-¿viste lo que hizo?
-¿quién?
-aquella chica, nada que ver.
‐¿nada que ver?
‐sí, ¿no te parece nada que ver?
-a vos te parece nada que ver porque tu forma de ser ve un mundo utópico. No sos, no fuiste, no viste, no sentiste. Porque no te das cuenta, pero a veces es tu mente y una lucha interna.
-¿una lucha interna y mi mente? Nada que ver.
-crees cosas y cuando te contradicen no sabes que pensar. Dudas y luchas con tu mente, con el monstruo que sabes que vive en tu mente. Crees que estas bien hasta que alguien te dice que estas mal y alimentas al monstruo, no haces nada más.
-no quiero alimentarlo.
-entonces no penses y pensa, siempre que sea necesario. O ya es tarde, y el monstruo ya comió suficiente como para detenerlo ahora.
-no entiendo.
-a veces es necesario pensar antes de responder, a veces no, a veces no es necesario decir nada. Las cosas que pensas de vos misma las materialisas en pensamientos de otros que aquellos otros nunca pensaron. Tu problema no es lo que crees que los demás piensan de vos, es lo que vos pensas de vos misma.
-¿y que hago?
-no sé, yo solamente soy el monstruo.
Fin
