En la penumbra de la historia de Salem, donde las sombras se mezclaban con el murmullo del viento, había un antiguo pacto que había perdurado durante siglos. En el corazón del pueblo, un grupo de siete brujos había gobernado con mano de hierro. Su sed insaciable de almas no parecía tener fin, y con cada año que pasaba, la tradición de la ofrenda se volvía más oscura y aterradora.
El 31 de octubre, las familias de Salem temblaban ante el recuerdo de lo que significaba ese día. Según la leyenda, en la noche de Halloween, cada familia debía ofrecer a su primogénito que había alcanzado la mayoría de edad a los brujos. Era un sacrificio que mantenía la paz, asegurando que los brujos no desataran su furia sobre el pueblo. Sin embargo, el terror siempre acechaba, pues cada vez que una vida se entregaba, la oscuridad se alimentaba un poco más.
Entre los habitantes de Salem se encontraba Olivia Foster, una joven llena de vida y determinación. Desde que era pequeña, su madre le había contado historias sobre los brujos y su oscuro pacto, y aunque la idea de convertirse en una ofrenda le aterraba, Olivia siempre había mantenido la esperanza de que algo podría salvarla.
La noche del sacrificio se acercaba, y Olivia se sentía atrapada en una telaraña de miedo y desesperación. Había alcanzado la mayoría de edad, y la presión de su familia para cumplir con la tradición era insoportable. Sus padres, aunque llenos de amor, también estaban atrapados en el miedo que los brujos ejercían sobre ellos. "Es la única manera de mantenernos a salvo", decían con una tristeza en sus ojos.
Olivia no podía aceptar su destino. Tenía que luchar. Tenía que encontrar una forma de liberarse de ese oscuro lazo que la unía a los brujos.
La noche de Halloween llegó, y el cielo se cubrió de nubes oscuras que parecían presagiar la tormenta. Las calles de Salem estaban desiertas, los habitantes se refugiaban en sus casas, temerosos del encuentro que estaba por suceder. En la plaza del pueblo, los siete brujos se congregaron, cada uno de ellos con una aura de poder que hacía temblar la tierra.
JungKook, se decía que su mirada podía perforar el alma y que su sonrisa, a menudo, ocultaba un abismo de oscuridad. El más temido de todos, se erguía en el centro, su presencia era magnética y aterradora. Con cabello oscuro y una mirada intensa que podía atravesar el alma, era el brujo más poderoso, el que había cosechado más almas a lo largo de los siglos. Sus compañeros lo respetaban y temían, pues su ambición no conocía límites.
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𝔅𝔯𝔲𝔧𝔬 • 𝔍𝔲𝔫𝔤𝔨𝔬𝔬𝔨
HorrorDesde hace siglos aquel grupo de siete brujos gobernaban el pueblo de Salem. Su sed de querer almas parece nunca agotarse y aprovechando ese poder que tienen sobre los humanos acaban condenándolos con una oscura tradición. El 31 de octubre las famil...