Me convertí en el más fuerte con la "Habilidad por encima del estado"

Capítulo 150: El Ejército Blanco Y La Mosca Negra De La Noche ③

TIGRES DIENTES DE SABLE—IZELNA

"Esa voz... ¡¿No era Foss?!"

"No podía oír muy bien por la lluvia... pero sonaba como él, sí."

Izelna y Big salieron en busca de Foss, el único miembro de su grupo que no había llegado cuando ellos

reunidos para enfrentarse a la horda de ojos dorados. Pensaron que él solo podría luchar contra algunos monstruos de ojos dorados, pero ante la gran cantidad de enemigos que se acercaban, Riri y los demás tuvieron que reunir lo que pudieron y enfrentarse a ellos.

Izelna y Big se habían separado del grupo durante el combate y habían salido en busca de Foss. Esperando que un gran número de monstruos se interpusiera en su camino, se llevaron un puñado de Eucaristías en su búsqueda.

"¡La voz vino de ese edificio de allí!"

"En efecto. Los dos le oímos pedir ayuda, no creo que los dos pudiéramos estar oyendo cosas".

"Sonaba como si le doliera la pierna y no pudiera moverse". "No podemos perderlo. Voy a entrar".

"Yo también voy, ¡definitivamente voy!"

"Heh... Sabía que lo harías, especialmente por Foss".

"¡¿A quién le importa eso ahora?!" Izelna respetaba demasiado a Big como para darle más importancia al comentario. Los dos comprobaron sus salidas, colocaron las Eucaristías en espera fuera y entraron en la casa en ruinas.

"¡Foss! ¡¿Dónde estás?!"

"¡¿Foss?!"

Registraron las habitaciones, pero no estaba por ninguna parte; ya no oían su voz. Hubo un relámpago, una pausa y luego un trueno.

"¡Kyah!"

Oyeron gotear gruesas gotas desde los aleros del tejado exterior mientras la lluvia torrencial caía una vez más sobre la casa.

Izelna abrió los ojos tras haberlos cerrado momentáneamente por miedo y se levantó de su posición agachada.

"Hah, odio los rayos... Ojalá desaparecieran de este mundo. ¿Qué te parece? No parece que esté aquí, ¿verdad?", preguntó, balanceando su linterna de un lado a otro mientras escudriñaba la habitación. Big estaba detrás de ella, vigilándola.

"¿Tal vez fue en la casa de al lado...? Si no ha contestado ya, no creo que esté aquí".

"¿B-Big?" Un escalofrío recorrió su espina dorsal mientras se daba la vuelta. "¿Eh?"

Se ha ido.

"¡¿B-Big?! ¡¿Dónde has ido?! ¡Contéstame, por favor! ¡Big!" "—yu-" Había algo detrás de ella.

Izelna saltó rápidamente para girarse y encararlo. "De... ¿De verdad acabo de oír eso? Ha sido como una especie de grito..."

Tap-squeak-tap-squeak-tap...

Oyó pasos por encima: parecían los de un animal pequeño y un grito que ya había oído muchas veces.

"Es sólo un ratón... ¡Alguien debería ocuparse de esa cosa! Hah... Ahem, apuesto a que Big está registrando una de las otras habitaciones... Hoy estoy demasiado nerviosa". Dio un suspiro de alivio y se volvió hacia donde Big había estado de pie. "—¿Eh?"

Se suponía que no debía haber nadie detrás de ella, nadie más que Big.

Qué es esa cosa... que se extiende hacia mí... Ojos rojos... Una mosca...

Sintió que la sangre se le escurría de la cara.

"¡Gyah-ah!"

A Izelna le pareció oír algo, pero tal vez fue su propio grito lo que escapó de sus labios.