Anna (Go to Him)

Le gustaría pensar que lo que estaba sucediendo no era su culpa, que sus acciones no le habían dirigido a este escenario en específico, pero la realidad era que sabía dentro de sí que cada decisión que tomó desde que conoció a Paul a la salida de esa iglesia, cada momento que robó de las manos de George había creado la realidad que se le presentaba ahora.

Conocer a Paul había sido ese momento en su vida donde todo había comenzado a tener sentido, ser capaz de tener a alguien a su lado que no le gritara por su forma de actuar y que parecía comunicarse a través de la música de la misma forma en que él lo hacía, tener su mirada chocolate sobre sí riendo de las palabras sin sentido que llegaba a decir había sido adictivo, lo era tanto que no pensó mucho en el hecho de que acaparar la atención de Paul significaba robársela a George.

Paul y George habían sido una sola entidad antes de que John entrara en la vida de ambos chicos, cada vez que tenía la oportunidad de visitar la casa de los Mccartney solía captar las conversaciones de los vecinos o las palabras del padre de Paul, como en tiempos antes de que su presencia fuera una constante ambos chicos solían ir de la cadera, nunca separados desde que George tenía 12 años, tener una amistad que se había fortalecido por la muerte de la madre de uno de ellos había creado un vínculo tan estrecho que solo un acto de egoísmo de parte de uno de ellos lograría romperlo o debilitarlo.

Que John entrara en la foto fue el acto de egoísmo que Paul no pudo resistir, uno del cual nunca puso un límite.

John era consciente de esto, consciente del hecho de que había interferido en una relación que en otro escenario hubiera creado un futuro diferente al que ahora presenciaba, John sabía que había separado a George de su mejor amigo, de la atención adictiva que era Paul; lo que no sabía John era como se sentía quedarse en el frío de la ignorancia, en la decepción que es ver una estrella brillante centrar su atención en otro cuando él la tuvo primero.

Viendo a Bob y George charlar tan animadamente, viendo el brillo de asombro en los ojos de George y la fascinación en los de Dylan entiende

Entiende como se sintió George cuando se interpuso entre él y Paul, entiende como se sintió ver a otro robar tu lugar en la atención de ojos soñadores; John había conocido a Bob primero, habían conectado primero por su amor a la pintura, a la escritura, a la música, pero ahora estaba George.

Dylan ya no le escuchaba recitar autores, melodías que aparecían en su cabeza a mitad de la comida, ya no preguntaba por su nueva técnica de pintar; ahora su atención se fijaba en las manos de George que corrían por la guitarra haciendo acordes, se fijaba en su boca que sonreía con gracia al escuchar sus historias secas y humor extraño, era otro con George, donde su acto era retraído con él, con George se soltaba, le permitía tocarlo, recostarse, mirarse.

¿Solía verse así con Paul cuando estaban más jóvenes? Tan lleno de luz, tan encantado con la presencia a su lado, tan libre, ¿tan enamorado?

George no limitaba su admiración y Bob no limitaba su atención, era algo incluso admirable de presenciar, ver dos mitades del todo comenzar a conocerse, verlos reconocerse y comenzar a crear; verlos juntos era tan incómodo de ver que le hacía sentir que estaba interviniendo, era una tercera rueda por primera vez en su vida.

Cuando él y Paul salían juntos, George siempre estaba a un lado, cuando salía con Cynthia el más joven estaba al frente de él en el bar, cuando cantaba junto a la boca de Paul en el escenario era George quien se paraba al otro lado de ellos, pero ahora era él quien tenía que ser quien lo veía todo a un lado; no importa si Cyn estaba con ellos en el mismo bar, no importa si Pattie estaba junto a ella, ni siquiera su presencia se sentía tan fuera de lugar aun si ella era quien tenía el derecho de sentirse de esa manera, era la esposa de George; pero no, en este caso, al otro lado de la mesa de donde Dylan tenía enterrada su rizada cabeza en el cuello de George para hacerse escuchar provocando escalofríos y sonrisas del pelilargo, donde la luz es un poco tenue y el humo del cigarro lo hacía ver todo borroso, en el lugar donde está seguro que su esposa y Pattie están haciendo algo con sus manos debajo de la mesa, John queda paralizado por primera vez en diez años, por primera vez en diez años ve como lo remplazan, como no es suficiente.