Capítulo 9

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Minho se detuvo frente la cafetería de colores claros, era tarde y el sol suave del atardecer pegaba en la figura andante de Felix, quien con una sonrisa en su rostro le explicaba algo a Hyunjin que seguía escribiendo en su cuaderno, ambos tras el mostrador alejados de los comensales en el lugar.

Se permitió admirarlo un rato, si bien ah admitido su reciente atracción por él, habían veces donde se quedaba sobre analizando todo acerca de Felix, porque no había algo coherente en él que le hiciera saber a Minho que ese era el motivo por el cual le atraía y sin más decidió que averiguarlo era su nuevo reto.

Entró al lugar ganándose la mirada del castaño de inmediato, quien al verlo levantó una ceja en alto de manera inquisitiva, tratando de averiguar sobre su presencia en la estancia, después de todo tenía un par de días de no llegar por las tardes aunque sí pasara por Hyunjin en las mañanas .

— ¿Te acordaste de mí existencia?—

Le preguntó Felix de manera divertida o furiosa, Minho no sabía cuál de las dos era, en eso Hyunjin se dio vuelta y sus ojitos verdes brillaron cuando vino a él a abrazarlo por su pierna.

— ¡Señor Minho! ¿Tiene deliciosos chocolates para mí?—

— Hyunjin —

Felix lo reprendió ya que la aguda voz del niño había llamado la atención de dos muchachas que compartían un café ahí y ahora miraban la escena con atención.

— Tengo muchos, sí, pero termina tu tarea Hyunjin—

— Todos dicen lo mismo — bufó molesto pero fue a hacer lo pedido

Felix sonrió hacia su hijo y le hizo una ceña a Lee para que lo siguiera tras el mostrador, quien muy de buena gana lo siguió, anhelando estar cerca del castaño después de tantos días sin sentir su presencia.

— No lo consientas mucho, por favor —

Le pidió de manera preocupada y en eso unas chicas fueron a pagar su cuenta y tuvo que ir a ellas, por lo que Minho se acercó a Hyunjin que le hacía señas para que fuera hacia él.

— ¿Que quieres duendecillo?—

Hyunjin rió por el apodo, llevaba un par de días llamándolo así y el niño no parecía molesto por ello por lo contrario, parecía encantado de que tuviera un nombre para él aparte del que ya poseía.

— Es que....mi papi ha pasado estos días molesto porque usted no ha venido ¿ya no le agrada mi papi?— preguntó con su carita de ángel llena de confusión

Minho suspiró sin saber cómo explicarle al infante que él mismo había pasado esos días analizando sus sentimientos y actuar con Felix, nunca se había enamorado y que de repente sintiera este enorme magnetismo y atracción por alguien lo tenía muy confundido, aún así había llegado a la conclusión de que quería intentar algo con Felix.

— Por supuesto que sí, pequeño, termina tu tarea y yo convenceré a tu padre para ir a un paseo ¿qué dices?—

Los ojitos verdes de Hyunjin brillaron con emoción y Minho sonrió sintiendo cada vez más profundo su lazo con ese niño, no sabía porque, pero no quería que la inocencia de Hyunjin fuera dañada nunca y él se encargaría de que eso no sucediera.

— ¿Ha que a venido Lee? —

Felix limpiaba la barra de la cocina mientras le preguntó aquello sin siquiera tirarle una mirada, Minho suspiró sin saber cómo explicarle ¿cómo le dices a alguien que estás empezando a sentir cosas por él pero que tienes miedo a aventurarte en algo tan arriesgado? Probablemente si lo decía Felix lo mandaría por un tubo y con todo su derecho.

— Quiero invitarte a una cita, por favor — pidió cuando Felix lo ignoró una vez más, dándose la vuelta y acomodando los vasos en su lugar

Mientras Minho observaba a Felix y su estado tenso, este mismo está debatiendo en su interior si valía la pena darle una oportunidad al mayor, su vida siempre un constante pierde o pierde, siempre que se encariñaba con alguien, esa persona se iba, no quería eso para ambos, no quería eso para él, no estaba listo en volver a aceptar a alguien en su vida y también terminar perdiéndolo, esta vez no lo soportaría y ahora todo era mucho más difícil con Hyunjin encariñado del hombre, su pobre bebé no tenía porque sufrir si Lee decidía irse en algún momento, cuando se diera cuenta que los dos eran tan diferentes, de mundo distintos, que no congeniaban.

— No lo sé ¿porque el repentino interés en mi? Tiene tantas personas que lo observan, señor Lee y eso solo aquí, no me imagino de donde usted viene —

— ¿Y desde cuando se decide de quién te puedes enamorar? No me hagas preguntas de las que no tengo respuestas Felix, en un mundo donde todos los ojos están en mi, los míos siguen fijos en ti, aunque a ti no te guste o a mí no termine de convencerme —

Felix apretó sus labios en una línea recta, Minho tenía razón, él también había empezado a sentir atracción por él, lo observaba con el anhelo que le devolviera la mirada cada vez que venía por Hyunjin, esperaba que esos ojos tan oscuros y atrayentes estuvieran en él aunque sea por un instante.

— Yo....—

Lo que sea que fuera a decir se murió en sus labios en el momento justo que Hyunjin apareció de manera energética con su cuaderno de tareas en mano y señalando la hoja que ya había terminado.

— ¡Termine! ¡¿Vamos a saliiiiir?! Yo quiero ir al peque acuático, ¡no! Mejor al acuario ¡no! Mejor vamos al parque de atracciones —

Sus divagaciones hicieron sonreír a Felix, tomando el cuaderno de las manos de su hijo revisó su tarea, acarició su cabello con cariño al ver que todo estaba correcto, sin saber que Lee los observaba a ambos, sintiendo la escena tan correcta.

— ¿Qué te parece si vamos un día a cada lugar?—

Felix estuvo a punto de replicar, pero el entusiasmo de Hyunjin fue inmenso ante la propuesta de Minho y no tuvo el valor suficiente de negarle algo a su hijo cuando lo veía con tanta ilusión.

— ¡¿podemos?!— Hyunjin en verdad estaba asombrado, su papi no lo sacaba tan seguido, aveces solo una vez al mes

Minho se encogió de hombros y luego asintió, pero Hyunjin esperaba una respuesta de su indeciso padre que terminó por asentir luego de pensarlo un rato, Hyunjin sonrió celebrando en grande y Felix.....Felix solo pudo perderse en aquella mirada oscura, ambos sintiendo que no podían detener aquello que surgía entre ambos.

— ¿Qué esperan? Vámonos — los apuró el chiquillo de ojos verdes

— Tranquilo, Jinie, tengo que cerrar aquí e ir a bañarte y yo también porque huelo a pastel y café, el señor Lee quizás quiera volver más tarde por nosotros — sugirió viendo al hombre que los veía atento

— Los acompaño a casa — fue su única respuesta

Felix negó mientras lo veía salir de la cafetería, poniendo sus gafas de sol en sus ojos y apoyándose en su auto de lujo, el hombre era tan guapo que Felix sentía que estaba viendo a una obra de arte y no a su pretendiente.

— Apúrate, papi—

Y como siempre su hijo estaba ahí para bajarlo de las nubes.

Street's  Coffee's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora