One Shots- F1

Charles Leclerc +18

Sabia que estaba cometiendo un error, pero ya era demasiado tarde para arrepentirme. El saber que en cualquier momento nos descubrirían me aterraba y al mismo tiempo me encantaba, trataba de disfrutar al máximo el tiempo a solas con él, si mi hermano se entera que me acuesto con su amigo me mataría y luego lo mataría a él.

Max había organizado una cena de amigos en casa, eso significaba que él vendría, le hice caso a mi hermano de quedarme en mi habitación. Hace un rato había escuchado como llegaban todos, se escuchaban sus risas, las conversaciones.

Quería estar con él, tenía una grandiosa idea y sabía que él no podría aguantar mucho.

Me acerqué al espejo de mi habitación, tenía que verme bien para él. Tenía puesto un short algo corto, no dejaba tanto a simple vista, arriba tenía una camisa con varios botones abiertos para que se pueda ver mi corpiño negro. Decidí tomar la foto y mandársela, solo tenía que esperar a que suba.

                                 Char ❤️

                                                            1️⃣ Foto

No puedes hacerme esto,
mon amour 🤤🫣
Me encantaría arrancarte
esa camisa

                             ¿Y porque no lo haces, mon            prince?

No me obligues a subir,
porque sabes que subiré
y te haré gritar mi nombre
hasta que tu hermano sepa
que me perteneces.
                                                    

Hazlo, Leclerc.

Después de enviar ese mensaje empecé a pasarme las manos por el pelo para verme mejor, jugaba con mis manos mientras lo esperaba, sabía que estaba cerca cuando escuché unos pasos cerca de la puerta. Y por fin entró.

— Chérie — empezó a acercarse hasta dónde estaba yo - Tienes que ayudarme con lo que ocasionaste.

— ¿Yo? — dije haciéndome la incidente— Yo no hice nada, no he salido de mi habitación desde que llegaron.

—No tengo mucho tiempo,hoy no estoy para jugar tus jueguitos de inocente, no creo que ir a atender una llamada llevé tiempo — al terminar de decir eso estampó sus labios contra los míos, no era un beso tierno y lento, era más desesperados, con mucho deseo.

Se iba acostando lentamente encima mío tratando de no aplastarle con su peso, con una de sus manos me agarraba la nuca para profundizar el beso, en el cual comenzaba una batalla con nuestras lenguas, su otra mano recorría mi cuerpo.

Después de la batalla de nuestras lenguas, un Charles bastante desesperado empezó a desabrocharme la camisa y tirándola a alguna parte de la habitación. Su boca chupando cada parte de mi cuerpo hasta llegar a mis senos, los cuales empezó a chupar y morderlos a su antojo, mañana tendría demasiadas marcas pero en estos momentos no me preocupaba.

Mi mano se dirigió a su pantalón donde se encontraba su gran erección, empecé a masajearlo mientras escuchaba los gemidos de Leclerc.

Música para mis oídos.

Charles parecía no tener mucha paciencia cuando empezó a sacarme el pantalón seguido de mi bombacha, sabía lo que iba a hacer y él sabía que me encantaba por eso lo seguía haciendo.

Con una de sus manos palmeándome las piernas dándome a entender que quería que las abriera, la otra empezó a subir lentamente a mi clitoris, dando lentos círculos.

— Charles... —gemí al recibir ese tacto en la parte que me encantaba.

Charles comenzó a acercarse a mi entrada, mirándome pidiendo permiso, al verme asentir comenzó a pasar su lengua.

La habitación se llenó de gemidos, y gritos de placer cuando introdujo sus dedos dentro mío. Sabía que me encantaba estar haciendo esto con mi hermanos y sus amigos abajo, ninguno de los dos se preocupaba ahora, no cuando me estaba dando el mejor oral.

— Estoy cerca, Charles —dije agarrándolo de pelo para acercarlo más a mi entrada.

Y en cuestión de segundos ya estaba viniéndome dentro del Monegasco.

—Eso fue increíble, amor —dije tratando de recuperarme.

—¿Como me dijiste? —preguntó con una sonrisa, les juro que me podría haber venido de nuevo con esa sonrisa.

—¿Sabes? Ya me olvidé, lo siento tal vez otro día pueda recordarlo.

— ¿Tan fácil te olvidas las cosas, mon amour? ¿Tendré que recordarte cómo gemías y decías mi nombre hace unos segundos?

—Tal vez... —dije acercándome hacia él, pero una voz nos interrumpió.

—Oliv, ¿viste a Leclerc? —dijo desde la puerta mi hermano.

—No, Max. No he salido de mi habitación.

—Esta bien, si lo ves puedes decirle que lo estamos buscando, iremos a un bar.

—Okey, Maxie.

Escuchamos como los pasos se iban alejando y volvimos a hablar.

—Creo que es mejor que me vaya, pero no me olvido que me debes un favor —dijo parándose mientras miraba su pantalón— Trataré de escaparme del bar para volver contigo, muñeca.

—Está bien —dije riéndome— Nos vemos luego, mi amor.

Después de ese apodo cerré la puerta sin esperar una respuesta, sabría que volvería y eso no me dejaría dormir.