Chapter 2/2

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Pov Jimin

El trayecto de regreso fue un silencio pesado, casi insoportable. El motor del auto era lo único que se escuchaba, mientras las luces de la ciudad pasaban borrosas frente a mis ojos. No podía dejar de pensar en la chica. En la forma en que le sonreía, en cómo sus ojos brillaban al verla. Era una sonrisa que ya no me daba a mí. Una conexión que yo había perdido hacía mucho sin darme cuenta.

Me mordí el labio, intentando contener las lágrimas que amenazaban con desbordarse. No podía dejar que Jungkook me viera así, no después de lo que había pasado. Ya había mostrado suficiente debilidad. Había sido suficiente humillación por una noche.

Llegamos a casa en silencio. Aparqué el auto frente a la entrada y me quedé ahí, sin moverme, sin decir nada. Jungkook no parecía tener prisa por salir, y yo tampoco. Quería detener el tiempo, solo por un momento, solo para no enfrentar lo que venía después.

Finalmente, sentí su mirada, pero no lo suficiente como para romper el silencio. Sin siquiera mirarlo, abrí la puerta del auto y salí. El frío de la noche me golpeó, pero eso no era nada comparado con el vacío en mi pecho. Había algo roto dentro de mí, algo que sabía que no se podría reparar.

Caminé hacia la casa, mis pasos lentos, como si cada movimiento fuera una carga. Una vez dentro, me dirigí directo al armario. No pensaba quedarme esa noche. No podía. Todo lo que quería era salir, alejarme de ese espacio que, alguna vez, había sido nuestro hogar. Abrí las puertas y saqué una pequeña maleta, sin pensar demasiado. Apenas necesitaba unas cuantas cosas, lo básico.

Mis manos temblaban mientras tiraba ropa al azar dentro de la maleta. Mi mente estaba llena de imágenes de Jungkook con esa chica. Sonriéndole. Como si yo no existiera, como si no hubiéramos compartido una vida juntos. No podía procesarlo. No podía entenderlo.

El dolor me atravesaba con cada pensamiento, pero no había tiempo para derrumbarme aún. Terminé de empacar, cerré la maleta de un tirón y, sin pensarlo demasiado, me dirigí hacia la puerta. Sabía que Jungkook estaba en alguna parte de la casa, pero no iba a buscarlo. No iba a darle más de mí.

Azoté la puerta tras de mí al salir, el sonido resonando en la calle vacía. Sentí un pequeño alivio en ese ruido, como si con ese golpe estuviera soltando parte del dolor que me ahogaba. Pero apenas llegué al auto y me senté en el asiento del conductor, todo ese alivio desapareció.

Las lágrimas que había estado conteniendo se desbordaron sin control. Me cubrí la cara con las manos, intentando ahogar los sollozos que venían desde lo más profundo de mi ser. No podía más. Todo se sentía irreal, como si mi vida estuviera desmoronándose ante mis ojos y no hubiera nada que pudiera hacer para detenerlo.

Ahí, solo, dentro del auto, dejé que las lágrimas fluyeran. Dejé que todo el dolor, la rabia, y la tristeza que había acumulado durante tanto tiempo salieran. Porque, en ese momento, ya no tenía que fingir. Ya no tenía que ser fuerte. Estaba completamente solo.

 Estaba completamente solo

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Remember Me- Au KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora