Después de separarnos, ambos respiramos con dificultad.
Escuchamos el sonidos de unos pasos apresurados. Un paparazi se había acercado al callejón, a diferencia de los demás que pasaron de largo.
Kevin me atrajo nuevamente a sus labios, esta vez con un beso lento y suave.
Logre ver, por el rabillo del ojo, como el paparazi pasaba de largo murmurando "Jóvenes" sin sospechar que habían una cantante y un guitarrista famosos, besándose.
Kevin muerde mis labios con un poco de presión, haciendo que suelte un gemido.
El callejón olía a humedad, pero en este momento, solo podía sentir la calidez de su cuerpo presionado contra el mío. El silencio era denso, solo roto por el ritmo de nuestros corazones.
Sus labios rozaron los míos, con un contacto delicado y dulce. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, y la presión de su mano en mi cintura me hizo sentir completamente suya. Su aliento cálido rozó mi piel, y sentí un hormigueo recorrer mi columna vertebral.
Sus labios se movieron con más seguridad, buscando la línea de mi mandíbula, la curva de mi cuello.
Un jadeo escapó de mis labios cuando sentí su lengua trazar un camino por mi labio inferior, un camino que me llevó a un abismo de deseo.
El beso no siguió siendo tierno, ni lento.
No, fue una explosión de pasión repentina, una descarga eléctrica que me recorrió de pies a cabeza.
En ese momento, el callejón dejó de ser un lugar oscuro y sucio, se convirtió en un escenario íntimo, un espacio donde la realidad se desvaneció y solo existía la intensidad de ese beso, la calidez de su piel contra la mía.
De repente, un sonido agudo cortó la magia del momento. Era su celular, vibrando con insistencia en su bolsillo. Kevin se separó un poco de mí, con una expresión de frustración.
El contesto la llamada sin fijarse quien era. Siguio besándome, pero sus labios se movían con menos intensidad, su cuerpo ya no se aferraba al mío con la misma fuerza.
-Hola, mi amor -dice una voz femenina.
-Ignórala -Kevin murmuró, sin dejar de besarme.
Su voz era apenas un susurro, pero sus labios se movían con más fuerza, como si intentara compensar la interrupción.
-¿Bebe? ¿Estás ahí? -la voz del otro lado se hacía más insistente.
Me separé de él un poco, sin romper el contacto por completo, pero mi cuerpo ya no se movía con la misma libertad. La llamada seguía, y la distancia entre nosotros se hizo más evidente.
-Respóndele a tu novia, esta muy insistente, por tu atención -le digo finalmente a Kevin.
-Sabes que no es mi novia, Astrid -soltó lo suficientemente alto como para que la otra persona, que esta en el celular, lo escuche.
-¿Te contestó? -logré escuchar una segunda voz a lo lejos por el teléfono.
Él se separó de mí por completo, con una expresión de frustración. Lo siento, dijo, con un tono dulce de disculpa en su voz.
-Que quieres -le espeto de forma seca Kevin a quien sea que esté al otro lado.
𝑆𝑎𝑏𝑒𝑠 𝑚𝑢𝑦 𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑒𝑠.
-Hay ¿Por qué la amargura amo...?
-Habla de una maldita vez -el interrumpio con frustración a Maggie.
-!Vengan ahora mismo al estudio! -grita por el teléfono, Cyrus enojado.
.ılı.lıllılı.ıllı. ♬ .ılı.lıllılı.ıllı.
La furia de Cyrus se reflejaba en sus ojos, con una intensidad que me hacía encoger en mi asiento. Kevin, a mi lado, parecía más calmado.
Al parecer fue una mal idea salir al McDonald's.
-¿En serio?! ¡¿Salieron a un McDonald's cuando sus canciones están por todas partes?! -sentí un nudo en la garganta al oír tan enfadado a Cyrus.
𝐴ℎ 𝑝𝑒𝑟𝑜 ℎ𝑎𝑐𝑒 𝑢𝑛 𝑟𝑎𝑡𝑜 𝑡𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑏𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑙𝑎 𝑏𝑜𝑐𝑎 𝑑𝑒...
