Capítulo 4: ' Lluvia'

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Atem

Atem: ¿Duele?

Yugi: No, ya no- una semana sin poder dormir al lado de mi aibou, pero como ya la herida mejoró bastante, me dejó regresar a la cama rápido, aunque hayan sido cinco días, fue suficiente castigo para mí- ¿cómo está?

Atem: Ya casi cierra totalmente, tienes es costra- asinitó y apenas le terminé de vendar la herida, besé los vendajes y me abrazó, siempre que veo su hombro, me echo la culpa una y otra vez, este castigo no tiene fin para mí- lo siento.

Yugi: Ya pasó amor, ya pasó- me acarició la cabeza, Yugi ya me perdonó hace tiempo, pero yo sigo sintiendo la culpa una y otra vez, nos acomodamos para dormir y me quise quedar en su pecho, después de estar cinco días lejos de él... no volveré a hacer rituales, me quedo en mi querido club de ocultismo, pero no volveré a hacer ese tipo de cosas, no quiero que Yugi me deje por eso...

Más tarde...

Abrí los ojos y miré la hora, cuando me volví a acomodar donde estaba, pasé la mano por el hombro de Yugi y sentí húmedo, miré la mano y... no puede ser, vi que el vendaje tenía un tono amarillento... no, no ahora, miré que Yugi estaba profundo, así que con cuidado le retiré el vendaje... que asco, me levanté con cuidado, y le limpié la herida a Yugi, pero no había más vendajes ni el desinfectante... me da cosa dejar la herida así, pero no tengo opción, me puso el abrigo y miré el cielo... se ve un poco nublado, pero voy y vengo, así que si llueve, yo ya estaré en casa, miré a Yugi nuevamente... le puse almohadas alrededor y besé su frente.

Atem: Ya regreso aibou- y salí.

De la casa a la droguería, me demoré un poco, y eso que fui en la moto, llegué y la droguería estaba llena, y no creo que haya otra abierta, porque es festivo y ya es tarde, así que fui por más vendas, antibacterial, alcohol, y otras medicinas, porque ahora que Yugi tiene costra, no quiero que se le abra esa herida, y en la fila para pagar... me demoré dos horas, dos malditas horas... no sé si el karma me estará haciendo pagar por la invocación, o puede ser coincidencias, pero mis creencias no dan para eso.

Después de pagar, un trueno me hizo levantar la cabeza, me da por asomarme a la ventana y estaba lloviendo muy fuerte y veía rayos... no puede ser, miré la bolsa y no puedo usarla como sombrilla o los medicamentos se caen y no voy a perder plata, tomé aire y salí corriendo a casa, a veces paraba en algunos locales o donde los edificios tenían techo, y mientras iba, a parte de que los truenos no ayudan en nada, me cae granizo y me golpea la cabeza... ¡ya entendí!, por andar de curioso casi pierdo a mi novio, ¡ya entendí!, solo quiero olvidar eso y regresar a mi vida feliz con mi aibou... sonriéndome como siempre.

Yugi

Desperté y me quedé quieto un momento, miré a mi alrededor y Atem no estaba, cuando vi almohadas a mi alrededor, me di cuenta de que mi hombro no estaba bien, me miré al espejo y me dio un poco de asquito, y no vi más medicamentos, Atem fue por la misión de los medicamentos... miré por la ventana y... uy, mejor voy haciendo cosas acá, me puse de pie y encendí la chimenea, con Atem descubrimos que cuando usamos la chimenea, lo que es la sala, la cocina y la mitad del pasillo se mantienen calentitos, ya para la habitación si toca usar el calefactor, pero el resto, ayuda bastante...

Encendí los fogones y logré hacer chocolate, me mantuve alejado de los fogones mientras el chocolate se hacía chocolate, quería ponerme un saco, pero creo que la herida se me infecta si hago eso, así que me quedo quieto, y cuando fui a apagar el chocolate, un rayo me hizo brincar del susto... dios, si que está lloviendo duro, apenas tocaron el timbre, corrí.

Atem: Llegué- le puse una toalla en el piso y estaba goteando.

Yugi: Dios mío Atem, ¿no llevaste sombrilla?- me dijo que no y corrí por ropa de él y y una toalla- ven- empecé a secarle el cabello mientras él se quitaba la chaqueta- termina de secarte, te cambias y ya traigo el secador.

Su ropa la colgué, y mientras secaba el cabello, él tomaba chocolate y lo arropé con una cobija gruesa, después me hizo sentar en el sofá y me ayudó con la herida, cuando terminó de vendarme, besé sus labios, te amo Atem.

Hasta el próximo capítulo....

Dos Hojas de Otoño- Especial de Halloween  IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora