Cap. 3: Agosto 2014: Salvador.

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La había pasado demasiado bien pero aún había algo que resonaba en mi cabeza de todo aquello que me había contado Bruno, no se bien que era, si me hacia acordar a mi infancia traumática o solo era la tristeza de saber que ese día había muerto su pequeña hermana.
No se que se siente tener hermanos, ni que significa amar a uno, nunca los tuve ni los tendré supongo.

-Creo que no puedo dormir mas después de lo de hoy.
Lo único que espero es que no este durmiendo y se despierte por mi culpa.

10min despues.

-Creo que yo tampoco, estoy afuera...

¿queeeeee? Esto no puede estar pasando!!!!!!
Estoy en pijamas y en la cama, si me levanto y enciendo la luz todos se despertaran y no podre salir... Conclusión saldré en pijamas, espero no recibir burlas.

Salí por la ventana de la habitación evitando hacer cualquier tipo de ruido, esto es totalmente anti yo. Nunca antes imaginado que yo me iba a estar escapando.

-Bonito pijama, resalta tu parte tracera.- río

-Es tu culpa que este así, tendrías que visitarme en horarios normales.- cruce los brazos riendome junto.
En realidad mi pijama no estaba nada mal, era bonido de verdad.

-Playa?.- pregunto y asenti con la cabeza.

Nos sentamos casi donde llega el agua, para que nadie pueda vernos, ya que es la parte mas oscura de la playa.

-Cambia la cara, no estamos en un funeral.- toco mi mejilla.

-La extrañas?.- lo mire directo a sus ojos verdes.

-Si, en realidad no lo se, solo tenia 6, viví 13 años sin ella, creo que me acostumbre a no tenerla en mi vida. Prefiero no extrañarla, sino sentirla en Salvador, son los dos en una persona, los siento a los dos en él.-

-Salvador?.-

-Si, después de ese 10 de septiembre pensé que nunca mas iba a sentir el amor de un hermano pero hace 4 años Salva llego para demostrarnos que todo se puede.-

-Lo quiero conocer, amo los nenes chiquitos, son mi obsecion.-

-Es algo difícil que lo conozcas en persona, pero mira..- saco su celular y me mostró una foto.

No podía creer lo que veía, Salvador su hermano era algo especial. No sostuve las lágrimas, estaba un poco sensible.

-No te pongas mal, el esta bien, mañana si quieres te llevo a que lo conozcas.- río de costado.

A este chico no le pudieron haber pasado tantas cosas duras en la vida y seguir así como si nada, siempre sonriendo. Yo en su caso ya estaría undida en una depresión o directamente en un cajón a 5 metros bajo tierra.

Pasamos casi toda la noche o las 3 horas que estuvimos ahí sentados hablando sobre la enfermedad de Salvador, no debe ser nada fácil vivir con un nene de 4 años que padece autismo mucho mas después de haber perdido a una niña de la misma edad. Una familia con los pantalones bien puestos de verdad.

A eso de las 5 am decidí volver y el también, los dos nos habíamos escapado así que no podíamos arriesgarnos a que alguien se despierte y note nuestra ausencia.
Entre de la misma forma que salí, me tire en la cama y no dure ni dos segundos mas despierta, estaba muy cansada.
Eran las 12 y seguía en la cama, mi abuelo me llamo para almorzar. Fuimos a la playa y comimos algo rapido, hacia mucho calor como para estar fuera del agua.

-Que hiciste anoche?.- me dijo mi abuelo riéndose.
Se que el no me diría nada por esto así que le conté todo lo que había pasado. No se porque razón pero al parecer le gustaba que sea amiga de Bruno.

Jugamos un poco de tenis en la playa, en lo que mi celular suena.

-Tendrías que aprender a jugar un poco mejor ja ja.

-Donde estas?.
No lo veía desde donde estaba pero me causaba gracia que el si.

-Dos para atrás y unos cuantos a la hizquierda. La persona mas solitaria de esta playa.

-Abuelo, puedo ir con mi amigo a otra playa? Donde haya mas gente no se.-

-Si pero para la abuela estas de una amiga, pasala bien y no vuelvas tarde.
Mi abuelo era lo mejor que existía, siempre cubriendome, era la nieta concentida y me encantaba. Mi abuela definitivamente me hubiese hecho 50 preguntas distintas y no hubiese ido a ningún lugar solo por no responder.

-Hay alguien que te quiere conocer.- Bruno cuando llegamos a la playa vecina.

-Salvador?.- salte de emoción y el asintió con la cabeza.

Nos dirigimos a su casa, que si me dan solo una palabra para definirla era descomunante, realmente enorme y lujosa, increíble que esa casa sea solo para el verano y para tan pocas personas.
En la playa, bien en el frente de la casa están sentados quien serian los padres de Bruno, y un poco mas en la sombra Salva con una mujer.

-Es quien lo cuida, lo conoce desde que estaba en el vientre de mamá.- explico.

Lentamente y un poco emocionada me acerque al nene.
Sorprendentemente para todos en el momento que me agache a su altura me abrazo con mas fuerza que cualquier persona, no entendía como eso podía ser posible.

-Te quiere.- dijo Bruno igual de sorprendido que yo.

-Es increíble.- la mujer que lo cuidaba estaba alucinada de que el nene se haya movido de esa forma.

Yo paralizada no sabia que hacer, por un lado quería soltarlo para hablarle y por otro quería quedarme en ese abrazo para toda la vida, era tan cálido, tan familiar.
No podía seguir, me estaba acalambrando entonces me solté.
Salvador comenzó a gritar, como en un ataque de pánico o algo por el estilo, no sabia que hacer, era mi culpa por soltarme.

-Que paso?.- la mamá de Bruno llego, se notaba la preocupación en su cara.

-Mi culpa.- dije sin mirarla a la cara, me daba vergüenza.

-El la abrazo y cuando se soltó comenzó a gritar- dijo la cuidadora trantando de explicar la situacion.

La madre me toco el hombro como en signo de que nada había pasado, cuando me di vuelta para pedir disculpas algo hizo que ambas quedemos como estatuas.
Que veía? Era un espejo o estaba alucinando? Teníamos un parecido casi imposible.
Todos nos quedaron mirando, se habían dado cuenta al igual que yo.
No soporte un minuto mas, era el momento mas incomodo de mi vida, algo me estrujaba el corazón.

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2015 ⏰

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