-¡Tienen canciones sorpresa por lanzar, un concierto que organizar, entrevistas que dar! -continua regañandonos- ¡Y ustedes están en el McDonald's!
-Cyrus, entendemos que es un momento importante, pero... -Kevin bosteza, estaba más tranquilo que yo. Intento defenderse.
Cyrus lo fulmino con la mirada.
-Yo no hice nada, yo estaba trabajando en la música. Y ella tampoco hizo nada malo, solo fue por algo de comida -sorprendentemente... Me defiende-. Además, ¿Como iba a saber que afuera del McDonald's habrían paparazzis? Relájate un poco...
Cyrus se levantó de su silla, dando un golpe sobre la mesa que hizo saltar a Kevin y a mí.
-¡Relajate un poco! -lo imito, Cyrus-, ¡¿Quieres que me relaje?! ¡Ustedes tienen un futuro en sus manos, un futuro que puede ser brillante, pero que también puede ser muy fugaz! ¡No pueden permitirse perder el tiempo!
-Lo sabemos, Cyrus, pero... También recuerda que esto es nuevo para nosotros... -me excuso- No sabía que iba a pasar esto.
-Lo sé, lo sé... Pero tengan cuidado -nos dice un poco más tranquilo-. Este momento es crucial, no pueden permitirse salir así por la calle.
Se sostuvo el puente de la nariz.
-Vayan a casa y descansen - se sentó de nuevo, suspirando-. Pasado continuamos.
Iba a preguntar por que pasado pero decidí por retirarme, aún con una sensación de culpabilidad. Sabía que Cyrus tenía razón, pero también debería entender que no sabía que ocurriría esto ...
𝐻𝑎𝑦 𝑝𝑜𝑟 𝑓𝑎𝑣𝑜𝑟, 𝑛𝑜 𝑡𝑒 ℎ𝑎𝑔𝑎𝑠 𝑙𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 𝑞𝑢𝑒𝑟𝑖𝑎 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑟𝑙𝑒 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑟𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒 𝑣𝑎𝑦𝑎 𝑎 𝑙𝑎...
Al salir de su oficina, Kevin me miró por el rabillo del ojo.
-Todo es culpa de Matias, el debería de haber pensado en que podrían perseguirte -me dijo-. Cyrus siempre es así cuando está estresado. Tambien sabe que no sabias que podría pasar esto, debería haberles dicho a ti y Matias. Aunque se shun el también paso por esto, debería haber supuesto que pasaría por tener experiencia propia.
-Lo sé, pero... -me interrumpo al darme cuenta de lo que me dicen sus palabras- ¿Cómo que siempre es así cuando esta estresado? Es la primera vez que se enoja de esa manera...
-No seas tonta, todos en algún momento nos enojamos de ese modo -pretexto-. ¿Quién hubiera imaginado que ir a un McDonald's se convertiría en un escándalo? -Kevin intentó bromear.
Al ver que no me convencía su respuesta, dijo.
-Bueno, vamos al auto yo manejo -dijo recalcando las dos últimas palabras.
-Sabes algo... Deberíamos tener un plan para evitarlos -sugiero, pero al darme cuenta que no comprende, le explico-. Evitar a los paparazzis, idiota... ¿Qué tal si nos disfrazamos?
Kevin soltó una carcajada.
-Astrid, ¿En serio crees que los paparazis no nos van reconocer, aunque llevemos pelucas y gafas de sol?
-Bueno... tal vez no. Pero al menos podríamos intentarlo -me intente defender-. Sería divertido.
-Vamos a encontrar un mejor plan. Mientras tanto, vamos a casa tienes que descansar. Pasado Cyrus no nos va a dejar en paz.
Asentí. Me sorprende mucho que se comporte muy...
Sabía que nos enfrentaríamos a muchas cosas en el futuro, pero con Kevin a mi lado, por más extraño que suene me sentia... bien.
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El ritmo de nuestros corazones
Teen FictionEn el orfanato, Astrid y Kevin se llevan desde muy pequeños mal. Sus bromas pesadas y sus peleas son rutinarias en el orfanato, pero detrás de la rivalidad se esconde una atracción que no pueden negar. Un día un cazatalentos llega buscando a alguien...