primer paso del plan, no cuando a la mañana siguiente de pasar la noche con Hanni se descubrió llorando al amanecer y continuo durante la noche, cada día, hasta hoy, cuando se encontró todavía gimoteando en medio del comedor de su dormitorio y Sullyoon fue lo suficientemente amable como para prepararle su ramen instantáneo favorito como desayuno.

Sin embargo, Minji todavía es lo suficientemente fuerte para levantarse y tomar una larga ducha fría con la esperanza de que sus ojos hinchados desaparezcan.

Deberías guardar apetito – Sullyoon la mira y se tira en el sofá – Danielle dijo que prepararía una buena cena.

Minji saborea el queso picante de los fideos y pone toda su atención en la última frase.

Hace mucho que no como lo que prepara – se levanta y tira los utensilios desechables en la basura – te lo digo, su comida es más que deliciosa – se tira en el sofá junto a Sullyoon – es una prodigio.

Sullyoon asiente – o tal vez estas tan acostumbrada a los fideos instantáneos que ya olvidaste el sabor de la buena comida.

No bromeo – Minji roda los ojos – ella es muy buena.

Bien, bien – Sullyoon roda los ojos – no dudare de tu ángel.

Minji se ríe y niega con la cabeza.

Finalmente, la noche llega y cuando esta por tocar la puerta del departamento, Haerin la abre y se ve un poco cansada. Hay algunas manchas de salsa y un poco de queso rallado en sus mangas. También lleva un delantal con estampados de huellas de perritos.

No me digas que también estas cocinando – Minji se burla – eso es imposible.

Haerin bufa y se hace a un lado para que tanto Minji como Sullyoon entren.

Cuando Minji entra, puede oler la pizza casera que Danielle está preparando, por lo que se acerca rápidamente a la cocina y se encuentra con la imagen de una Danielle con cabello alborotado, guantes de cocina rosas en las manos y un delantal tan sucio como el de Haerin.

Oh – Minji llama su atención – jamás usaste delantal cuando cocinabas conmigo – se ríe.

Danielle hace un puchero y se acerca a Minji, la toma del rostro con los cálidos guantes y los frota sobre las mejillas de Minji.

Por favor – ruega – recuérdame no cocinar con Haerin nunca más – lloriquea – es un desastre.

¡Escuche eso! – Haerin grita desde el sofá.

¿Necesitas ayuda? – Sullyoon aparece.

En realidad, solo debemos esperar a que termine de hornearse – Danielle se aparta – deberían comenzar a instalar todo, yo no sé nada de consolas o videojuegos.

Ambas chicas asienten y comienzan a caminar hacia la sala, Haerin se queja de Minji quien la aplasta y la inmoviliza en un abrazo, mientras Sullyoon comienza a conectar la consola a la televisión y saca algunos juegos de su bolso. Danielle pasa y camina hasta su habitación, Minji la sigue con la mirada y siente como Haerin se escabulle de su agarre en cuanto Minji se distrae.

Danielle tararea mientras comienza a desatarse el nudo del delantal y se sorprende cuando ve a Minji apoyada en el marco de la puerta.

¿Qué pasa? – Danielle la recibe con una sonrisa alegre, dejando de luchar contra el nudo del delantal.

Hay algo que impide a Minji hablar, quizá sea la imagen de Danielle desalineada, con el delantal de cocina sucio y el lindo cabello rizado atado en una descuidada coleta o la sonrisa dulce de goma en ese hermoso rostro.

En un rincón del mundo (Husseyz)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora