Love
Unas manos recorren mi cuerpo y me hacen despertar de golpe, intento moverme, pero estoy atrapada. La luz se cuela por mi ventana y con ello soy capaz de ver sus brazos tatuados rodeando mi cintura. Meto mi mano debajo de mi almohada y saco el cuchillo que tengo allí. Ruedo en sus brazos para verlo a la cara, le sonrío y lentamente sin que se dé cuenta pongo la punta de metal en su garganta.
—Suéltame.
—Hazlo, me lo merezco. Dije que no habría más mentiras entre nosotros...
—Tu prometida. Lo dijo padre.
—No es nada, nunca fue nada. Era la manera de mantenerme lejos, solo eso, un objeto para un fin.
—Usas a las mujeres como si no fuéramos nada.
—A ti jamás te usé.
—¿Y hace rato?
—Tenías la opción de irte, no pretendas que fue diferente. Además, tú fuiste quien me usó a mí. —Con un movimiento rápido me quita el cuchillo y se sube encima de mí inmovilizando mis manos.
—Eres un maldito.
—Nunca dije que fuera diferente, mi Love.
—Vete por favor. Quiero estar sola, por eso eché llave a mi puerta.
—¿En verdad crees que una cerradura me detendría? Fui a buscarte al infierno, recuérdalo.
—Aún sigo allí, no me conoces, no sabes lo que he hecho estos años.
—Mi amor, yo no estuve curando el cáncer precisamente. ¿Del infierno quieres salir realmente o quieres que te haga compañía?
—Quiero que te bajes de mí por el momento, gracias.
Ríe divertido, luego empieza a lamerme desde el cuello hasta mis mejillas. Maldita lengua ardiente. No puedo negar que eso me hace estremecer.
—Yo creo que no.
—¿Por qué lo dudas? Te lo pedí en el momento en el que fui consciente de que habías entrado y debo puntualizar que cerré con llave.
—Dices que no me quieres aquí, pero presumo que me esperabas y las cerraduras nunca me han detenido, lo sabes y contabas con ello, estás desnuda, princesa. Ahora niégalo. Vamos. Me gusta ver cómo lo haces y pretendes que te crea.
—Duermo desnuda.
—Embustera, he estado aquí noches enteras y es la primera vez que lo haces.
—Entonces me estuviste espiando.
—Al igual que tú. Es algo de nosotros, se podría decir.
Miro hacia a un costado tratando de encontrar una salida para tanta verdad escupida en mi cara. El maldito tiene razón. Sabía que vendría a explicarse, lo que no sabía era si yo iba a tener la suficiente fuerza para mandarlo a comer mierda.
«Lo amas, Love».
Claro, y me volvió a lastimar, ¡tiene que sufrir!
—¿Dónde dejaste a tu prometida?
—Se llama Diane, está en un hotel y no es mi prometida... es complicado... Hace algunos años cuando el psicólogo y la iglesia no funcionaron en mí, conocí placeres que me ayudaban con el dolor...
—Habla, ya que, por lo que veo, al parecer nunca te conocí y quiero entender.
—Me gusta dominar en la cama, siento placer y gratificación con humillar a mis parejas sexuales, no lo sabes porque nunca fui así contigo. Tú cambiaste mi manera de ser en niveles que no te puedo explicar con simples palabras. Nunca tuve una relación verdadera o sentimientos por nadie que no seas tú.
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Dinastía, Ruleta Rusa 3
RomanceAmar hiere, quema y mata. Dante siempre supo que el pasado lo alcanzaría; su infancia fue dura, cruel y sádica, tuvo que madurar tempranamente por los golpes que le dio la vida; con lo que no contaba era con la forma en la que llegarían todos sus mi...