Narra Aiko
— Que lindo te ves practicando —le digo al Kageyama mientras entro al gimnasio de Karasuno.
— Yaaa —se pone rojo y mira a otro lado— ¿Cómo estás? ¿Te demoraste mucho?
— Nop, las micros pasaron altiro —sonrío y le doy un piquito— ¿Y tus compañeros?
— Ya se fueron creo, mejor así no nos agarran pal webeo —suspira— cuando subí la foto contigo el Tanaka me webeo caleta.
— Yo te dije que no era necesario que subieras algo, pavo.
Estábamos webiando y tomándonos fotos tontas en el espejo de mi casa el día que me pidió pololeo, le gustó una y me dijo que la iba a subir.
— Pero es que quería que todos sepan que eres mí polola —me abraza— mía.
— Kageyama llevamos una semana pololeando —digo riendo— y siempre sales con algo posesivo.
— Es que aun que tu no lo creai, eri muy bonita y muchos te miran —se cruza de brazos– ¿No haz cachado como te miran en el gym?
— Hablai tonteras —niego riendo— pero me gusta que seas así.
— Hm –me abraza otra vez y me aprieta— vamos, tengo hambre.
— ¿Y si te quedas conmigo? —pregunto cuando me suelta— mi papá se fue a valparaíso.
— ¿Segura? —arquea una ceja y asiento— bueno... ¿Tu papá no se enojará? pídele permiso mejor.
— Ay Kageyamaaaa —le doy un beso— vamos nomas.
A mi papá le da lo mismo porque sabe que soy responsable. Además, el mismo me dijo que podía invitar al Kageyama.
Nos vamos a mi casa y nos demoramos un poco por las micros.
— ¿Y si hacemos galletas? —le pregunto en la esquina— vamos al super, por aquí llegamos más rápido.
— ¿Galletas? —arquea una ceja— ¿Quieres comer? digo, como no comes azúcar.
— Ay una vez no me hará daño —hago un puchero— además ya tengo pololo, no es necesario parecer una Hadid de flaca.
— Me encantas así —me agarra de la cintura y me da un beso— ya, vamos.
Me da la mano y caminamos al super, es como media hora caminando pero al pelinegro le gusta caminar, demasiado para mi gusto, pero mientras sea por pasar tiempo con el, no me importa.
Es chistoso entrar al super con el, aquí lo conocí y me cayó como el pico.
— Miraaa el pasillo del odio —digo cuando pasamos el pasillo de las leches— aquí nos conocimos.
— Ladrona —se ríe— me caíste tan mal.
— Yo llegué a pelarte con el Kuroo, diciendo que me encontré con un weon alto e insoportable —me cruzo de brazos— fuiste muy pesado.
— Andaba con la wea ese día —suspira— lo siento.
— Ay pavo no te disculpi por algo que pasó hace meses y no éramos nada —agarro el carrito— ya vamos.
Sacamos un par de cosas más, pagamos y nos vamos a mi departamento. Como buen hombre que resuelve y consciente de que casi no tengo fuerza, no me deja llevar las bolsas.
Llegamos, ordenamos las cosas y yo parto a ponerme mi poderoso pijama: short de calzas negro que tengo como de septimo básico y polera que le robé a alguno de los hombres de mi vida.
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Protein Milk | Kageyama Tobio
ФанфикLa Aiko, manager de Nekoma, conoce a Kageyama, el armador del mayor rival del su equipo. Se llevan mal. Coinciden en el mismo gimnasio, y con el tiempo, las miradas pesadas se van transformando en algo más.