Parte única.

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Carlo estaba sentado en la cama fumando un porro. Ya hacía casi un mes de que Geppetto lo había echado de casa y que vivía con Romeo, sabía que no podía depender de él para siempre, necesitaba dinero y sus ahorros se estaban acabando. No conseguía un empleo que le proporcione un sueldo digno, tampoco era muy fanático de trabajar. Quería una alternativa más sencilla, sin esfuerzo y que pudiera disfrutar.
—Entonces, repíteme cual es tu plan —Romeo aún no creía que Carlo estuviera hablando en serio.
—Hacerme una paja, grabarlo y vender el video —sonaba convencido.
—¿Y no te da un poco de vergüenza que te vean? No te estoy juzgando, es solo una pregunta.
—Para nada.
Carlo tenía los ojos inyectados en sangre, le pasó el porro a Romeo y fue hasta la heladera a buscar dos cervezas. Romeo vivía en un monoambiente, compartían cama, baño, cocina, todo. A ninguno de los dos le molestaba, pero Carlo quería poder darle a Romeo su espacio y pagarse un piso propio.
—¿Entonces cómo vas a hacerlo? ¿Tú solo?¿Llamaras a alguien más?
—Quizás lo haga solo, tal vez llame a alguien más, quien sabe. No tengo trípode ni nada, solo mi teléfono ¿Por qué la intriga?¿Celoso?
—No estoy celoso,  vives en mi puta casa, necesito saber si algún día abriré la puerta y te encontrare masturbándote o siendo cogido por alguien, sobre todo si estás siendo follado por alguien. Verte pajearse sería lo de menos —Romeo se quejó pero a Carlo le hizo gracia.
—No es como si no nos hubiéramos duchado o masturbado juntos en la secundaria. No creo que te asustes al verme la verga ¿O si? —Romeo refunfuño, por supuesto que no iba a asustarse, no era ese el problema—. Solo no aparezcas en mis videos a no ser que quieras ser parte. No encuentro muy atractivo que mi roomie aparezca en el fondo comiendo cereales mientras me hago una paja.
—No lo sé, podría aparecer en el fondo comiendo cereales si eres tú quien me da la leche. —Romeo bromeó y Carlo se atraganto con su propia saliva.
—Es un buen título para mi primer video "castaño caliente eyacula en los cereales de su roomie"
—No, sería un desperdicio de comida. De ninguna manera —Romeo se recostó sobre la cama, Carlo hizo lo mismo. Los dos miraban el techo pasándose lo poco que quedaba del porro.
—Ni siquiera tengo una cámara buena, la de mi teléfono se rompió cuando se cayó al suelo. Tal vez es una idea tonta.
—Nah, es muy común tener onlyfans, te puedo prestar mi teléfono, usalo. De todas formas, ya vives en mi casa y usas mi cama, mi computadora, mi baño, mi cocina...
—Y tu cepillo de dientes —bromeó Carlo.
—Iugh, eso no. Puedes usar cualquier cosa menos eso.
Romeo desbloqueo el teléfono y se lo dio a Carlo, lo observó por varios segundos tratando de pensar en qué hacer.
—¿Debería hacerlo ahora? El porro y la cerveza me ponen un poco caliente, pero estás aquí, es tu casa, no puedo pedirte que te vayas pero tampoco obligarte a verme mientras me pajeo —Carlo abrió la cámara, estaba filmando a Romeo solo por diversión.
—Puedo encerrarme en el baño o mirar a otro lado mientras escucho música. Afuera está lloviendo, no quiero salir —Romeo miraba la cámara sin inmutarse.
—¿Tienes un trípode o algo donde apoyar  esto? —preguntó Carlo sin dejar de grabar.
—Uh, no...¿Quieres...que lo sostenga por ti?. —Romeo no estaba muy seguro de preguntar eso por todas las implicaciones que conllevaba, pero se sentía en confianza.
—Si a ti no te molesta...prometo no acabarte en un ojo. Vi los detrás de escena de algunos videos porno donde accidentalmente eyaculan sobre el camarógrafo —Carlo se encogió de hombros e intento no reír.
—Entonces avísame cuando acabes así abro la boca en caso de que me caiga un poco en la cara —Romeo se rió a carcajadas, tomando el teléfono en mano y apuntando a Carlo.
—¿Seguro no quieres aparecer? —dijo en tono burlón.
—No, el negocio es tuyo. Ahora dejemos de hablar, no deberían oírse nuestras voces diciendo idioteces, o la mía por lo menos.
Carlo tragó saliva, pensó unos segundos sobre lo que estaba por hacer. Sabía que debía verse lo más provocativo posible, no era tan sencillo como jalarsela frente a la cámara. Se subió la camiseta sujetando la costura con los dientes y revelando su abdomen pálido. Se tomó unos minutos para exponer su piel, mostrando primero su abdomen, tocándose de forma sutil el estómago, pectorales y pezones.
Tenía el pantalón desabrochado, bajo el cierre lentamente antes de empujar hacia abajo para quitárselo por completo, en el proceso se encargó incluso de que Romeo haga un pequeño encuadre a sus pies descalzos, sabía que había gente que quería ver eso. En su ropa interior se veía como su miembro comenzaba a erectarse, no iba a desnudarse tan rápido, debía tomarse su tiempo para hacerse desear y dejar cosas a la imaginación, manteniendo al público alerta.
Se tocó el bulto un par de veces, gimiendo y remarcando la silueta de su pene a través de la tela. Romeo había dejado de respirar, contenía el aliento y no podía apartar la vista, su corazón latía a toda velocidad conforme Carlo avanzaba en su actuación. Perdió la noción del tiempo, era el timer de la cámara lo que le recordaba que apenas habían pasado unos minutos desde que comenzó a seguirle el juego a Carlo.
Lo miro a los ojos a través de la pantalla, era como si su mirada atravesara la cámara y penetrara en él. Carlo tenía los ojos vidriosos, no sabía si era por el placer, el alcohol o la marihuana. Algo se estaba encendiendo en Romeo y terminó prendido fuego una vez que Carlo se deshizo de su ropa interior, comenzando a masturbarse explícitamente frente a él.
Romeo trago saliva, le ardía la cara y estaba seguro de estar totalmente sonrojado. No quería moverse, pensaba que si se quedaba quieto, Carlo olvidaría que estaba allí, sin embargo, la cosa no funcionaba así. Romeo sostenía la cámara, estaba frente a él, eran las únicas dos personas en la habitación y se estaban mirando a través de una pantalla.
Lo que pasó a continuación terminó de excitarlo, Carlo se acercó más, sujetando a Romeo por la cinturilla de su pantalón deportivo, mirando fijamente el bulto pronunciado que se había formado y era imposible de disimular.
—Se que dijiste que no querías aparecer en mis videos, pero te veo muy entusiasmado. —Carlo le beso el pene aun sobre la tela, Romeo se mordió los labios y contuvo un gemido—. ¿Puedo?
Carlo preguntó tirando ligeramente la prenda, Romeo asintió, inseguro de si estaba tomando la decisión correcta pero aun encuadrando el rostro de Carlo mientras le bajaba lentamente el jogger junto la ropa interior, liberandole el pene y apoyándolo en su mejilla casi como si posara para la cámara.
—¿Cómo me veo? —preguntó con los ojos vidriosos antes de acercar la boca a la punta, dejando un pequeño beso.
—Te ves muy bien —Romeo le acarició el cabello y lo sujetó suavemente, no ejerció presión, le gustaba esa forma sutil de demostrar dominancia.
Carlo lo rodeó con la boca, su lengua se sentía cálida y húmeda.
—¿Te gusta? Es la primera vez que hago esto —preguntó entrecerrando los ojos, su mirada expresaba picardía absoluta. Estaba provocando a propósito y estaba teniendo éxito. ¿Era en serio la primera vez que chupaba un pene? No le creía, pero eso no era algo que los espectadores tuvieran que saber.
—Si, me gusta esta boca sucia que tienes —Romeo lo empujó contra su pene, haciendo que Carlo lo trague casi completo. No emitió quejas y no rompió el contacto visual en ningún momento.
La cámara llevaba varios minutos de filmación, cada vez era más difícil mantener un encuadre estable con Carlo chupandole el pene de esa forma.
—Vas a hacerme acabar si sigues así ¿Eso quieres? Tu carita se vería muy bien llena de leche... aunque también me tienta cogerte.
Carlo se mordió el labio inferior mientras masturbaba a Romeo.
—Dejaré que me hagas lo que quieras ¿Está bien? Acabo de descubrir lo mucho que me gusta que me hables sucio...
Romeo tragó saliva, Carlo ya le había dado luz verde para seguir. Le ordenó a su roomie que se recostara sobré la cama. Se abalanzó sobre él, tocando su cuerpo tanto como le era posible. Le tocó el rostro, presionando sus mejillas y acariciando sus labios, aún tenía saliva cayendo por el mentón luego de haberle chupado el pene. Llevó la mano a su pecho, acariciando cada centímetro de su piel pálida. Le tocó el cuello, le tentaba ahorcarlo, pero no ahora, no, lo dejaría para más adelante, ahora solo ejercicio una pequeña presión.
—Voy a cogerte tan duro que todo el edificio va a saber lo que estamos haciendo. Voy a hacerte gritar. —Romeo debía contenerse porque podía acabar con tan solo ver la expresión de Carlo siendo sometido.
Carlo se había abierto de piernas y ahora el encuadre lo abarcaba en su totalidad.
—Chupalos, ya sabes dónde te los voy a meter después. —ordenó, metiéndole los dedos en la boca.
No lo dudo, ahueco las mejillas alrededor de los dedos de Romeo, succionando, lamiendo entre ellos, humedeciendolos por completo.
—Que zorra —dijo Romeo, ahora liberando la boca de su roomate y viendo como un hilo de saliva se deslizaba por su mentón antes de jugar un poco con la entrada de Carlo, trazando círculos alrededor de su ano y haciendo una ligera presión.
—Me emociona mucho que tengas la gentileza de prepararme, pero no creo que sea necesario. —Romeo metió uno de los dedos, para su sorpresa, entró sin dificultad—. Te dije, estoy muy excitado ¡ya cogeme!
Era tentador meterle la verga así sin más, pero no quería arriesgarse a lastimarlo, mucho menos mientras estaba grabando y todo quedaría registrado.
—Pero que zorra tan impaciente, por lo menos espera a que termine de jugar con tu culo.
Los dedos de Romeo entraban y salían haciendo un sonido obsceno, todo estaba siendo filmado en primer plano mientras se escuchaban los gemidos y chillidos de Carlo. Una vez que consideró que estaba lo suficientemente dilatado, Romeo amplió un poco el encuadre, abarcando todo el cuerpo de su roomate, quería que se viera como le metía la verga y la expresión de este mientras lo hacía.
Alineo el pene con el orificio de Carlo, empujo lentamente, enfocando como el miembro desaparecía dentro del cuerpo de su amigo y haciendo que se retorciera.
—Mnh, Romeo ¿Siempre la tuviste así de grande? Debí haber pedido que me la metieras mucho antes.
Las embestidas comenzaron a buen ritmo, no había lugar para sutilezas, ambos tenían sed de sexo. Romeo se aferraba con su mano libre a la cintura de Carlo y Carlo apretaba las sábanas debajo de él.
—Vamos, gime más, es lo que la gente quiere ver —Romeo enfocaba su rostro y luego la parte en la que sus cuerpos se unían.
Carlo obedeció, al principio tenía miedo de exagerar sus reacciones pero apenas sintió a Romeo dentro suyo se dio cuenta de que el rubio era muy bueno y no había necesidad de fingir, realmente lo estaba haciendo gritar. La saliva caía por la comisura de sus labios y repetía el nombre de Romeo entre jadeos. Se masturbó, estaba desesperado, el presemen se deslizaba por su pene y su clímax estaba cada vez más cerca.
—Que bueno que eres —Romeo apoyó el pulgar en los labios de su compañero, obligándolo a abrir la boca y sacar la lengua.
—Traga —le ordenó antes de escupirle en la boca—. Muy bien, así me gusta ¿Vas a correrte para mi?
—Sí...¿Quieres ver que tan apretado me pongo cuando acabó? —Carlo gemía y chillaba, necesitaba poder mantener la compostura mientras la cámara estuviera grabando.
—Entonces correte —Romeo le bombeaba la verga cada vez con más desesperación.
El calor en el interior de Carlo aumentaba hasta que finalmente estalló, el semen salió por montones manchando su abdomen e incluso salpicando su rostro.
—Que bonito estas así...lleno de leche y exprimiendome la verga —Romeo movió la cámara desde su miembro hasta el rostro de Carlo, haciendo un paneo de todo el esperma esparcido en su cuerpo antes de volver a tomarlo del cuello, ahora si, presionando con un poco más de fuerza.
—Ahora es mi turno.
El encuadre se centraba en el miembro de Romeo, entrando y saliendo del culo de Carlo. Los movimientos siguieron hasta que se oyó un gemido para que segundos después, la filmación terminara con un plano del semen escurriendo desde el interior de Carlo.



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