CAPÍTULO 52

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LA NOCHE PERFECTA

AXEL

Me desperté con el sol brillando a través de la ventana, calentando mi rostro. Me estiré y sentí el cuerpo de Venus pegado al mío, su cabeza sobre mi hombro. Su respiración suave y constante me relajaba.

Miré hacia abajo y vi su rostro sereno, sus labios ligeramente separados. Me sentí afortunado de tenerla a mi lado.

Me incliné y la besé suavemente.

—Buenos días, Cabello de Fuego, —dije.

Venus se estiró y se sentó en la cama, con la sábana caída sobre sus hombros. Su belleza me dejó sin aliento. Se rió ligeramente y me miró con curiosidad.

—¿Cabello de Fuego? ¿Por qué me llamas así?, —preguntó, arqueando una ceja.

Sonreí.

—Porque tu cabello es como una llama que ilumina mi vida, y porque estás despeinada —dije.

Venus se ruborizó ligeramente y se acercó a mí.

—Eres muy dramático, amaneciste chistosito hoy —dijo, besándome la mejilla.

Me reí.

—Solo contigo, —dije.

Venus se sentó en la cama, con la sábana envolviendo su cuerpo. Su cabello rojizo brillaba en la luz del sol.

—¿Qué planes tienes hoy?, —preguntó.

—Ya te había dicho que te llevaría a un lugar especial, —dije, sonriendo. —Un lugar que siempre he querido compartir contigo, y no es primera vez que vas.

Venus se intrigó.

—¿Dónde es?, —preguntó.

Sonreí.

—Es una sorpresa, —dije.

Venus se rió y se lanzó sobre mí, abrazándome fuerte.

—Me encantan las sorpresas, —dijo.

Me sentí feliz, sabiendo que este día sería inolvidable.

Después de nuestro momento de risas y caricias, Venus se levantó de la cama y se estiró, mostrando su figura esbelta y elegante. Su cabello rojizo caía en cascada sobre sus hombros, como una llamarada que iluminaba la habitación, pero un poco despeinada.

Me levanté y la abracé por detrás, rodeando su cintura con mis brazos. Sentí su calor y su cercanía, y mi corazón latió con emoción.

—¿Sabes qué es lo que más me gusta de ti?, —pregunté, susurrando en su oído.

Venus se rió y se giró hacia mí.

—¿Qué?, —preguntó, con curiosidad.

Sonreí.

—Tu capacidad para hacer que cada día sea un nuevo comienzo, —dije. —Eres mi renovación, mi esperanza, mi paraíso en la mundo.

Venus se ruborizó y me miró con amor.

—Wow, Axel Thomson amaneció muy poeta —dijo, besándome suavemente.

Me sentí envuelto en su amor y su calor, y supe que este día sería inolvidable.

—Vamos a desayunar, —le dije, tomándola de la mano. —Tengo un plan especial para hoy.

Venus sonrió y se dejó llevar por mí.

—¿Qué es?, estoy ya intrigada —preguntó, con curiosidad.

Sonreí.

—Es una sorpresa, le digo nuevamente. —Pero te prometo que será un día que nunca olvidarás.

El Dia Que Mi Mundo Se Detuvo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora