Después de un duro día de trabajo para poder hacerse cargo de sus responsabilidades y atender mejor su entrenamiento como misionero sin tanto problema, lo único que quería Narinder era acostarse en su cómoda cama y acurrucarse en su suave sábana. Esto lo pensaba umientras caminaba en dirección a su cabaña, pero fue detenido por un gato amarillo.
- ¡HEY! ¡NARINDER! ¿A DÓNDE VAS? -Se acerca con una sonrisa.
- A mi cabaña a dormir, cosas que tú también deberías hacer. -
- Sí, pero parece que tú todavía no lo sabes. -
- ¿Saber qué? -
- El señor Crack dijo que todos los misioneros iban a dormir en cabañas compartidas para despertarnos más rápido. -Él informa todo esto con una sonrisa en su rostro.
Pero Narinder es otra historia; la expresión en su rostro mostraba un serio disgusto ante esta idea. Tener que compartir una cabaña con otros la desagrada completamente. Iba a protestar, pero fue agarrada de la mano y jalada en dirección a las cabañas compartidas.
- Vamos, Yarlen nos espera. -Dijo con una sonrisa.
- Espera, yo... -Habló con un tono bajo pero con un poco de frustración.
Y así fue llevado, en contra de su voluntad, hacia las cabañas compartidas, con ganas de protestar pero sin fuerzas para hacerlo. Después de un rato, llegaron a la cabaña donde fueron asignados y, al entrar, se encontraron con la presencia de un oso panda junto a un puercoespín que tenía en brazos a un bebé de su misma especie.
- ¡Oh, Dios mío! Alberto, ¿ese es tu bebé? -Lo miré con una gran sonrisa en el rostro, soltando a Narinder y acercándome al puercoespín.
- Jaja, sí, ella es mi princesa hermosa. -Respondió él con una sonrisa.
- ¿Cómo se llama esta niña preciosa? -Pregunté, con una gran sonrisa en el rostro.
- Trixci. -
- ¡Qué lindo nombre! -
- Gracias, su madre lo eligió. -
Ellos estuvieron hablando por un buen rato, mientras el Michi negro solo veía alrededor de la cabaña, percatándose de que era espaciosa, con tres camas: una en la pared izquierda, otra en la pared derecha y una última en el fondo. Había varias repisas y unas sillas que se encontraban del lado izquierdo, y en el centro de toda la habitación había una alfombra circular roja. A pesar de no sentirse cómodo con la idea de compartir la cabaña, esa alfombra le parecía muy cómoda para dormir. Mientras pensaba en esto, escuchó cómo alguien lo llamaba.
- Narinder, ¿por qué sigues ahí parado? -Se acerca el puercoespín a él con la bebé en brazos.
- ¿Por qué carajo, Crack, quieres que durmamos en cabañas compartidas? -La pregunta fue lanzada de forma directa, con un tono de voz molesto y cansado.
- Simple, para despertarnos mucho más rápido y que todos los equipos se vayan conociendo de una vez. -Le responde el puercoespín con una voz tranquila.
- Pero en nuestro equipo faltan dos personas, ¿o me equivoco? -Esta pregunta la hizo el oso panda con una expresión confundida ante la respuesta.
- Eso es correcto, pero no siempre saldrás de misión con las cinco personas con las que fuiste seleccionado. A veces hay rotación de personal debido a algunos inconvenientes. Lo mejor es que se conozcan entre todos los misioneros. - Nuevamente, la respuesta fue dada con una voz serena y tranquila por parte del puercoespín.- Por eso, en el entrenamiento siempre serán asignados con personas diferentes, con la intención de que se vayan conociendo. -
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Perdonar al Dolor: Cult of the Lamb.
Rastgele"Alabado sea el cordero portador del gran poder, aquel que liberó al que esperaba en lo más profundo. . . . ¿Por qué lo perdonaste? ¿Qué te llevo a la misericordia? . . . Los sentimientos son complejos, son armas de doble filo. . . . No estás solo...