Capítulo 3

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Me encontraba de nuevo recostado contra las rocas que habían tiradas en el suelo. Eran lo suficientemente grandes como para usarlas de asiento o esconderte. Aunque eso último no había sido muy efectivo. Respiraba con dificultad y, de vez en cuando, tocía soltando humo y algo de sangre.

Después de descargas eléctricas sobre mi cuerpo de más de setenta voltios, me encerraron en una habitación gris sin ventanas con un oso blanco hambriento. Me dieron un cuchillo y me ordenaron acabar con él. Me había dejado mal herido, pero eso a ellos no les importó. Después de perder mucha sangre y quedar inconsciente, María me sacó de aquel sitio y me devolvió a la cápsula, a donde pertenecía.

Ahora me encontraba luchando por mantenerme estable mientras María intentaba curar mis heridas lo mejor que podía.

-¿Te encentras mejor?- Me preguntó una vez había acabado de vendarme.

Suspiré con algo de dificultad. -Sí, creo.- Dije.

-María.- Ella alzó su cabeza para mirarme. -¿Qué es "mudanza"?- Le pregunté.

La chica me miró extrañada. -¿De dónde sacaste eso?

Me empecé a poner nervioso mientras buscaba una excusa convincente.

-En... Uno de los libros que me prestaste.- Respondí no muy convencido.

A veces, cuando María no tenía demasiado tiempo libre, me prestaba algunos libros que tenía en su biblioteca para mantenerme entretenido y no volverme loco. Había de toda clase de géneros: aventura, fantasía, romance...

-Bueno, eso es cuando una persona que ha estado viviendo durante un tiempo en algún sitio se cambia de lugar, ya sea para cambiar de aires o por algún motivo personal.- Me explicó mientras vendaba una de mis orejas.

-Pues no me vendría mal mudarme, ya sabes, para cambiar un poco de aires.- Bromeé.

Ella arqueó una ceja divertida. -¿Por qué tan bromista?- Ups, supongo que se me ha pegado de Sonic.

-No lo sé.- Mentí.

De repente oímos una voz grave resonar por todo el lugar. -María Robotnik, al pasillo 7.- Pegamos un salto del susto que nos llevamos.

-Bueno, me llaman.- Dijo con una sonrisa reflejando tristeza.

María se encargaba de cuidar de todos los experimentos del lugar para mantenerlos estables y evitar que se mueran, pero ella en secreto se dedica a mantenerlos cuerdos y lo más feliz que se puede estar en un sitio como este. El objetivo de los hombres de bata blanca es volver mentalmente inestable a los que hay aquí para poder controlarlos, aunque tenían especialmente interés en mí.

Querían hacerme su arma definitiva, la forma de vida suprema. Al parecer alguien iba a tener ese papel antes que yo, pero cuentan que consiguió escapar de este horrible lugar. Nunca lo pude conocer, pero en el fondo me hubiese gustado que no escapase, probablemente no me maltratarían tanto como lo hacen ahora. Ya lo sé, es egoísta pensar esto, pero a estas alturas haría lo que fuese con tal de salir de aquí y no sufrir más.

Solo espero que esta tortura termine algún día.

Me encontraba en el sofá mirando fijamente a la pantalla, aunque no le estaba prestando atención alguna. Mi mente divagaba en el zorrito de dos colas que había conocido hoy.

Me resultaba muy curioso el hecho de que se encontrase en un sitio como ese. Aquella cúpula de cristal debió de ser algo complicado de crear, dado que el cristal debe de ser lo suficientemente resistente para aguantar cualquier tipo de ataque del exterior. Me preguntaba si rondaban criaturas peligrosas por aquel bosque.

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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El corazón del bosque (Sontails)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora