Capítulo 23.

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Después de dar una vuelta viendo tiendas, de comprar algo ropa y de un gran paseo con Antoine decidimos ir a mi casa.

Hemos estado hablando de su labor aquí en Madrid. A los personajes de allí les han traído para ser críticos en las nuevas entrevistas y ver quién puede encajar más en el parque. Me ha contado lo bonita que es su habitación de hotel y que tiene un enorme balcón con vistas a toda la ciudad. Yo le he contado que vivía con Hugo y he aprovechado a contarle nuestra historia, para que si se conocen al menos, ya vaya sabiendo quién es mi mejor amigo y a la ronda de miles de preguntas a las que va a enfrentarse.

Subimos en el ascensor y abro la puerta de casa. Hugo se asoma para darme la bienvenida y se queda mirando a Antoine, extrañado y confundido. No sé si le ha reconocido o le sorprende tanto como a mí que esté en mi casa ahora mismo.

-¿Y ahora me dirás que este es Antoine, no?-pregunta Hugo.

-Te presento a Antoine-digo sonriendo nerviosa.

-¿Me vacilas no?

Ignora a Antoine aunque de vez en cuando le mira sorprendido. La cara de Hugo es de confusión y no le culpo, yo sigo intentando asimilar que me he cruzado con Antoine en una cafetería y que ahora se lo estoy presentando a mi mejor amigo.

-Hola Hugo, me han hablado mucho de ti-dice acercándose para darle la mano.

-Si yo te contase lo que me han hablado a mí de ti...-dice estrechando su mano.

Le miro y haciendo un gesto de enfado para que deje de decir tonterías y no me haga pasar vergüenza.

Los tres nos sentamos en el sofá y efectivamente como ya había avisado a Antoine hace un par de minutos, Hugo comienza con su interrogatorio. Yo preparo algo de comida para picar mientras tanto. Queso, jamón serrano y picos para acompañar, un plato de patatas fritas y aceitunas.

Las llevo a la mesa y veo que ambos están riéndose hasta que me ven llegar y se hace el silencio, por lo que sospecho de que yo era el tema de conversación.

-¿Qué pasa?-pregunto.

-Nada. Yo de hecho ya me iba, tengo muchas cosas que hacer en la calle las cuales ahora no recuerdo, pero me voy, tengo cosas que hacer-dice Hugo inventándose una excusa para dejarnos solos.

-¿A dónde vas?-le pregunto.

-Como os decía, tengo cosas que hacer. Antoine ha sido un placer, espero verte pronto-dice Hugo despidiéndose.

Me da un beso en la mejilla y tan pronto como sale de casa nosotros nos empezamos a reír.

-Es un gran tipo, entiendo que le quieras tanto-dice.

-Tiene sus cosas buenas, las excusas desde luego no lo son, pero te prometo que es encantador-digo todavía riéndome.

Comenzamos a comer mientras seguimos hablando de Hugo y de nuestra vida en Madrid. Le cuento cuál es nuestra rutina diaria y aprovecho para enseñarle nuestro álbum de fotos de los viajes.

La puerta de casa se abre y oigo la voz de Gala.

-Hola hola queridos, ya estoy aquí-dice.

Gala aparece en el salón y se queda mirando a Antoine, sin entender nada.

-¡Antoine!-dice Gala feliz.

-¡Hola Gala!

Antoine se levanta del sofá para saludarla con un fuerte abrazo. Mi hermana me mira extrañada y sorprendida, sin saber muy bien que pasa.

-¿Qué estás haciendo aquí?-le pregunta.

-He venido por trabajo y las casualidades de la vida que he encontrado a tu hermana-dice sonriendo.

-Vaya con las casualidades, una se pasa dos semanas buscándote sin éxito y de repente te encuentra como por arte de magia en Madrid.

-¿A qué te refieres?-pregunta Antoine.

Miro a Gala con los ojos abiertos y ella entiende en seguida lo que la digo con la mirada.

-Bueno yo tengo que irme, ¿dónde está Hugo?

-Ha salido hace un rato-explico.

-Genial, yo también, le llamaré para saber dónde está-dice Gala.

-¿Ya te vas?-pregunta Antoine.

-Si, si vuelves a quedar con mi hermana, nos veremos antes de que vuelvas a París no te preocupes-me dice.

Gala se despide de ambos y se dirige hacia la puerta sonriendo y despidiéndose con la mano de nosotros. Justo antes de salir por la puerta nos vuelve a mirar.

-¡Por cierto Antoine! Dale tu teléfono a mi hermana, no quiero volver a vivir estas dos semanas, gracias.

Gala se va y volvemos a quedarnos solos en el sofá.

-¿A qué se refería?

Intento no sonar como una loca acosadora y buscar las mejores palabras posibles para explicarme.

-Desde que volví he intentado buscarte en redes sociales, pero no te encontré, ya que no tenía tu número de teléfono quería buscar una forma de contactar contigo-digo avergonzada.

Antoine me pone la mano encima de la mía y me mira a los ojos fijamente. Se ríe y aunque yo no le encuentro la parte graciosa, también lo hago.

-No tiene gracia-le digo.

-Lo tiene, porque yo le pedí a mis compañeros de trabajo que te encontrasen también, porque yo no tengo redes sociales Natasha.

-¿En serio?

-De verdad.

Ahora entiendo todo, era imposible encontrarle. Durante dos semanas me he vuelto loca buscando por todos lados, Hugo y Gala también sin resultados y ahora, entiendo todo, jamás íbamos a encontrarle, era imposible. Me tranquilo al oír que él también ha intentado localizarme, eso significa dos cosas, que no estoy tan loca y que él también tenía interés en mí.

-Podríamos pasar las tardes juntos ya que no tengo nada que hacer, a no ser que tengas planes-me dice.

Intento hacerme la interesante, haciendo que tengo una agenda en mis manos y que estoy revisándola.

-Creo que podré sacar un hueco para ti-le digo.

-Me halagas, gracias-dice con su precioso acento francés.

Si decides quedarte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora